Campo crece y se rejuvenece

Campo crece. Los jóvenes ya no se van, la nueva escuela infantil se les ha quedado pequeña en solo un año y hay nuevos proyectos: que si una empresa de rafting, que si otra de servicios de mantenimiento y limpieza, un camping… Algo está cambiando y no es solo por el efecto de la pandemia. “Los jóvenes están apostando por quedarse”, indica el alcalde, Eusebio Echart, pero también “hay gente que le ha gustado la zona y que se ha instalado a teletrabajar”. Además, “en todos los sectores asentados como restauración, talleres, turismo rural... hay gente joven con iniciativa y trabajando”. “Ha habido un aumento del censo considerable”, indica.

Campo crece mientras caen las ‘birllas’ de ese tradicional juego practicado solo por mujeres que se antojan como un símbolo de vencer obstáculos frente a la despoblación. Gonzalo Sanz vuelve a poner en uso el viejo sillón de la barbería de su abuelo, Germán Sin renueva el restaurante Cotiella abierto en 1973 y Lorena lanza el bolo que tumba las “birllas” y revive la tradición. 

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