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Ordesa alarga su tirón turístico a otoño tras un verano de récord

El acceso a la Pradera se ha cerrado 21 días este año, en el que se ha constatado un alto número de visitas también en octubre

Montañeros en el exterior del refugio de Góriz este verano.
Montañeros en el exterior del refugio de Góriz este verano.
M. J. L.

De récord. Así ha sido el verano en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, que en julio y agosto alcanzó la cifra más alta de visitantes de los diez últimos años, a tenor de los registros del servicio de autobús que en las épocas de mayor concentración de turistas conecta, desde 1998, Torla con la Pradera de Ordesa. Fueron cerca de 100.000 personas las que usaron este transporte durante los dos meses citados, cifra que supone un incremento “significativo” con respecto a los registros de la última década. A los usuarios del autobús hay que sumar los que accedieron al Parque Nacional por los otros tres sectores: Cañón de Añisclo, Escuaín y Pineta, donde no se contabilizan las personas, aunque en el último espacio sí se pueden contar los vehículos que estacionan, ya que tienen que pagar 3 euros por ello. Este conteo de coches ha arrojado el récord de los últimos cinco años, con días punta en agosto con más de 500 vehículos aparcados y una media de 350.

Esta “presión” de visitantes se ha traducido en otro récord, el de días de cierre del acceso a la Pradera, que en lo que llevamos de año han sido 21, al completarse el cupo máximo de presencia 1.800 personas de forma simultánea en el sector del valle de Ordesa. Los cierres se han concentrado en su mayoría en verano, ya que solo en agosto (cuando se contabilizaron 58.000 usuarios del autobús, frente a los 41.000 de julio) fueron 10. Un número de días que destaca la directora del Parque Nacional, Elena Villagrasa, ya que asegura que nunca se había tenido que restringir el acceso tantos días. “Normalmente se cortaba algún día del 10 al 15 de agosto, pero 10 días no lo había visto nunca”, comenta, al tiempo que destaca los picos de 500 vehículos aparcados en Pineta o los 300 registrados en Añisclo.

Del cómputo global, en 12 de los 21 días de cierre había servicio de autobús, que se tuvo que suspender hasta que disminuyó el número de personas que estaban en Ordesa, y en 9 no estaba activo este transporte, es decir, se cortó la carretera tras pasar el puente de los Navarros a los vehículos particulares. Durante julio y agosto, la media diaria de visitantes al valle de Ordesa fue de 1.500/2.000 personas.

Otro dato que también llama la atención es el hecho de que haya habido cierres en días puntuales de octubre y de este mes de noviembre tanto en fin de semana como en días laborales, algo que ha acabado de constatar que Ordesa es un imán para los amantes del colorido otoñal que presenta su vegetación -según comenta la directora de este espacio natural-, que el turismo comienza a desestacionalizarse y que la llegada de turistas se alarga y consolida en otoño, según resalta Javier González, jefe del Equipo de Uso Público del Parque Nacional. Y es que este año, por primera vez, el servicio de autobuses estiró la temporada estival y estuvo activo los fines de semana de septiembre y octubre, incluyendo el 1 de noviembre, día de Todos los Santos. Tradicionalmente, el autobús se pone en marcha en Semana Santa, de finales de junio a principios de septiembre y para el Pilar.

“A falta de realizar los cálculos finales, todo apunta a que finalmente habrá récord de visitantes en verano”, manifiesta Javier González, que añade que como en los primeros meses del año hubo restricciones de movilidad no se sabrá hasta que acabe el ejercicio si 2021 en su conjunto ha seguido la tendencia al alza de los últimos años en cuanto a número de visitantes y si, por tanto, el elevado registro de turistas de verano “ha compensado” las restricciones de principios de año. En los últimos ejercicios, el número anual de visitantes al Parque ha rondado los 600.000.

Precisamente, las ganas de salir y de estar en contacto con la naturaleza que ha despertado y amplificado la pandemia (con sus prohibiciones de salir de casa o de la comunidad en la que se vive y las limitaciones a la movilidad) es una, si no la principal, causa del aumento de turistas. Una alta presencia de visitantes que se ha repetido en todos los valles del Pirineo altoaragonés y que en Ordesa se pueden cuantificar gracias al servicio de autobús.

Tanto la directora del Parque como el jefe del Equipo de Uso Público coinciden en la necesidad de seguir trabajando en mejorar los servicios y la movilidad por el Parque para minimizar la “presión” de visitantes, aunque también recuerdan que el Plan de Uso y Gestión ya marca el máximo de personas por sectores, que en los valles de Ordesa y Pineta, los dos de mayor afluencia, está fijado en 1.800 y 900, respectivamente.

“La mejor manera de conservación es regular el uso público”, considera Elena Villagrasa, que pone el acento en el acierto del servicio de autobuses, que gestiona el Ayuntamiento de Torla, pero “que a nosotros nos interesa porque controla el flujo de gente con horarios y rutinas”.

También apuestan ambos por mejorar el transporte público en consonancia con los ayuntamientos implicados. “Nosotros estamos por ampliar el periodo de funcionamiento del servicio lanzadera. Del 15 de junio al puente de Todos los Santos de forma continuada sería lo ideal. Es competencia del ayuntamiento, pero desde la administración estamos por favorecer el transporte público para acceder al Parque”, indica Elena Villagrasa.

Por último, Javier González estima que “una presión” de visitantes como la de este verano no sería sostenible en el tiempo, aunque insiste en que “este año se ha dado una circunstancia excepcional” por la pandemia, que ha derivado en un “boom” de visitantes y que estos hayan sido mayoritariamente españoles.