España quiere que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) haga valer su influencia ante Francia para que París se implique y acelere los planes de construcción de interconexiones eléctricas entre los dos países, que arrastran una larga historia de retrasos y abandono de proyectos. Una historia durante la que se han puesto sobre la mesa proyectos que afectaban al Pirineo altoaragonés como la línea de alta tensión Aragón-Cazaril, ya desechada, o la propuesta de una autopista eléctrica entre Sabiñánigo y la localidad francesa de Marsillón.

La ministra de la Transición Ecológica, Teresa Ribera, aprovechó este miércoles la presentación en línea a la prensa de un informe de la AIE sobre el sistema energético español para solicitar su intervención al director ejecutivo, el turco Fatih Birol. “Teniendo en cuenta que la suya es una agencia internacional, espero que usted también recomiende a nuestros colegas franceses que refuercen las interconexiones con España”, señaló.

La ministra se refería a una de las principales recomendaciones de los autores del informe, la de aumentar las capacidades de intercambio eléctrico con Francia para dar flexibilidad al sistema eléctrico español, una flexibilidad que será más necesaria conforme se incremente el peso de las energías renovables, que son por naturaleza intermitentes.

Recordó que la de las interconexiones con Francia “es una larga historia, y no fácil”, que acumula bastante retraso “por diversas razones”, principalmente por los problemas de concertación para construir nuevas líneas, “en particular en Francia”.

La última línea entre ambos países, Santa Llogaia-Baixas por Cataluña, entró en servicio a finales de 2015 con varios años de retraso y con un costo muy superior al inicialmente previsto después de que se decidiera enterrar una cincuentena larga de kilómetros para atravesar la cordillera de los Pirineos.

Años antes había sido abandonado un proyecto de una línea que atravesara los Pirineos por el valle de Chistau, por las protestas al trazado particularmente virulentas en la vertiente francesa.

Ribera dijo que la próxima línea eléctrica entre los dos países debe realizarse en el Golfo de Vizcaya, que será la primera submarina entre los dos países y debería estar en funcionamiento en el horizonte de 2027.

Luego dijo que habría que abordar otras por el centro de los Pirineos y por el extremo oriental.

La Unión Europea había fijado un objetivo de interconexiones eléctricas equivalente al 10 % de la capacidad para 2020, que no se cumplió. Con la marcha actual de las cosas, la AIE tampoco acaba de ver que se vaya a llegar a la nueva meta del 15 % para 2030.

Birol subrayó que para dar la necesaria flexibilidad al sistema eléctrico español, conforme se incorporan cada vez más generación renovable, “son cruciales las interconexiones, el almacenamiento, la gestión y la digitalización".