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El obispo de Lérida acusa al de Barbastro de querer enfrentar a Aragón y Cataluña

Afirma que los obispos aragoneses han utilizado en ocasiones frases propias de un discurso "populista"

Museo Diocesano de Barbastro-Monzón
Museo Diocesano de Barbastro-Monzón
A. H.

El obispo de Lérida, Salvador Giménez Valls, ha considerado un "error grandísimo" que la disputa por las obras de arte que se encontraban en el Museo de Lérida y que reclama la diócesis de Barbastro se haya querido presentar como una polémica entre las diócesis de Aragón y Cataluña.

En declaraciones al medio Catalunya Religió, el obispo ha señalado: "Barbastro ha querido presentarlo como una polémica entre Aragón y Cataluña, cosa a la que yo me he negado siempre".

Ha indicado que "hay un conflicto entre una diócesis que se llama Barbastro y una diócesis que se llama Lérida, independientemente de las comunidades".

A su juicio, "es un error grandísimo querer enfrentar a dos comunidades administrativamente distintas", de ahí que Giménez Valls no haya pedido apoyo a otros obispos catalanes en este tema, a pesar de que le molesta que "los obispos de Aragón digan que se ha humillado al pueblo aragonés y tienen a veces algunas frases propias del discurso populista".

No obstante, ha admitido que "hay una herida" abierta entre las dos diócesis, y "los sacerdotes tienen esa herida porque muchos habían servido en Fraga o Monzón, los quieren mucho y lamentan todo lo que ha pasado".

"Yo lo he vivido muy mal y muy resignadamente. Porque creo que hay un problema muy serio, no de bienes, que a mí esto ya creo que me preocupa menos, sino de relaciones. Me preocupa cara al exterior que dos obispos o dos diócesis estén enfrentadas por unos bienes materiales", ha manifestdado el obispo.

"Es una barbaridad", ha opinado, y ha recordado que la Iglesia católica es universal, lo que quiere decir que "no tenemos fronteras, no tenemos barreras... tú te vas a otro obispado y nadie te dice 'usted no puede venir'".

El enfrentamiento por las obras de arte ha desembocado en un juicio civil en el que él tiene que "ir de acusado" y donde fue "acusado por el obispado de Barbastro". "Esto es lo que a mí me deja muy preocupado", ha recalcado.

Ha añadido que no sabe "por qué la Iglesia se tiene que acomodar a los caprichos de la sociedad civil" a la hora de organizar las diócesis, como ha sucedido con la segregación en 1995 de la de Lleida y Barbastro, cuando "las provincias se crearon en los años 30 del siglo XX y nuestras diócesis son milenarias".

Por otra parte, el obispo ve con buenos ojos la posibilidad de crear algún medio de comunicación conjunto de las diez diócesis catalanas, aunque "el problema seguramente es de voluntad o de querer cada uno mantener o defender su parcela pequeña cada diócesis".