La nieve regresa al Pirineo en cotas superiores a 2.000 metros

La nieve, que ya había hecho su aparición en las cumbres más altas del Pirineo hace algunos días, regresó ayer a la cordillera a partir de los 2.000 metros de altura. Tiñó ligeramente de blanco las laderas de las montañas de las cotas más altas, trayendo una imagen invernal.

En Ribagorza, por ejemplo, se registraron precipitaciones en forma de nieve en el refugio de la Renclusa, a 2.140 metros de altura. El refugio Cap de Llauset, ubicado a 2.425 metros de altitud, lo que lo convierte en el refugio guardado más alto del Pirineo, estaba en la mañana de ayer cubierto por una fina capa de nieve ofreciendo un aspecto más invernal que otoñal. También amanecieron blancas las cimas del entorno de la estación de nórdico de los Llanos del Hospital de Benasque y en Aramón Cerler, el ganado que todavía pasta en las pistas también se vio ayer sorprendido por la nieve en las cumbres próximas.

En el Alto Gállego, las cumbres por encima de los 2.000 metros también recibieron una ligera nevada en una jornada con temperaturas que, por ejemplo, en el refugio de Respomuso descendieron hasta los -2 grados.

En la Jacetania, la nieve hizo acto de presencia en el entorno de las estaciones de Astún y Candanchú. “Ha nevado muy débilmente sobre 2.000 metros, aproximadamente. A lo sumo, han sido 5 centímetros. En las vertientes soleadas ya ha desaparecido”, explicó, ayer tarde Álvaro Luna, director de Candanchú.

Los trabajadores de ambos centros invernales continúan mejorando los accesos y revisando los cañones y los telesillas, con el ánimo de tener las instalaciones preparadas para el puente de diciembre, en torno al cual se quiere comenzar la temporada en el valle del Aragón, si las condiciones meteorológicas fuesen propicias.