Aragón

ALTO ARAGÓN - COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN DE HUESCA

El reto de Fonz de sumar 1.000 vecinos con cultura, vivienda y agroalimentación

#CONTRALADESPOBLACIÓN

El reto de Fonz de sumar 1.000 vecinos con cultura, vivienda y agroalimentación
El reto de Fonz de sumar 1.000 vecinos con cultura, vivienda y agroalimentación
A.F.

Cada vez hay más gente que pregunta en Fonz por una casa con terreno para cumplir ese sueño que ha despertado el virus de vivir en el medio rural. Llegan nuevos vecinos, pero otros se van, mayores que tienen que ir a una residencia porque hay una a medio construir desde hace más de una década. Así es muy complicado crecer y el padrón baja. El objetivo: superar de nuevo la barrera de los 1.000 habitantes.

Ya tienen herramientas e ideas de futuro. Fonz cuenta con una industria agroalimentaria creciente, con los quesos Val de Cinca o la Cooperativa que produce aceite extra virgen. En Cofita, el otro pueblo del municipio, se encuentran Frutas Villapepita, que llega al mercado de Londres; y Bodegas Sers. Hay una empresa que fabrica prototipos de máquinas para todo el mundo, Bazus, un taller de tractores, carpintería metálica, empresas agrícolas y ganaderas, de transporte, de excavaciones…

Además, con la reciente mejora de nueve kilómetros de la A-1236 por parte de la DGA, que conecta con la autovía A-22 en Monzón, se han acercado a Huesca y Lérida. "Es un proyecto por el que se luchaba desde hacía años y supone un incentivo para quedarse", destaca el alcalde de Fonz, Toño Ferrer.

Fonz tiene colegio, escuela infantil, un centro de día del IASS, local social recién estrenado, polideportivo, consultorio médico, dos panaderías, dos tiendas de ultramarinos, dos carnicerías, el bar de toda la vida, el de las piscinas que ha reabierto para convertirse en un centro sociocultural... Y cuenta con un patrimonio cultural entre el que destaca el Palacio de los Barones de Valdeolivos y otros diez palacios renacentistas más, así como una oferta cultural consolidada como el Festival de Jazz, la Feria del Renacimiento...

Además hay puestos de trabajo, y ahí el problema es encontrar trabajadores. Por eso, al alcalde de Fonz, Toño Ferrer, le llama la atención cuando la gente se queja de que no encuentra trabajo: "¡Que vengan a Fonz! "En realidad, en Fonz tenemos el mismo problema de despoblación de toda la provincia, de Aragón, España... En una vida urbanizada, como pretenden hacer, es difícil invertir esta situación", opina. "La administración tendría que buscar fórmulas para dar alicientes para vivir en los pueblos", reclama. "La pandemia algo bueno ha traído y es que hemos aprendido que se puede trabajar desde casa con la llegada de la tecnología y las redes", dice en alusión a la banda ancha.

El reto de los 1.000 habitantes no es un capricho. Bajar de esa barrera es el temor de municipios porque los ingresos caen y los concejales pasan de nueve a siete; y esto supone dos personas menos trabajando. Fonz ronda los 850, de los que unos 800 están en el pueblo homónimo y unos 50 en Cofita, apunta Ferrer. Fue en el año 2011 cuando traspasaron ese límite al perder 39 habitantes y el padrón de 2012 ya fue de 982. Desde entonces, ha ido a la baja.

VIVIENDA PARA ALQUILAR

"Luchamos por sacar proyectos adelante. Hay muchas viviendas vacías, en torno a 60, que no se alquilan, que se venden, pero repararlas es un coste importante. Si hubiera nueva, sería más fácil", indica, por lo que está buscando fórmulas para poner casas en el mercado. Ahora, con el respaldo del Plan de Vivienda de la Diputación Provincial de Huesca, van a rehabilitar tres pisos para ponerlos en alquiler.

Con todo, hay vecinos que vuelven, muchos de aquellos que marcharon principalmente en los años 60 en busca de trabajo a grandes ciudades como Barcelona o Zaragoza o sus descendientes, pero gente sin vínculos también se fija en Fonz. Aunque lleguen nuevos, hay una continua sangría de mayores que tienen que abandonar su pueblo cuando necesitan cuidados.

Por ello, a su alcalde, Toño Ferrer, se le ocurre que acabando proyectos ya iniciados que van demasiado lentos o que están paralizados, se podría contribuir a generar más puestos de trabajo. Ahí está el esqueleto de la residencia de ancianos, que se paralizó, y para la que el Gobierno de Aragón no ha destinado más fondos desde 2009. También resalta la importancia de la que Asociación Down cuente con apoyos para finalizar su proyecto y crear una Escuela de Vida Independiente, en la que chavales con dificultades aprenderán a ser autónomos. "Cuando estos dos proyectos se acaben, podremos alcanzar los 1.000 habitantes", cree.

CUATRO MUJERES Y UN CENTRO SOCIOCULTURAL

Y entre esas personas de fuera que se han fijado en Fonz se encuentra Silvia Leiva, que ha llegado casi directa desde Colombia para reabrir el bar de las piscinas y ofrecer una propuesta cultural con la experiencia del centro que puso en marcha en Bogotá, L" Aldea, nicho cultural, que se ha convertido en un referente por el que pasan artistas de todo el mundo. La pandemia ha interrumpido el programa previsto, pero volverá.

Su objetivo es crear un espacio de ocio y de encuentro de los vecinos de Fonz, que esté abierto todo el año. "Queremos ponerle un poco de alma. Fonz tiene suficiente gente para tener un espacio así porque si hay actividad, van a llegar vecinos de otros pueblos", indica. Solo que en estos momentos, "la realidad obliga a reinventarse día a día".

Sus padres, de origen andaluz, emigraron a Barcelona y hace 43 años visitaron Estada y se enamoraron del lugar. Compraron un corral y construyeron una casa. Su hermana mayor, Luisa, que forma parte del proyecto, reside allí desde hace 30 años. Al jubilarse, sus padres se trasladaron a Estada y, tras fallecer su padre, su madre continúa allí y también su hermano.

Leiva llevaba 14 o 15 años en diferentes países de Centro América, después en Bogotá... y desarrollaba su trabajo en el ámbito de la educación social y la producción cultural. "Cuando tenía 40 años, porque fue mi parto de los 40, tuve la oportunidad de montar un proyecto independiente que produjera con la lógica de allí, tenía que ser autosuficiente, y en siete años se ha convertido en un referente", indica. Por un lado, había un café-restaurante y, por otro, una corporación cultural, pero "todo ligado a un escenario donde siempre pasaban... y se hacía de todo: música, teatro, cuentería, exposiciones, conferencias...", indica. "Es un sitio popular y reconocido y presentamos proyectos culturales. Por ello, empecé a buscar vínculos con España y nuevas posibilidades", indica.

Después de siete años de trabajo, regresó a España para descansar y ver a su familia la pasada Navidad así como a establecer esos vínculos culturales con la idea de volver a Colombia en mayo, pero le pilló el confinamiento. "En momentos de pandemia es mejor el campo a la ciudad", señala, por lo que llamó a su prima Sara García, que había estado con ella los dos últimos meses en Colombia y la animó a coger el bar de las piscinas de Fonz.

Sara García conocía Estada solo de alguna visita puntual. Trabajaba en un centro de quiromasaje en Viladecans, pero su empresa hizo un erte... y todo se complicó. "Me lo propuso mi prima y me pareció mejor opción que seguir allí. Todo es muy distinto, pero estoy genial, es otra historia, más tranquila", señala. Completa el equipo Nunu Casamor, profesora de acroyoga a la que la pandemia ha truncado su proyecto. También estuvo cuatro años en Bogotá como parte del proyecto de La Aldea, aunque ya había regresado antes a España.

"El bar lo cogimos en julio y ha funcionado muy bien. Aunque no había piscinas, el espacio está muy bonito y permitía que la gente estuviera en el exterior, manteniendo la seguridad. Empezamos a programar actividad talleres de salsa, de Chi Kung y jam sesion... Ahora estamos reinventándonos como todo el mundo", señala. Y ya se han buscado piso en Fonz.

Fonz no necesita inventar mucho, pero sí terminar con los proyectos iniciados. Y sobre todo, que la legislación no ponga trabas porque "hay cosas que se escapan al sentido común", dice el alcalde, como la ley de Espectáculos o que la SGAE cobre por la actuación de la coral de Fonz. "No se legisla pensando en el medio rural y suerte que tenemos la Diputación Provincial, que tanto el presidente como la vicepresidenta son alcaldes y conocen la realidad", indica Ferrer. A por el reto.