Comarcas

COLABORAN: DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUESCA Y CAJA RURAL DE ARAGÓN

Siete viviendas, 11.000 metros de suelo y un laboratorio para echar raíces

#CONTRALADESPOBLACIÓN

La doctora en Veterinaria Tania Pérez planea crear un laboratorio en Escanilla
La doctora en Veterinaria Tania Pérez planea crear un laboratorio en Escanilla
S. E.

LA FALTA de vivienda es el principal problema para asentar población en el medio rural. Así de claro lo tiene el alcalde de Abizanda, Javier Labat, especialmente después de constatar en esta localidad que si hay pisos disponibles a un precio razonable, se llenan. Las siete viviendas municipales están ocupadas y con gente joven. Es más, cada vez que las sacan a concurso, hay varios candidatos. Por ello, el Ayuntamiento promueve la urbanización de 11.000 metros de suelo en Escanilla para cualquier uso.

También hay un proyecto para urbanizar 4.500 metros en Lamata, donde en parte se ubicarán instalaciones deportivas, y a medio plazo más de 6.000 metros en Abizanda. Los tres forman el municipio de Abizanda con Ligüerre de Cinca, expropiado en su día por la construcción del pantano de Mediano, cedido a UGT, y recuperado como un centro vacacional, un resort. 

“En estos pueblos no hay iniciativa privada como en las capitales. Si no se hace desde el Ayuntamiento, es imposible”, apunta el alcalde. “Nosotros estaremos preparados con suelo. Si hay, pueden llegar proyectos, si no, nada”, comenta. Ahora, van a iniciar el movimiento de tierras en Escanilla y pondrán servicios.

Abizanda trabaja para tener suelo en dicha localidad, Escanilla y Lamata para atraer población al constatar que sus siete pisos siempre están ocupados

Tania Pérez ya piensa en cómo darle forma al suyo y crear allí su laboratorio veterinario. “La idea me la planteé durante los meses del confinamiento. La verdad es que pensé que por qué no podía tener de cara a futuro la base de mis actividades, que ahora tengo en Pamplona, en Escanilla. Quiero crear un laboratorio para poder prestar desde Escanilla servicios veterinarios, tanto de piscifactorías como otras actividades ganaderas”, comenta. Esta doctora en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza ya pasó el confinamiento en esta localidad sobrarbense, donde nació su padre y donde ella ha disfrutado los fines de semana y veranos de su infancia. Trabaja como investigadora en la Universidad Pública de Navarra, también en el ámbito de la investigación en una fábrica piensos; y como autónoma da servicios veterinarios y atiende piscifactorías de varias comunidades autónomas, entre ellas de Aragón.

“Mi planteamiento es residir allí, porque teniendo buenos servicios de internet puedes hacer lo mismo que en la capital”. Ahora, “han reforzado el internet rural -con el Plan de Extensión de la Banda Ancha de la Diputación Provincial- y con una videoconferencia ya no te quedas a medias”, indica.

En su opinión, para asentar población “hacen falta servicios”. “Una de las cosas que me planteo es que si monto el laboratorio necesitaré personal y me preguntó dónde va a vivir, tiene que haber vivienda o comunicaciones”, comenta.

Javier Labat, alcalde de Abizanda, en la plaza de la localidad sobrarbense
Javier Labat, alcalde de Abizanda, en la plaza de la localidad sobrarbense
S. E.

En Abizanda duermen cada día unos 25 vecinos, de los que casi la mitad residen en las viviendas municipales. Con todo, la población se duplica cada fin de semana. Los últimos en instalarse han sido una pareja con un hijo que teletrabaja. En Lamata, la cifra de vecinos es similar, mientras que en Escanilla residen unos 15, detalla el alcalde. En esta última, excepto unos pocos de entorno a 50 años, como Joaquín Lalueza, muchos superan los 80.

Este agricultor y ganadero, que en su día apostó por quedarse, y que tiene también una empresa de discoteca móvil, defiende que hay que diversificar la economía más allá de la ganadería y del turismo. Sugiere que podría ser un lugar para empresas forestales. No obstante, estima que el primer paso es afianzar la población existente y facilitar tanto las incorporaciones a la agricultura como la creación de negocios para los jóvenes del pueblo o nueva población. Además, reclama mejores comunicaciones y, aunque resalta que la llegada de la banda ancha se ha notado mucho, “todavía seguimos un paso por detrás” frente a las ciudades “si es necesario subir archivos potentes”. Además, pide la mejora de la A-138 entre El Grado y Abizanda. Ahora, se está promoviendo una asociación de desarrollo para la zona.

La posibilidad de comprar para primera o segunda residencia es prácticamente nula, indica Labat, que asegura que mucha gente pregunta para hacerse casa. Por ello, se plantea que el Ayuntamiento tome la iniciativa, en un momento en el que existen varios planes de la Diputación Provincial para habilitar viviendas con distintas fórmulas. “Nosotros intentaremos recuperar la inversión, no ganar dinero con eso. Queremos articularlo para que la gente resida con VPO o como sea”, comenta.

Él mismo tomó la decisión hace cuatro años de vivir en Abizanda. “La gente me decía que si estaba loco por subir y bajar todos los días a Barbastro”, comenta, donde tiene una empresa de electricidad y climatización con otros socios, uno de ellos también de Abizanda. Sin embargo, explica que están a solo 20 minutos de Aínsa, un poco más a Barbastro y que cuando trabajaba en Zaragoza, Barcelona o Valencia moverse era mucho peor.

“La idea es que el Ayuntamiento poco a poco vaya urbanizando. Es de agradecer a los pocos que venden, porque si no, no vas para adelante. Ahora, es muy difícil encontrar terreno para construir”, comenta Labat. Es más, es complicado incluso para alojar a los trabajadores de Ligüerre de Cinca.

En Abizanda, también van a crear un aparcamiento de 3.500 metros cuadrados para entre 100 y 120 coches, ya que el espacio actual se queda pequeño, especialmente cuando hay función en La Casa de los Títeres, de los Titiriteros de Binéfar.

Por un trabajo, una familia

A Mercedes Paz una oferta de trabajo para la oficina de turismo le hizo plantearse trasladar su residencia de Barbastro a Abizanda y, una de las claves que ayudó, fue precisamente que había vivienda disponible. “Nos gustaba el pueblo, como teníamos allegados allí y mi pareja también era de Abizanda... Decidimos apostar por el pueblo, eché el curriculum para el trabajo; y aquí sigo y esperemos que por muchos años más”, indica Mercedes, que trabaja en la oficina de turismo y en la biblioteca municipal.

Mercedes Paz y su hijo, vecinos de Abizanda
Mercedes Paz y su hijo, vecinos de Abizanda
S. E.

“La oferta de trabajo no iba asociada al piso, pero dio la casualidad de que había uno disponible”, explica. De aquello hace ya 10 años. Su hijo, que ahora tiene 7, ya nació en Abizanda y está “encantado” de vivir allí, comenta Mercedes. Es el único niño de la localidad sobrarbense al que el transporte escolar recoge para llevarlo al colegio de Aínsa y viaja con otra niña de Lamata. “No echamos nada en falta, aquí que vivimos más tranquilos. Tenemos 25 minutos a Barbastro, por lo que te puedes apañar muy bien”, comenta.

Además, explica que es un pueblo con mucha vida. “No nos hemos planteado mudarnos, porque estamos bien, ya veremos cuando el niño sea más grande, pero lo lleva muy bien. Los viernes suben los niños de otras casas, se abre el bar y hay bastante turismo. No es un pueblo que de vez en cuando haya gente, sino que hay bastante movimiento”, comenta.

De hecho, con el confinamiento y el asentamiento permanente de familias que iban al pueblo de segunda residencia, pudieron organizar un campus de verano para los niños mientras los padres teletrabajaban, desde junio hasta la primera semana de agosto.

En cuanto a la vivienda, “tienen un precio razonable y es una oportunidad de vivir y de vivir bien en los pueblos. Están todas ocupadas, la mayoría por jóvenes que viven y residen en el pueblo casi todo el año”, explica Mercedes.

Cuando un apartamento se queda libre, siempre hay dos o tres solicitudes. Como criba, piden un contrato de trabajo o actividad económica en el municipio o en un radio de 30 kilómetros. “Casi la mitad de los que vivimos a diario, estamos en los apartamentos. Está claro que ofrecer vivienda asienta población”, comenta Labat, que ahora ha apostado por el suelo para poder crecer.