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Huesca es la capital más cara de Aragón en el IBI, según la OCU

Las diferencias en los tipos impositivos y las bonificaciones son excesivas

El grupo de consumo más inflacionista en tasa interanual este marzo fue el de vivienda (+5 por ciento).
El grupo de consumo más inflacionista en tasa interanual este marzo fue el de vivienda (+5 por ciento).
Pablo Segura

Un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en las tres capitales aragonesas advierte de significativas diferencias en los tipos impositivos del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que sitúa a Huesca como la más cara.

Así, para una vivienda urbana con una base liquidable de 80.000 euros, sin bonificaciones, el importe del recibo del IBI es de 624 euros en Huesca (con un tipo del 0,78 %), 355 euros en Teruel (0,444 %) y 330 euros en Zaragoza (0,4123 %).

La organización señala en una nota de prensa que en el resto de España el recibo para este mismo caso oscila entre los 147 euros de San Sebastián y los 774 de Lérida.

No es la única diferencia. Según OCU las bonificaciones sobre el Impuesto de Bienes Inmuebles también pueden ser muy distintas según el municipio.

En el caso de bonificación por vivienda de protección oficial, la ley contempla tres años de reducción del 50 % del IBI, pero solo Zaragoza y Huesca la mantienen unos años más; ésta última hasta diez años, los últimos cinco al 25 %.

En la bonificación por familia numerosa, puede traducirse en una reducción de hasta el 90 % del recibo en Teruel y Huesca, mientras que llega hasta el 70 % en Zaragoza.

En la bonificación por instalación de energía solar, en la capital oscense implica una reducción del 50 % del IBI en la vivienda habitual durante cinco años, el mismo plazo que en la capital aragonesa, aunque la reducción solo es del 30 %, mientras que la capital turolense no la contempla.

En la bonificación por domiciliación bancaria, que no existe en Teruel ni en Huesca, puede traducirse en un descuento del 4 % en Zaragoza.

La OCU considera que las diferencias en los tipos impositivos y las bonificaciones son excesivas y acrecientan las desigualdades fiscales entre municipios.