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De la ilusión de abrir un negocio a pensar en el traslado

Pastelería Antiga y el Hotel Mirador Las Grullas lamentan las perjuicios que sufren

Vista de Montmesa, en la Hoya de Huesca.
Vista de Montmesa, en la Hoya de Huesca.
Hoya de Huesca.

Luis Bernués, propietario de la Pastelería Antiga, asegura que, aunque hace 19 años montó la empresa en Montmesa porque le hacía ilusión poner en marcha este proyecto en su pueblo, actualmente y debido a los trastornos que le ocasionan los cortes de luz en su obrador, está pensando “en dar el paso” y llevarse a otro sitio la empresa, que cuenta con ocho trabajadores y vende por diferentes puntos de Aragón. Lamenta que las interrupciones eléctricas sin previo aviso le provocan una “extorsión tremenda” y gran “impotencia”, al ver cómo al cabo de un mes, los paros en la producción al no tener luz pueden llegar a sumar entre una o dos jornadas laborales perdidas.

Comenta que cuando hay un aviso de corte del suministro por labores de mantenimiento o reparación de instalaciones se puede organizar, pero apunta que ha habido veces que cuando la interrupción es sin previo aviso no ha podido poner a cocer en el horno la masa que ya tenía preparada y se ha estropeado. “No puedes abrir las cámaras porque no sabes el tiempo que va a durar el corte y el género se puede estropear”, comenta, y añade que tampoco puede amasar porque las máquinas no funcionan y los trabajadores se quedan “sin hacer nada”.

Otro negocio del municipio que se ve afectado es el Hotel Rural Mirador Las Grullas, ubicado también en Montmesa, desde donde explican las complicaciones e incomodidades que les supone quedarse sin luz cuando tienen clientes. Indican que hubo un corte “hace como dos semanas, un domingo por la mañana. “Imagínete -añaden- las habitaciones sin luz, sin calefacción, no pudimos hacer el desayuno ni enchufar la cafetería ni la tostadora, ni nada, porque casi todo lo que tenemos es eléctrico. Fue una situación muy difícil y esto se repite muy habitualmente”.

Además del trastorno que esta situación les crea con los clientes, alude a los daños que “las bajadas y subidas de tensión y los microcortes de luz” provocan en los electrodomésticos. “Vamos por dos neveras al año”, aseguran, aunque lo que más les preocupa es la mala imagen que da el hotel ante sus clientes.