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Mari Mar Oto: "La peluquería es esencial, pero los gobernantes lo contradicen"

Monegrina de pura cepa, esta vecina de Capdesaso que nació en Poleñino, trabaja en Sariñena en la peluquería Nuevos Tonos, que abrió a los 23 años 

Mari Mar Oto
Mari Mar Oto
M.B.

¿Cuál es el emoticono que define su personalidad?

-La cara alegre con las manos saludando, para trasmitir saludo y cariño.

Genio y figura ¿Se identifica?

-Tengo mi genio como todo el mundo, pero me considero una persona discreta.

¿Cuál es la excitación que más irrita?

-Me irrita el cinismo, la hipocresía, pero también me molesta la discriminación y la violencia que cada día hay más.

¿A quién le daría el premio nacional de gastronomía aragonesa?

-A mi amiga Azucena Zamorano y a su pareja Eduardo, por todos los años que dedicaron a la hostelería.

La sonrisa es el lenguaje universal de las personas inteligentes. ¿Sonreímos poco?

-Muy poco. Nuestras sonrisas son más leves, con esta pandemia estamos más en silencio.

¿La inmigración es una bendición o una necesidad?

-Los inmigrantes generan un impacto positivo a los países que llegan, población más joven, mano de obra. En los Monegros hemos perdido mucha población. Yo diría que es una necesidad.

¿A quién le haría usted sin dudarlo la reverencia?

-La reverencia se la hago a todos mis clientes, ya que sin ellos esto no sería posible. También se la hago a mi madre por su dedicación y constancia incansable.

¿Poderoso caballero don dinero?

-Desgraciadamente, poderoso es, por él trabajamos para poder vivir. Nuestra vida gira en torno a él.

¿Digital o analógico?

-Soy más de digital, porque lo veo más seguro y fácil para mí.

¿Usted ha comprobado alguna vez si un “ebook” huele a las delicias del libro de papel?

-Prefiero el libro de papel. Lo llevas sin tener que preocuparte de cargarlo y no se queda nunca sin batería.

¿A palabras necias oídos sordos, la otra mejilla o mamporro dialéctico?

-Soy más bien de “a palabras necias oídos sordos”. Lo mejor es no entrar en ningún juego de palabras con según qué personas.

¿Es usted más de esperar o de reaccionar a la primera de cambio?

-Intento esperar y después dar mejor respuesta, pero a veces según tu estado emocional reacciono a la primera y luego me arrepiento.

¿Orgulloso altoaragonés y/o cosmopolitismo planetario?

-Orgulloso aragonés, es más, siempre digo que soy rural, me encantan los pueblos, las costumbres y tradiciones populares.

Egoísta, inteligente, preparado y crítico. ¿Es usted millennial?

-No, porque nací en el año 1965. Soy de la generación X.

¿Cuáles son sus criterios de selección de las personas?

-La verdad es que no selecciono a ninguna persona. Las personas te llegan, “se montan en tu tren”, van y vienen, unas se quedan en tu vida y otras pasan de largo.

¿El negocio es la negación del ocio o usted se divierte mandando?

-Me gusta muchísimo el ocio, pero también disfruto con mi trabajo.

¿Qué no puede faltar en su peluquería?

-El buen trato a los clientes, el buen trabajo en equipo. Dar a toda la clientela lo que necesiten y sobre todo estar al día con innovación es muy importante.

¿Cree que con la pandemia, el mundo de la belleza ha despertado como algo necesario, esencial?

-La peluquería siempre fue esencial, la “higiene” es esencial. Pero económicamente los gobernantes lo contradicen totalmente, puesto que nos hacen pagar un IVA insoportable, como si fuera un impuesto de lujo.

¿Cuál es su fuente de inspiración para los cortes y peinados de la temporada?

-Estar actualizada con cursos, vídeos y sobre todo seguir a las “celebritis”, son las más atrevidas con sus look en peinados y moda.

Al choque ¿es sutil, esquivo o frontal?

-Me considero frontal, aunque soy algo tímida, me gusta ir de frente.

Un lugar para perderse en Los Monegros.

-En cualquier lugar de la sierra monegrina, respirando aire puro con aroma a romero, tomillo, contemplando las sabinas, las encinas y las estepas monegrinas.

¿Cómo imagina el mundo dentro de cincuenta años?

-El futuro no es muy prometedor, porque creo que habrá muchos cambios, pero la sociedad se irá adaptando; más máquinas, menos agua, viajes espaciales,...

Diga tres cosas que te hagan feliz.

-Un abrazo, ver mi casa llena de gente, de los míos, reunirme con amigos,...

Un sueño por cumplir.

-Poder llegar al día de mi jubilación con salud y disfrutar más de mi tiempo con nietos, familia y amigos. l

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