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El fiscal mantiene los cargos contra el vecino de Barbastro al que exculpó su expareja de retenerla conta su voluntad

También ha mantenido la petición de prisión para un amigo del acusado que presuntamente colaboró en los hechos

Juicio por secuestro a su exnovia 16 - 3 - 21 foto npablo segura
Juicio por secuestro a su exnovia16 - 3 - 21 foto npablo segura
PABLO SEGURA

El fiscal ha mantenido hoy su petición de penas que suman 13 años de prisión para un vecino de Barbastro juzgado en la Audiencia de Huesca por maltratar, maniatar, encerrar en un armario y retener contra su voluntad a su expareja, a pesar de haber retirado la denuncia y minimizado los hechos durante su declaración ante el tribunal.

También ha mantenido la petición de 12 años de prisión para un amigo del acusado que presuntamente colaboró en los hechos como cooperador necesario en los delitos de quebrantamiento de condena, detención ilegal y revelación de secretos, y como autor en los de resistencia y lesiones a agentes policiales en el momento de su detención.

Durante la primera sesión, la víctima admitió que se desplazó en junio de 2020 a la casa del segundo acusado porque éste le pidió ayuda y le dijo que su expareja, sobre la que pesaba una orden de alejamiento, no se encontraba en ese momento en el inmueble.

Esta mujer relató que al llegar a la casa fue golpeada por su expareja, obligada a desnudarse para ser cacheada, maniatada con cinta americana y encerrada en un armario, y que, tras liberarse, decidió quedarse por voluntad propia para tratar de calmar a su expareja, que le arrebató el móvil para tratar de averiguar si le había sido infiel mientras cumplía condena.

A pesar de negar haber sido presionada por el acusado y su entorno para retirar la acusación, uno de los guardias civiles que intervino en la denuncia relató que la mujer le reconoció que había visto "la muerte de cerca".

La vista celebrada este martes se ha centrado en las pruebas periciales realizadas en torno al escenario de los hechos, a las lesiones y heridas que presentaba la mujer en el momento de denunciarlos, y al estado mental del principal acusado.

Una de las facultativas que atendió a la mujer ha asegurado que ésta presentaba lesiones "recientes" en el pie, escoriaciones en diversas partes del cuerpo, así como hematomas diversos en la cara y signos de dedos en el cuello.

Por su parte, la perito psiquiatra ha explicado que el acusado no padecía en el momento de producirse los hechos que pudiera suponer un menoscabo en sus facultades volitivas, y que era capaz de valorar la gravedad de lo que se le imputaba a pesar de no reconocerlo.

Ha admitido la existencia de un informe anterior del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) que diagnostica en este acusado inteligencia límite, trastorno bipolar y adicción a las drogas, pero ha insistido en que estas patologías no tienen por qué influir en todo momento en la conducta del acusado.

Esta especialista ha añadido que la adicción a las drogas, utilizada por la defensa como circunstancia eximente de la responsabilidad de su cliente, no era "grave" en el momento de producirse los hechos ya que no requirió atención sanitaria ni psiquiátrica.

En su informe final, el fiscal ha dado valor al testimonio de la víctima a pesar de haber minimizado la gravedad de los hechos y ha insistido en la existencia de jurisprudencia que atribuye en ocasiones a las víctimas de acciones violentas "sensación de miedo, síndrome de Estocolmo o conciencia de que lo ocurrido fue menos grave de lo que pasó en realidad".

Por su parte, el representante de la defensa ha solicitado la aplicación de la eximente incompleta por drogadicción para el principal acusado y la aplicación de penas de meses de prisión y de multas por los distintos delitos imputados.

En relación a su segundo cliente, este letrado ha reclamado la absolución por los delitos imputados como cooperador necesario, y multas o trabajos para la comunidad por los de resistencia y lesiones a agentes de la autoridad.