Aragón

ALTO ARAGÓN - COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN DE HUESCA

Un piso para asentarse en el pueblo o para viajar de Latinoamérica a Monegros

#CONTRALADESPOBLACIÓN

Un piso para asentarse en el pueblo o para viajar de Latinoamérica a Monegros
Un piso para asentarse en el pueblo o para viajar de Latinoamérica a Monegros
B.B.

Después de años de pérdida de población, Alcubierre ha ganado vecinos y de los 362 con los que comenzó el año pasado ahora ronda los 400. En parte, es el efecto de la pandemia. Pero no se quiere dejar escapar ni uno más. Miguel Ángel ya visitó la zona hace un tiempo y ahora ha apostado por trasladarse al pueblo con su familia desde Latinoamérica. Así que el Ayuntamiento de Alcubierre presentó un proyecto a finales del año para el Plan de Fomento de Vivienda de la Diputación Provincial de Huesca para rehabilitar un piso y ofrecerlo en alquiler. Miguel y su familia se van a instalar allí a finales de mes cuando acabe la reforma de los baños.

El plan para este año, dotado con 1,7 millones de euros, se lanzó recientemente y en pocos días -aunque hay plazo todo el año- ya han presentado sus solicitudes siete municipios para construir o rehabilitar vivienda para ponerla en alquiler y asentar población, con préstamos sin intereses, con los que se pretende paliar la falta de vivienda en el medio rural.

Uno de esos municipios que ha solicitado la ayuda ha sido el de Alcubierre. Además, también tienen planes de habilitar viviendas los municipios de Osso de Cinca, Candasnos, Casbas de Huesca, Vencillón y Valfarta. El año pasado la Diputación provincial concedió préstamos por 1.453.947 euros para la construcción de 23 viviendas en Esplús, Canal de Berdún, Alberuela de Tubo, La Fueva, Benabarre, Aínsa-Sobrarbe, Colungo, Ballobar, Peralta de Calasanz, Torre la Ribera, Ansó, Aísa y Torres de Alcanadre.

"Pedimos uno a finales de año, compramos un piso y lo estamos rehabilitando. Ahora, en el edificio del Ayuntamiento, en la buhardilla, vamos a hacer un apartamento para que los jóvenes del pueblo se puedan independizar", comenta el alcalde de Alcubierre, Álvaro Amador. La familia de Miguel Ángel empezará a vivir en el piso a final de mes y el otro, para gente que se va a emancipar de su vivienda.

Bernardo Bailo, de 36 años, y Paloma Lasheras, de 32, son una pareja de jóvenes, ambos de Alcubierre, que han apostado por vivir en su pueblo. "Se ha quedado mucha gente joven porque hay trabajo, hay muchas granjas", indica Bailo, que admite que tuvieron suerte de encontrar una casa en alquiler de un particular para independizarse. Para él, lo ideal es vivir allí porque trabaja como agricultor y tiene granjas.

En su caso, admite que la clave es que su pareja trabaja en Sariñena, porque otros del pueblo se han tenido que ir este tipo de razones. Ahora, han decidido construir su propia casa. "Es un lujo poder vivir aquí porque en el pueblo se vive mucho más tranquilo", comenta.

De hecho, durante el confinamiento su pareja ha podido teletrabajar gracias a la conexión a internet. Según explica el alcalde, ahora por iniciativa municipal se está cableando la localidad con Embou, ya que con el programa ConectAragón la fibra había llegado solo al Ayuntamiento y al colegio pero no se había desplegado. "Aquí internet iba a pedales y se colgaba y queríamos acercar internet a todos", comenta. Vivienda e internet son, a su juicio, las herramientas para asentar población.

Además, hay trabajo en la residencia de mayores, en las granjas... "La gente ha tenido necesidad de moverse por la pandemia y prácticamente no había vivienda para acogerlos. El problema en los pueblos es que no hay casas. A veces las dejan y cuando van a entrar se dan cuenta de que no son habitables," indica Amador. En esta localidad, el obispado les cedió una vivienda para que alojar trabajadores de la residencia por la necesidad de personal que tenían por la pandemia.

Además, "vino una familia y estuvo mirando por aquí a ver si había posibilidad, por lo que encontramos el piso, les gustó y lo arreglamos para ponerlo en alquiler", indica el alcalde de Alcubierre. Ese era Miguel Ángel, que se va a instalar recién llegado de Latinoamérica con su mujer y sus dos hijos. Este ingeniero, que ha trabajado en Latinoamérica como intermediario de grandes inversiones inmobiliarias de grupos hoteleros y hasta la puesta en marcha de los mismos, llega a Alcubierre con la intención de bajar el ritmo de viajes, "de vivir de una forma más tranquila" y ver crecer a sus hijos. Según detalla este oscense, a través de un conocido se fijó en el pueblo y lo han encontrado todo. Una de las claves, precisamente, fue la existencia de un colegio "no masificado" en el que cree que sus hijos se pueden adaptar mejor.

TRES PISOS EN BALLOBAR

Por su parte, Ballobar acaba de licitar por 250.000 euros la rehabilitación de tres viviendas de los antiguos maestros, que se sumarán a otras tres que están alquiladas. "A ver si conseguimos por lo menos que la gente no se vaya", comenta la alcaldesa Esther Saló, preocupada por la sangría que población desde el año 2010. "Tenemos mucha población flotante (por los temporeros) que no se empadronan y nos genera problemas para tener servicios, como médicos, porque no cumplimos cupos a pesar de tener vecinos", apunta. Por ejemplo, superar la barrera de los 1.000 habitantes les permitiría disponer de una mayor financiación.

A su juicio, la proximidad a Fraga, a tan solo 18 kilómetros, es una tentación para marchar. "Para que se queden los jóvenes, nuestro mayor competidor es Fraga. A la gente le cuesta quedarse", indica. Y eso que hay colegio, ahora con 69 niños, y 15 en la escuela infantil. Con todo, los jóvenes del pueblo son los que están preguntando por estas nuevas viviendas.

Quedará libre también un piso municipal ocupado desde hace más de quince años por una familia que seguirá en el pueblo. "Tiene un precio asequible y está muy bien esta posibilidad para una pareja joven hasta que se asiente un poco", indica la actual inquilina. Ahora, se están haciendo una casa en el mismo pueblo porque "sopesando la vida de aquí" no se le ocurriría cambiarse. "Me gusta la vida del pueblo. Los niños crecen en otro ambiente, en comunidad, para mí son todo ventajas", comenta. Aunque prefiere no dar su nombre, apunta que quiere promocionar la vida en un pueblo que acoge muy bien.

A su juicio, la opción de contar con una vivienda municipal de alquiler, mucho más barata que en Fraga y en un pueblo con más calidad de vida, cree que sí que es un "trampolín" para que la gente joven pueda asentarse. Con estas viviendas, se abre la puerta a la llegada de nuevos pobladores o a que los del pueblo puedan quedarse.