Azcón: “Quedan 180 días para ganar las elecciones en Aragón”

El presidente del PP Aragón, Jorge Azcón, aseguró que en la comunidad autónoma “tenemos sobradas razones” para cambiar al Gobierno presidido por el socialista Javier Lambán, “no solo porque intente tomarnos el pelo”, sino por su “estrepitosa gestión”.

Así lo señaló durante su intervención en el acto ‘En defensa de un gran país’, protagonizada por el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y por Azcón, y en el que también pronunció unas palabras el presidente del PP Zaragoza, Ramón Celma.

“Quedan 180 días para que ganemos las elecciones en Aragón”, en la jornada electoral prevista para el próximo 28 de mayo, cuando también se celebrará elecciones municipales “y luego ganaremos las generales con Alberto” porque “hay más motivos que nunca para cambiar a los Gobiernos de Aragón y España”, ha esgrimido Jorge Azcón.

“Tenemos la experiencia” de estar al frente de 170 municipios en Aragón, donde viven el 70 por ciento de los aragoneses, ha continuado y los ciudadanos “saben que cuando ha habido problemas serios para gestionar la economía y superar las dificultades solo hay un partido en el que se puede confiar, el PP”.

Azcón aseguró que su formación posee “ideas, equipos, proyectos y soluciones” y en estos seis meses que quedan hasta los comicios “vamos a seguir trabajando duro para solucionar los problemas de la gente”.

Al presidente del PP le pidió que se comprometa con Aragón, que conozca los problemas de la comunidad, “que no venga a mentirnos; confiamos en ti y te vamos a pedir muchas cosas y que vengas mucho por aquí”, le aseguró. Por su parte, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, criticó duramente la propuesta del Gobierno de designar magistrados del Tribunal Constitucional a dos ex altos cargos del PSOE, Juan Carlos Campo y Laura Díez, lo que a su juicio demuestra que a Pedro Sánchez solo le interesa “la justicia sanchista”, esa que está “por encima del Estado y de la independencia judicial y de todos los españoles”.

Pedro Sánchez, abundó, “ha hecho de la crisis permanente” su forma de Gobierno, con polémicas como la de la valla de Melilla; la corrección de las previsiones de crecimiento de la UE o el impuesto a la banca desacreditado por el Banco Central Europeo.