Destacan la contribución de Giménez Abad “al reforzamiento de los valores democráticos”
El presidente de Aragón intervino en el homenaje en memoria del político aragonés asesinado por ETA en 2001

El acto ‘Homenaje a la Palabra’, organizado por la Fundación Manuel Giménez Abad, recordó ayer al político aragonés que le da nombre, asesinado el 6 de mayo de 2001 a manos de ETA. Su hijo y copresidente de la entidad, Manuel Giménez Larraz, remarcó que ésta contribuye, con sus actividades y admirada composición plural “al reforzamiento de los valores democráticos”.
“Han pasado 22 años desde que un asesino de ETA disparara a mi padre por la espalda, y allí quedaron congelados sus proyectos, sus sueños y su vida. Con el paso del tiempo, cada vez queda menos de su presencia física, pero su recuerdo reverdece cada primavera por estas fechas”, relató Giménez Larraz.
Anotó que, pese a que la banda terrorista acabó con la vida de Manuel Giménez Abad, no lo hizo con el “respeto y cariño” de la gente, “posiblemente por sus valores típicos y por su forma de entender la política y la vida en general”. Aquel suceso, apostilló, “convirtió Aragón en una comunidad “más cívica, más digna y más humana”.
Giménez Larraz celebró que Aragón demuestra una forma diferente de hacer política, “menos visceral y más moderada”, que constituye un elemento distintivo de la identidad de los ciudadanos de este territorio, “porque se alimenta de la herencia de quienes entendieron la política como un ejercicio de sana discusión, de diálogo y acuerdo con el que construir un espacio libre y plural en el que todos los aragoneses pudieran vivir”.
La cita anual se celebró en la Capilla de San Martín del Palacio de la Aljafería, con la participación del presidente de las Cortes de Aragón y copresidente de la Fundación Manuel Giménez Abad, Javier Sada, el presidente del Gobierno autonómico, Javier Lambán, y el secretario de la Fundación, José Tudela.
Sada señaló que recordar a Manuel Giménez Abad es “mucho más que recordar sus valores personales”, sino que es hacerlo también a todas las víctimas del terrorismo “con las que la sociedad española estará en permanente deuda”, porque “la forma en que afrontaron la lucha contra el terrorismo ha permitido que esta democracia se consolidara”.
Javier Lambán manifestó que hay momentos en la historia de un país “que se viven con tanta intensidad que quedan grabados en la memoria colectiva”, para añadir que eso ocurrió en la tarde del 6 de mayo con el asesinato de Giménez Abad, recordando cómo vivió él aquella jornada.
E instó a condenar, “sin ningún tipo de paliativos”, a los asesinos y hacer todo lo posible “para que el legado terrorista que en este momento representan grupos claramente filoterroristas que incluso determinan e influyen en la gobernabilidad de este país, desaparezcan definitivamente”.