Aragón

ALTO ARAGÓN - TURISMO INVERNAL

"El esquí no es esnobismo, somos trabajadores y necesitamos ayudas"

Personas ligadas al sector aplauden la apertura de estaciones pero ven dificultades si no hay esquiadores de otras regiones

"El esquí no es esnobismo, somos trabajadores y necesitamos ayudas"
"El esquí no es esnobismo, somos trabajadores y necesitamos ayudas"
D.A.

HUESCA.- El sector turístico del Pirineo afronta con gran incertidumbre la temporada invernal, ya que hasta última hora del viernes, cuando Aramón anunció que abriría Formigal, Cerler y Valdelinares el 23 de diciembre, no sabía si las estaciones de esquí iban a poder ponerse en servicio. La apertura se supeditaba a la movilidad regional, que el sábado confirmó el Gobierno aragonés que se producirá a partir del día 21 de diciembre, cuando se levanten los confinamientos perimetrales de las tres provincias de Aragón. No obstante, faltarán, si no hay cambios en la movilidad entre comunidades hasta entonces, los visitantes de regiones que son grandes emisoras de esquiadores como Navarra, País Vasco, Madrid o Comunidad Valenciana. De cómo se está viviendo está situación en los valles dan cuenta varias personas ligadas al sector de la nieve entrevistadas por este periódico.

Desde el valle de Tena, Diego Herrero, chef del restaurante Vidocq de Formigal, señaló: "Necesitábamos saber cómo íbamos a abrir estas Navidades para organizar nuestros negocios porque nos estaba matando la incertidumbre. Cada modelo de negocio se podrá manejar mejor o peor dentro de las mismas normas, pero por lo menos ahora sabemos a qué ceñirnos y vemos un rayito de esperanza. Tengo muchas ganas de entrar a trabajar en mi cocina". Según apuntó el chef, ahora con el 30 % del aforo permitido "algo podremos hacer. Somos conscientes de la situación, pero por lo menos que nos dejen ese goteo que nos permita pagar los gastos fijos".

Para David Urieta, del restaurante Casa Martón de Sallent, las últimas noticias son positivas, "aunque muchos negocios con estas medidas tampoco podrán sobrevivir. De momento vamos a esperar a ver cómo evoluciona la situación, y según pasen las Navidades, igual tenemos que tomar algún tipo de iniciativa".

Desde Panticosa, Abelardo Belio, del Hotel Sabocos, explicó que en la concentración "se ha demostrado las ganas que hay de poder empezar a trabajar porque llevamos muchos meses parados". Y en cuanto a la apertura de las estaciones, consideró que es una buena noticia. Desde Panticosa le agradecen a Aramón "el gran esfuerzo que está haciendo, pero le sugerimos que, por favor, ese esfuerzo sea compartido con la estación de Panticosa. Yo espero que el grupo Aramón reconduzca la decisión y que al final podamos tener alguna parte de la estación de Panticosa abierta".

Entre las 200 personas concentradas en Cerler, hubo trabajadores del sector y responsables políticos y sociales como el presidente de la Asociación Turística y Empresarial Valle de Benasque (ATEVB), José María Ciria, quien incidió en que la cita no era una protesta. "Hay una pandemia y los empresarios entendemos que las autoridades tienen que primar lo sanitario. Hemos venido a decir que hacen falta ayudas para el sector que ya perdió dos meses de los cuatro de la temporada de nieve anterior, ha perdido el puente y veremos qué pasa si las comunidades siguen cerradas porque el 80 % de quienes vienen a esquiar son de fuera", detalló Ciria, pidiendo que se tenga en cuenta la nieve al repartir los fondos europeos, dado su peso en Aragón.

Lola Gericó, desde la Escuela Española de Esquí de Cerler, manifestó su preocupación reconociendo la dificultad del momento. "Aramón hace lo imposible para poder abrir, pero solo de Aragón no podemos vivir. Estamos aquí para que se nos tenga en cuenta. Somos mucha gente, de los hoteles, la estación, la restauración, que queremos dejar claro que el esquí no es esnobismo, somos trabajadores y necesitamos que nos ayuden como se está ayudando a otros sectores. Si hay cierre perimetral y no nos ayudan, será muy complicado", comentó. "En los locales que tenemos, aplicamos estrictamente la normativa, pese a que yo creo que hay más peligro en un centro comercial que en una estación de esquí", aseguró Gericó.

María Gil, subdirectora de los Hoteles Sommos Hotel Aneto y Sommos Hotel Benasque, aludió a "la confusión" en la que vive el sector en esta situación. El grupo abrirá solo uno de los dos hoteles, lo que supone menos de la mitad de la plantilla, y, dada la situación, no lo hará hasta el 26 de diciembre. "Llevamos muchos días con anulaciones. El hecho de que se haya adelantado Cataluña anunciando la apertura de las estaciones nos ha perjudicado".

En la Jacetania, la presidenta de la Asociación de Empresarios de Comercio y Servicios de la Jacetania (Acomseja), Marian Bandrés, aseguró que la no apertura de las estaciones sería " un problema grave y que no solo afecta a las estaciones, sino también al tejido económico que llevan detrás". En este sentido, agregó que "se está poniendo en peligro la supervivencia de un altísimo porcentaje de establecimientos de hostelería y comercio que dependen de la campaña de invierno, en algunos casos hasta seis meses al año".

El grupo Inturmark cuenta con 300 habitaciones en Jaca entre el Hotel Oroel y el Gran Hotel. Según el administrador del grupo, Pedro Marco, "el colectivo de la nieve no está buscando subsidios, quiere trabajar, pero si este año la situación sanitaria lleva a las autoridades a tomar decisiones que lo impidan, lo razonable es imitar el ejemplo de otros países europeos y buscar compensaciones para los afectados".

Además, el empresario subrayó que "esta decisión afecta no solo a las estaciones de esquí, con sus trabajadores, sino a todo el sector de la nieve: desde las agencias de viajes receptivas, las escuelas de esquí o las empresas de turismo activo hasta la hostelería, gasolineras, transporte, comercio de todo tipo (venta y alquiler de material, servicios a pie de pistas y a lo largo del valle) y a sus proveedores".

Para la directora del Hotel Edelweiss de Candanchú, Amparo Lecumberri, "hay que apoyar las reivindicaciones, porque es una catástrofe económica". "Las estaciones de esquí no son un problema. Son un espacio seguro", concluyó.