PATRIMONIO
Tres nuevos títulos para los “Paseos por la historia”
La DPH y Prames engrosan la colección con libros sobre la trashumancia, las navatas y los alimentos de la provincia
“Alimentos de Huesca. Una provincia gourmet”, “Trashumancia en la provincia de Huesca” y “Navatas y navateros” son los tres nuevos títulos que la Diputación Provincial de Huesca (DPH) y Prames han sumado a la colección de “Paseos por la historia”, los libros en formato bolsillo que buscan acercar el pasado, el presente y el rico patrimonio del Alto Aragón.
El presidente de la Comisión Informativa de Desarrollo de la DPH, Roque Vicente, que presentó este viernes los libros, explicó que el objetivo de estas tres nuevas publicaciones es “seguir difundiendo el rico patrimonio inmaterial de nuestra provincia, fomentar su conocimiento”.
Así, “Alimentos de Huesca. Una provincia gourmet” repasa la amplia carta de alimentos producidos o elaborados en el territorio y en los que se unen tradición, calidad e innovación. Aparecen desde producciones pequeñas y poco conocidas pasando por aquellas de mayor reconocimiento y distinguidas con sellos de calidad, hasta nuevas producciones.
“Trashumancia en la provincia de Huesca”. Dentro de la actividad ganadera, la trashumancia supone un auténtico vehículo cultural, de gentes y animales, de bienes y de mentes. Un vínculo indeleble y definitivo entre la montaña oscense y la tierra llana que persiste en nuestra provincia. Por esa razón, esta publicación sirve para reivindicar el oficio de pastor, “tan necesario a la hora de mantener un territorio equilibrado; para divulgar las características de razas autóctonas de ganado y animales domésticos asociados, que suponen un tesoro genético a preservar; y para apoyar e impulsar nuevas producciones agroalimentarias asociadas a esta ganadería, proyectos que llenan de vida y calidad nuestro territorio”.
Finalmente, “Navatas y navateros” revive una aventura cotidiana mantenida durante siglos que arranca en Ansó y culmina en Tortosa, capital de la industria maderera. El bosque y el agua son la esencia de estas embarcaciones, las navatas, que al igual que sus navegantes, los navateros, estaban profundamente enraizados en la tierra de la que procedían. El recuerdo de esta actividad se mantiene vivo gracias a los descensos que se recrean en los ríos Cinca, Aragón-Subordán y Gállego.
