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ALTO ARAGÓN / TURISMO RURAL

Las casas rurales de Huesca afrontan este verano con “optimismo”

El presidente de Turismo Verde avanza que hay “buenas perspectivas” estivales

El turismo rural es una buena opción frente la turismo masificado.
El turismo rural es una buena opción frente la turismo masificado.
S.E.

Las vacaciones de verano ya están a la vuelta de la esquina. Las casas rurales de la provincia de Huesca aguardan con “optimismo” la llegada del verano, ya que cuentan con un entorno natural privilegiado ante la crisis sanitaria generada por la covid-19. “El viajero está buscando tranquilidad, naturaleza y salir al aire libre, nosotros tenemos todos los ingredientes”, asiente el presidente de la Asociación de Turismo Verde de Huesca, Francisco Parra, que la califica como “la mejor opción” ante el turismo masificado.

Más aún cuando el pasado lunes entró en vigor la nueva normativa para turistas extranjeros entre cuyas novedades destaca la admisión de pruebas de antígenos rápidas y de certificados de vacunación y de recuperación para viajeros procedentes de la Unión Europea, así como la apertura a los turistas vacunados desde países extracomunitarios.

“Hay una buena perspectiva, siempre y cuando se mantenga la movilidad y las medidas de seguridad sanitaria”, advierte el presidente, que habla por todos al decir que “se sienten preparados” para recibir a los visitantes, ya que tienen implantado el Sello de Alojamiento Responsable y Seguro de la DGA. “El reto está en organizarnos lo mejor posible para aprovechar al máximo estos dos meses”, continúa Parra.

En Casa Sofía llevan abiertos todo el año acogiendo a familias de la provincia. A los pies de Ordesa, en Escalona, “tranquilidad y naturaleza” son las dos principales características que buscan las “familias y grupos de amigos que llegan”, asegura Pilar Arnal. Pueden elegir entre dúplex o casa completa, tienen jardín, amplitud, exclusividad y todos los servicios a su disposición. “Agosto lo tenemos completo y para julio queda poco. En esta zona de Sobrarbe son muy previsores porque saben que, si no reservan, se quedan sin apartamento”, indica Arnal.

En Graus, “no es la locura del año pasado pero miramos al verano con optimismo”, apunta Gregorio Riazuelo, gerente de Casa Alfonso. El lugar se encuentra a orillas del río Ésera, es una zona ajardinada, y los clientes que han llamado son de todo tipo, aunque fundamentalmente familias. “Falta poco para el lleno en julio y agosto”, avanza Riazuelo, que asegura que están “al 90 %, y si no llaman pronto, se quedarán sin plaza”.

En Ribagorza, en Biescas el valle de Bardají, se encuentran las dos casas rurales del Chinebro Milenario y el Cerezo del Chinebro. Enclave singular para disfrutar de los principales escenarios pirenaicos, rutas y joyas del acogedor pueblo altoaragonés. Su gestor Joaquín Ballarín se baja del tractor para afirmar que “agosto está completo pero julio queda bastante”. “Es un pueblo tranquilo, cerca de Benasque, Aínsa y el río para todo tipo de actividades. El turismo rural llama a los visitantes en esta situación sanitaria”, añade Ballarín

Finalmente, la Borda de Giral tiene ganas de acoger a las familias. Sus casas están a un paso del Valle de Ordesa y Monte Perdido, donde pueden encontrar “la paz y tranquilidad que vienen buscando”, asegura la encargada, Asunción Mariñosa. “La cosa va lenta, todavía tenemos que completar julio y limpiar las casas y poner las máquinas de ozono requiere tiempo”, apunta Mariñosa, que confía en que sea “como todos los veranos”.

La opción de las casas rurales se ha convertido en una alternativa tanto para turistas de Aragón como de otras comunidades y del extranjero. La provincia de Huesca está repleta de ecosistemas naturales y paisajes donde pasar el fin de semana, siete días o incluso algunos el mes. El Pirineo aragonés aprovecha el verano para llenarse de vida.