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COLABORAN: DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUESCA

La posada del silencio tras las risas de ‘Que se mueran los feos”

#CONTRALADESPOBLACIÓNl

Lastiesas Altas ofrece tranquilidad al visitante en la ‘Posada naturista’.
Lastiesas Altas ofrece tranquilidad al visitante en la ‘Posada naturista’.
S. E.

EL SILENCIO es uno de los grandes atractivos de La Posada de Lastiesas Altas, una pardina de dos casas y una iglesia, a 16 kilómetros de Jaca, donde crecen dos niños de 12 y 9 años en torno a un alojamiento diferente, una posada naturista, fruto del sueño de su abuela, que tiene continuidad. Sus risas son, por simplificar (ya que solo vive una familia), las únicas que se escuchan a diario en este núcleo donde el director zaragozano Nacho García Velilla rodó en 2009 la película ‘Que se mueran los feos’, que tantas carcajadas provocó. Pero, a pesar del éxito del film, este no es el principal motor de atracción, sino la que se le puede conocer como ‘posada del silencio’ y sus deliciosos platos vegetarianos.

Leticia Romeo, natural de Ayerbe, con sus hijos Atahualpa y Sherlock, de 7 y 6 años, ahora vecinos de Caniás.
Leticia Romeo, natural de Ayerbe, con sus hijos Atahualpa y Sherlock, de 7 y 6 años, ahora vecinos de Caniás.
S. E.

Ahí es donde se celebrará el próximo día 23 de octubre el Fesmap, el Festival por la Salud Mental y las Artes de los Pirineos, que reflexionará sobre las ‘Herencias’, tras comprobar los problemas que ocasionan para el desarrollo del medio rural y el asentamiento de población, entre otras perspectivas que se abordarán.

Con este concepto, que va mucho más allá de la propiedad privada, “se intenta hacer un recorrido sobre algunas de las herencias que nos toca aceptar, pelear, recuperar y cómo nos afectan”, explica Leticia Romeo, la impulsora de este certamen, que cumple su 8ª edición.

Un lugar para descansar y disfrutar de la tranquilidad en Lastiesas Altas.
Un lugar para descansar y disfrutar de la tranquilidad en Lastiesas Altas.
S. E.

El Festival nació en Ayerbe, su localidad natal, a la que regresó con su familia tras pasar años en el extranjero. Pero ahora viven en Caniás, un núcleo ubicado a unos 10 kilómetros de Jaca, desde donde trabaja como asesora de emprendedores en programas de la Unión Europea. Allí residen desde hace un tiempo, pero esperan que no por mucho más, mientras avanzan en los trámites para poder instalarse el núcleo próximo de Araguás del Solano, también en el mismo municipio de Jaca. Y todo por una herencia.

Buscaban solo una hectárea para construir una casa y un taller de carpintería y, tras muchas dificultades, se encontraron con un patrimonio de 24 fincas en este último núcleo y, de repente, se vieron como en ‘Falcon Crest’, definió Romeo, por lo que decidieron poner parcelas a la venta. Esta dificultad para comprar un lugar en el Pirineo en el que instalarse y la reflexión surgida de cómo consiguieron al final, en una subasta, más terreno del que necesitaban, le hizo plantearse el tema del Festival. Ya que disponen de terreno, tienen un proyecto para crear instalaciones para continuar allí con la cita, pero mientras tanto Lastiesas Altas de ha convertido en el lugar idóneo.

No solo por que exista un alojamiento sino porque es un lugar ideal para la reflexión, que también se mantiene vivo por una herencia imprevista. Bruno de la Barrera continúa junto a su familia, su mujer Gisela Arro y sus dos hijos de 12 y 9 años, los únicos vecinos de Lastiesas Altas, con la herencia de su madre.

Una de las estancias de la Posada Naturista de Lastiesas Altas.
Una de las estancias de la Posada Naturista de Lastiesas Altas.
S. E.

Esta última, una enamorada del valle, tuvo el sueño de crear una posada vegetariana en la que comenzó a trabajar entre 1989-90. Y encontró su lugar en Lastiesas Altas, donde arrendó al dueño, ante la imposibilidad de comprar, el lugar donde hoy se asientan cuatro edificios, casi todos interconectados, entre los que se reparten la cocina y recepción, el comedor, su vivienda particular, las habitaciones... “En el país del cordero, creó una posada vegetariana, que es un referente”, comenta De la Barrera, orgulloso del legado.

El fallecimiento de la madre en un accidente de tráfico hizo que Bruno y su hermano recibieran esa herencia inesperada en 2003. “Mi hermano y yo decidimos continuar”, recuerda, y lo hicieron juntos unos dos años, hasta que su hermano emprendió su camino como él lo hizo en su momento. Bruno continuó entonces con su mujer Gisela, que llegó en 2004, y allí se han criado sus hijos de 12 y 9 años.

Cartel de la próxima edición del Fesmap, que comenzó a celebrarse en Ayerbe y este año en Lastiesas Altas.
Cartel de la próxima edición del Fesmap, que comenzó a celebrarse en Ayerbe y este año en Lastiesas Altas.
S.E.

“Mi madre creó una posada vegetariana y, aunque parecía algo extraño aquí, funciona muy bien. No trabajamos ni carne ni pescado”, resalta, a pesar de la tradición de su mujer que es de Argentina. “Ofrecemos una vida diferente, vendemos tranquilidad y a la gente le llama mucho la atención el silencio que hay en este lugar”, indica. “Ahora hay un ‘boom’ de todo esto”, señala, aunque la idea de negocio de su madre siempre les ha funcionado. “Desde hace unos años ya no hago publicidad porque no hace falta, la gente ya nos conoce”, señala Bruno. Como su madre era budista, se convirtió en una especie de subsede de Panillo, y ahora él está apostando por la llegada de grupos para hacer retiros de yoga, por ejemplo. “Es una forma más cómoda de trabajar”, indica.

Aunque hasta hace pocos años el propietario también era su vecino, ahora viven solos. “Los niños echan un poco más de menos lugares con más gente, pero los llevamos o vienen aquí con otros niños de La Solana, de núcleos como Abay, Araguás...”, comenta De la Barrera. Con transporte escolar y comedor, señala que no tienen problema para vivir allí, a solo 15 minutos de Jaca. Situado a 940 metros de altitud, señala que tienen menos problemas que en otras zonas poco pobladas de la provincia por su proximidad a Jaca, donde Bruno se crió.

Ahora, tras el Fesmap, cerrará el próximo 1 de noviembre y no abrirán hasta Semana Santa. En invierno, además de descansar, se dedica a su ocupación como monitor de esquí y formador en montaña. Da cursos, por ejemplo, de prevención de avalanchas.

En el Fesmap se reflexionará sobre estos modos de vida. “Tras unos tiempos convulsos en los que sentarse a meditar con uno mismo ha sido la norma (aun sin querer); donde confinarnos para reencontrarnos y conocernos para mejorarnos parecía ser el objetivo, descubrimos que este ‘impasse’ ha hecho aflorar carencias, mucha soledad y dificultades. Desde Fesmap queremos seguir fomentando el abrazo, el diálogo y la escucha activa”, expone Leticia Romeo. Por ello, el programa del día 23 abordará asuntos como los traumas en la primera infancia, por Beatriz Remiro, y el propio Bruno de la Barrera invitará a un paseo consciente por Lastiesas Altas sobre la energía del patrimonio y el entorno, mientras que también se ofrecerá un taller de yoga sensible al trauma y enfocado a familias y profesionales, impartido por Ruth Casasnovas.

Por la tarde, se hablará en una mesa redonda de la bioconstrucción y la salud mental, moderada por Pablo Franco, de ‘Emprender en el pueblo’, que ayuda al proceso de búsqueda para trasladarse del medio urbano al rural. Participarán los arquitectos Iñaki Urquía, Angels Castellernau, Anahi Asenjo y Alfred Zirkel, todos ellos de reconocido prestigio en este ámbito; Sara Palacio, del Instituto Pirenaico de Ecología de Jaca; y Eva Muñoz, del Instituto Español de Baubiologie. Desde su experiencia, se abordarán las posibilidades de la bioconstrucción para conseguir viviendas autosuficientes e integradas en el entorno.

Leticia Romeo se está encontrando con la “herencia enquistada” que consiguió tras muchas trabas, por las normas urbanísticas, para sacar adelante su proyecto de vivir en el medio rural. A su juicio, se habla mucho de la España vaciada, pero la administración plantea muchas trabas a la construcción en terreno rústico y exige mucho “papeleo”. Sus hectáreas, como de ‘Falcon Crest’, decidieron dividirlas en parcelas para permitir que muchas otras personas con un proyecto de vida en el medio rural pudieran tener acceso a un terreno que “se pudieran permitir”, porque “en muchos lugares nadie vende”. Sin embargo, no les resulta fácil. Con todo, ya han vendido dos parcelas y este mes firmará una tercera. Hay quien sueña con construir un ‘glamping’, una especie de camping de lujo y sostenibilidad vinculado al medio ambiente en Araguás del Solano.

La Solana quiere sumar más risas sin romper el silencio. Mientras, sigue abierta la puerta de la posada, una herencia ilusionante.