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ALTO ARAGÓN - COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN DE HUESCA

La suma vence a la resta y los colegios de Lalueza, San Lorenzo y Sesa crecen

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La suma vence a la resta y los colegios de Lalueza, San Lorenzo y Sesa crecen
La suma vence a la resta y los colegios de Lalueza, San Lorenzo y Sesa crecen
CRA MONEGROS-HOYA

HUESCA.- Acaban de llegar desde Murcia para trabajar en una obra de regadío en Los Monegros, pero ni se han planteado vivir en Huesca o en otra localidad grande. María Ángeles Fonfría y Claudio Marques se han asentado con sus hijos Alejandro y Catia en Poleñino. El mayor, de tres años, se ha escolarizado por primera vez en Lalueza, perteneciente al CRA Monegros-Hoya, que ha ganado alumnado también en San Lorenzo del Flumen y Sesa gracias a la llegada de varias familias.

Alexia Capuz se crió en Capdesaso hasta los ocho años y la búsqueda de una casa en el medio rural le ha devuelvo así, "sin buscarlo", a su lugar de origen. Solo lleva dos meses con su familia en esta localidad próxima a Sariñena, adonde tendrían que asistir sus hijos con el transporte escolar, pero el proyecto educativo del centro les ha llevado a elegir San Lorenzo de Flumen. "Una maestra nos orientó hacia esta escuela y todo nos encajó", indica. "Este cambio es lo mejor que hemos podido hacer", resume.

En Lalueza, acabaron el curso con 33 alumnos y lo empiezan con 41, gracias a la familia de María Ángeles y Claudio, entre otras. En San Lorenzo, se ha pasado de 13 a 17, por los hijos de Alexia y otra familia que se ha instalado en Alberuela de Tubo. En este último caso, además, de no haber llegado más alumnos el próximo curso se hubieran quedado con 11, en el límite de perder un aula.

"Para un centro como el nuestro, con cuatro escuelas, el aumento de matrícula de 1 o 2 alumnos es muy importante porque nos movemos en ratios que si saltamos de 11 ya hay dos maestros; o si pasamos de 23, tenemos 3", explica el director del CRA Monegros-Hoya, Pablo Gracia. En conjunto, ha aumentado de 73 a 86, ya que la escuela de Sesa ha pasado de 5 a 6. No es el único CRA de Aragón que ha sumado alumnado, ya que el curso pasado se matricularon 8.196 y para este 8.219, según informa Educación. En esa cifra positiva de 23 más, los 13 de esta zona son significativos.

"Buscamos en su perfil de Facebook y nos gustó las convivencias que hacían, la participación de las familias... Mi padre fue maestro en Berbegal y creo que la escuela rural enriquece tanto a los mayores, por la responsabilidad de cuidar, como a los pequeños porque aprenden otras cosas. Se retroalimentan. Además, Pablo Gracia se implica mucho y tiene mucho interés", expone Lorenzo Sánchez, marido de Alexia, en alusión al colegio de San Lorenzo de Flumen. "Los críos -Eire, de 6 años, y Mael, de 3- están supercontentos y estamos encantados con el colegio, donde no notan tanto el confinamiento porque pueden salir al exterior", indica Alexia.

Y la decisión no fue fácil, porque venían de Artasona del Llano, en el municipio de Almudévar. "Aquí quería venir, pero me fastidiaba cambiar a la niña de colegio", indica Alexia, que tiene una marca propia de confección de ropa evolutiva para los más pequeños: Capucetas. Así que cuando vieron que con el taller, la casa de pueblo de colonización que reformaron se les quedaba pequeña, comenzaron la búsqueda de algo más grande por el entorno e incluso volvieron a mirar a la capital oscense, donde habían vivido. Pero no les encajaba el estilo de vida. Nunca dejó de ir a la casa familiar de Capdesaso y, aunque no buscaban allí por el colegio, les salió una oportunidad que no pudieron rechazar. Además, Lorenzo, mecánico de tractores, puede trabajar sin problema y Alexia ha vuelto a engrasar allí su máquina de coser.

"Las familias vienen además convencidas de la calidad educativa que se da en los CRA, con ventajas como las ratios bajas, la convivencia entre diferentes edades, la cercanía entre el centro y las familias, una educación más individualizada, la interacción social con el pueblo...", indica Gracia, que pone el acento en la diversidad. "Todo lo diverso enriquece y en la escuela rural la diversidad es algo innato porque juntamos alumnos de diferentes edades", comenta.

"Tenemos también cercanía con el entorno, una granja, un bosque... y, sobre todo, la cercanía con las instituciones", comenta Pablo Gracia, que incide especialmente en la coordinación en este tiempo de pandemia. "Ahora, con todas las medidas que ha habido que implementar hemos tenido todo lo que hemos querido y un poco más", apunta en relación, por ejemplo, a la limpieza del centro a cargo del municipio. "Las familias también valoran que el Ayuntamiento esté detrás de los centros educativos y atentos a todas las necesidades. Mientras en otros por el covid se ha reducido el servicio de comedor, en Lalueza -que lo gestiona la Amypa y el Ayuntamiento- hemos pasado de 11 a 19".

El alcalde de Lalueza, Armando Sanjuán, vecino de San Lorenzo del Flumen e impulsor del CRA en su día, se muestra convencido de que "la educación infantil es mejor que en una ciudad". En su caso, hace un llamamiento para que la gente se plantee la vida en pueblos. "Hay bastantes empresas de servicios y mucha escasez de soldadores, herreros, carpinteros, electricistas... Gente con iniciativa podría montarse aquí su negocio, no solo se pueden dedicar a la agricultura o a la ganadería", comenta. Además, quiere impulsar la construcción de viviendas, como ya han hecho en varias ocasiones en Lalueza o en San Lorenzo. En este último pueblo de colonización, 11 unifamiliares se llenaron casi todas con vecinos de segunda o tercera generación de colonos. Sanjuán, al margen de pedir servicios similares a los de una ciudad, resalta que se vive muy bien en un pueblo de algo más de 300 vecinos, que tiene tienda, farmacia y oficinas bancarias de Caja Rural de Aragón e Ibercaja. "Es un orgullo para los colonos ver que sus siguientes generaciones disfrutan de su esfuerzo", apunta.

El CRA nació en 1996 con nueve centros, pero cerraron los de Marcén, Alberuela de Tubo, Sodeto, Poleñino y Capdesaso. Ahora, quedan los de Lalueza, San Lorenzo del Flumen y Sesa, que han ganado alumnos; y el cuarto, el de Curbe, se mantiene igual que el curso pasado, con 23 alumnos, pero lo llamativo es que solo ocho años antes estuvo con tres al borde del cierre. "Con los cierres, el CRA solo hacía que perder y perder, por lo que para mí esto es una satisfacción. Tenemos que hacer bandera de las ventajas de la escuela rural", indica Gracia.

María Ángeles Fonfría, licenciada en Ciencias Ambientales que se ocupa de la calidad de la obra de regadío, se planteó llevar a sus hijos a Sariñena al paso que iba ella a la oficina. "Entre llevar a tu hijo a un colegio de 200 a uno pequeño, prefiero este", comenta, así que Alejandro va al colegio y su hija a la escuela infantil de Lalueza. "La acogida de la gente ha sido fenomenal, estoy encantada. Pensaba que no me iba a gustar mucho, porque estaba acostumbrada a pueblos más grandes, pero hay bar, tienda, muchas madres con niños...", apunta. Nunca antes habían estado en Aragón y aprovechan los fines de semana para disfrutar de la naturaleza. Por ahora, aquí se quedan. Alexia y Lorenzo han encontrado su lugar.