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Elita Davias: “Prefiero escribir jotas con buena letra para entonar mejor”

“He sido siempre una persona curiosa y perfeccionista en todo lo que he emprendido”

Elita Davias
Elita Davias.
Á.H.

Es jienense de nacimiento (15 de septiembre de 1942) y barbastrense de toda la vida. Ha sido funcionaria profesional con dedicación, en tiempo libre, a múltiples actividades relacionadas con el folclore, entre ellas jotera, profesora, una de las impulsoras de la Asociación Folclórica Ciudad de Barbastro, fundadora de Tradiciones, priora de la Cofradía de San Ramón y concejala de Fiestas.

¿Cuál es el emoticono que define su personalidad?

—Depende del momento y estado de ánimo personal, aunque utilizo más la sonrisa para compartirla.

Genio y figura. ¿Se identifica?

—Genio cuando toca y procuro no gastarlo con frecuencia, sobre todo a estas edades respetables. Figura si, mientras no sea decorativa.

La sonrisa es el lenguaje universal de las personas inteligentes. ¿Sonreímos poco?

—No sé si es como dice pero en mi caso tampoco es un problema, al contrario, sonrío siempre y en consonancia, saco buena cara.

Al choque, ¿es sutil, esquiva o frontal?

—Si puedo y me dejan, sutil.

¿Se considera una mujer de imagen?

—Hasta ahora, sí.

¿Cómo es posible, sin morir en el intento, ser madre, jotera, profesora de canto, concejala, priora de Cofradía y presidenta de Tradiciones, entre otras varias?

—Pues ya ves, en 78 años he tenido tiempo para todo eso y ahí sigo en algunos menesteres. La posibilidad de tener buenos colaboradores ayuda mucho.

¿La historia de su vida se escribe con muchas jotas (letra)?

—Sí, a la Virgen, al amor, al desamor, a Aragón, a la naturaleza, a la gente… a la vida en definitiva.

¿Qué diferencia hay entre la J de no jorobes y la de vamos a cantar la Jota?

—La primera no la uso porque nunca jorobo a nadie mientras que la segunda forma parte de mi vida. Son dos “jotas” diferentes, la segunda lleva ritmo.

¿En las 300 letras escritas con buena letra se acordó de que existen Los renglones torcidos de Dios de Torcuato Luca de Tena?

—Mis renglones con Dios no son torcidos, al contrario. Así que prefiero escribir jotas con buena letra para entonar mejor. En esta vida he cantado muchas jotas en iglesias y también a Dios, la Virgen, San Ramón y otros.

¿Le hacen caso cuando dice Déjalo todo y ven, título del CD de villancicos populares que grabó con Tradiciones hace veinte años?

—Aún dejamos todo para cantar villancicos cuando toca por Navidad, menos este año pasado por la situación de la pandemia.

¿Ha cambiado mucho el Somontano que le dedicó a su hermano Adolfo con 22 jotas de letra propia?

—Claro, ha cambiado mucho, a mejor. Aquellas jotas se grabaron hace 20 años por Editorial Alquézar, del amigo Rafael Ayerbe con toma de sonido y mezclas de Manuel Sánchez, en colaboración con el ayuntamiento.

¿Ágata y Rosana, sus hijas, comparten las Tradiciones de su madre?

—Algunas sí pero llevan otros caminos.

¿Nunca es tarde si la dicha llega a sus años? pero es Académica de Honor de la Jota Aragonesa…

—Al menos, he sido reconocida como maestra de la Jota Aragonesa.

¿Cuál es la clave para organizar 26 Fiestas del Crespillo sin que nadie se atragante?

—Trabajo, ilusión y ¡buen trago de vino! La verdad es que ha sido mérito de mucha gente desde que comenzamos en la plaza de Aragón. Los crespillos son propios de Tradiciones y ahí seguimos junto a los hornillos menos estos dos últimos años por cuestiones de la pandemia.

¿Qué prefiere un crespillo bien sabroso, recién hecho, o una almendra de oro como la que tiene enmarcada en su casa desde el año 2002?

—Ambos son muy dulces y la Almendra tiene el añadido del honor que te la conceda El Cruzado Aragonés, semanario más antiguo de Barbastro y entre los más longevos en Aragón.

La Agrupación Folclórica Ciudad de Barbastro que impulsó con José Antonio Ferraz y Salvador Fierro fue buena escuela de formación para cantadores y bailadores

—Recuerdo que fuimos de lo mejorcito en la provincia y hasta conseguimos algún premio nacional.

Defíname en pocas palabras a varios joteros altoaragoneses: Joaquín Campodarve, Paco Lasierra “El Chato”, Javier Badules y Roberto Ciria.

—Extraordinarios, uno por uno y todos juntos. Ahora, no te olvides de mis discípulos Ana Paricio, José L. López y María Ortigosa, que enseñan en sus escuelas respectivas.

¿Cuántas veces ha cantado Los labradores sin tener huerta ni campo?

—Innumerables, con guitarra y sin jadico.

¿Es más rentable con criterios celestiales cantar los Gozos a San Ramón que las jotas terrenales?

—Celestiales, los gozos terrenales, se me ocurren tres jotas mías en honor al Santo patrono de la Diócesis de Barbastro-Monzón.

Si hablamos de esencias ¿qué es lo esencial de la vida?

—Ser honesto.

¿La pasión por aprender ha sido una constante en su vida?

—Sí, he sido siempre una persona curiosa y perfeccionista en todo lo que he emprendido.

Mucho aire insufló a Los Gaiteros del Somontano en sus inicios porque llevan más de 20 años soplando...

—Ahí se nota que tienen interés, ganas de aprender, con el barbastrense Blas Coscollar un ejemplo y claro, buenos pulmones para soplar, menos Chechu que le da al bombo.