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CORONAVIRUS

Municipios del Pirineo libres de la covid por responsabilidad, poca población y algo de suerte

Los alcaldes de Yésero, Fago, Hoz de Jaca, Chía y Torre la Ribera cuentan su experiencia

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iglesia de Hoz de Jaca
D.A.

Algunos municipios del Pirineo aragonés se encuentran libres del coronavirus SARS-CoV-2 ya que no han registrado ningún caso desde el inicio de la pandemia, algo que sus alcaldes han achacado a la responsabilidad de sus habitantes, a ser localidades con baja densidad de población y también a algo de suerte.

Así lo han explicado en declaraciones a Europa Press los alcaldes de Yésero, Javier Campo; Fago, Enrique Barcos; Hoz de Jaca, Esperanza López; Torre La Ribera, José Franch, y Chía, Enrique Barrau. En todos hay personas que han tenido que entrar y salir de ellos por motivos laborales, médicos, escolares y de otro tipo.

Además, durante el verano pasado, la mayoría registraron un aumento de población. A pesar de todo esto, las cinco poblaciones se encuentran entre lo más de 120 de toda la comunidad autónoma libres de coronavirus.

Asimismo, los cinco han podido optar al Plan Remonta impulsado por el Gobierno de Aragón y las Diputaciones Provinciales de Huesca y Teruel, que concede subvenciones a las localidades de las comarcas pirenaicas y de Gúdar-Javalambre para contratar a desempleados vinculados al sector de la nieve y a actividades de montaña afectadas por las restricciones derivadas de la pandemia. 

La alcaldesa de Hoz de Jaca, Esperanza López, ha comentado que en su municipio son "pocos y muy responsables", ya que si bien hay 68 personas empadronadas, viven una veintena de forma permanente y, en todo momento han evitado agrupaciones sociales y celebraciones.

Los vecinos coinciden por las calles, pero son respetuosos con las normas preventivas frente al coronavirus, manteniendo la distancia de seguridad y usando la mascarilla. Ha puesto como ejemplo a los menores que salen de Hoz de Jaca para ir al instituto y, después, "no se juntan con sus abuelos" y solo los saludan por la ventana y cumpliendo todas las medidas.

Durante el confinamiento organizaron un equipo de compras para que los abuelos no tuvieran que salir de sus casas y un vecino se encargó de los productos de farmacia.

"Intentamos hacer las cosas bien" y las personas con segundas residencias han respetado la limitación de movilidad y no han venido, salvo requerimientos que se les han hecho por la necesidad de solucionar algún problema, como la rotura de una tubería.

La alcaldesa ha precisado que, durante el verano pasado, hubo bastante turismo y funcionó la Tirolina Valle de Tena, ubicada en su término municipal, pero los visitantes fueron "muy respetuosos, todo el mundo usó la mascarilla" y, a pesar de tener frecuentación en los negocios de hostelería, con dos bares abiertos todo el año y una hamburguesería durante la época estival, aplicando las medidas de prevención y protección "no ha habido problemas", ha remarcado.

Respecto al Plan Remonta, Esperanza López ha referido que tres personas lo han solicitado --vinculadas al esquí, turismo y hostelería-- y el Consistorio está preparando la contratación; la primera se realizará el próximo lunes para tareas municipales. En el municipio hay otros trabajadores de estaciones de esquí, pero se encuentran en Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).

El alcalde de Torre La Ribera, José Franch, ha manifestado que los vecinos han sido "responsables" y si bien es un municipio con varios núcleos dispersos, cuando se han encontrado por la calle o por el campo "se ha cuidado mucho la distancia". Como ejemplo, ha dicho que acordaron entre todos no ir a los centros sociales que se utilizan como lugares de reunión, a modo de bares, desde el inicio de la pandemia, medida que se mantiene en la actualidad.

Por otra parte, ha indicado de los 110 empadronados, viven unas 70 personas todo el año, entre ellos, personas mayores, a quienes se ha procurado proteger. Asimismo, tres niños acuden al colegio de Campo, situado a 13,5 kilómetros, y los vecinos han de desplazarse a esta y otras localidades para hacer la compra o acceder a otros servicios.

En su término municipal, se encuentra la planta embotelladora de Vilas del Turbón, en el núcleo del mismo nombre, a donde acuden a trabajar desde otras zonas del valle y todos tienen "mucho cuidado" para evitar los contagios, ha relatado Franch.

El edil ha informado de que no hay muchas viviendas de segunda residencia y, respecto al balneario, también ubicado en Vilas del Turbón, está cerrado desde el 15 de marzo del año pasado. Sus empleados están en ERTE y, por eso, en esta localidad no se han acogido al Plan Remonta. 

El alcalde de Yésero, Javier Campo, ha señalado que, en general, la población ha sido prudente, "quitando algún caso puntual", pero, al mismo tiempo, ha considerado que haber esquivado la covid-19 tiene un componente de "casualidad", ya que sus vecinos mantiene mucha relación con el municipio de Biescas, que está a nueve kilómetros, donde acuden a comprar y a recibir otros servicios, donde sí que se han contabilizado contagios durante la pandemia.

En Yésero viven 25 personas durante el invierno, aunque hay 59 empadronadas. Durante la época estival, han recibido visitantes de diversos puntos de España, que han acudido a sus segundas residencias (en el municipio hay unas 70 viviendas) a hacer turismo rural o senderismo.

El bar-restaurante ha estado abierto, pero se han evitado las celebraciones, mientras que en Navidad "no ha venido nadie". Sobre el Plan Remonta, ha dicho que el Consistorio ya ha contratado a dos personas del ámbito de la hostelería para desarrollar diferentes tareas municipales como limpieza de cunetas, arreglo de adoquines o pintado de barandillas y bancos. 

El alcalde de Fago, Enrique Barcos, ha opinado que el hecho de que tenga muy pocos habitantes, 25 empadronados y unos 20 viviendo de forma habitual, y de que no haya bares, ni tiendas en la localidad ha podido favorecer que no se hayan producido contagios de coronavirus.

"La gente ha cumplido", además de que no tenía dónde reunirse, salvo las viviendas, ha constatado. "La población se ha comportado, en la calle se han mantenido las distancias y "tampoco ha habido grandes grupos".

Durante el verano, han tenido visitas que han ocupado viviendas de segunda residencia, quienes "al ver cómo estábamos respetando las normas" los del pueblo, también las han seguido y tenían esa voluntad de no generar problemas, ha detallado el alcalde.

Además, Barcos ha explicado que para evitar la movilidad, cuando alguien iba a comprar, "ha hecho la compra para varios". Respecto al Plan Remonta, no ha habido peticiones porque "no hay nadie en el paro". La mayoría son autónomos que desempeñan diferentes actividades en el valle. 

Por su parte, el alcalde de Chía, Enrique Barrau, ha comentado que, en general, se han cumplido las normas, pero también ha reconocido que ha habido algún caso en que no y "el factor suerte ha sido importante" para haberse librado de positivos por COVID-19.

Según ha narrado, en un primer momento costó asumir la situación, pero "a base de insistir y de información" la población ya está concienciada. Su municipio tiene bastante relación con Castejón de Sos, del que le separan tres kilómetros; ocho o diez niños de Chía asisten allí a clase; los vecinos van al médico y a otras actividades.

Durante el verano, "hubo gente y casi todos respetaron las normas". Además, las viviendas de turismo rural siguen abiertas y hay quien se ha decidido a adquirir una casa en este municipio, que tiene 86 habitantes empadronados. Barrau ha dicho que se ha producido la compra de dos o tres viviendas en este periodo de pandemia.

En cuanto al Remonta, por ahora "todo el mundo trabaja" o si son empleados de estaciones de esquí se encuentran en situación de ERTE, por lo no ha sido necesario acogerse a él. Ha matizado que había una pareja que sí podría haberlo hecho, pero se marchó hace varias semanas al saber que no se iban a abrir las estaciones.