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AGROALIMENTACIÓN

Uaga considera que la rebaja en el combustible se queda “corta”

El precio del carburante agrícola se ha incrementado un 105 % en solo cuatro meses

Un tractor faenando en un campo de Almudévar el pasado mes de febrero.
Un tractor faenando en un campo de La Hoya el pasado mes de febrero.
Pablo Segura

La Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (Uaga) considera que la rebaja de 20 céntimos por litro de combustible se queda “corta” ante el fuerte incremento de los costes de producción. David Solano, miembro de la comisión ejecutiva de esta organización agraria por Huesca, pidió este viernes en declaraciones a este periódico que el gasóleo B -de uso agrícola- esté exento de impuestos. Además, confió en que el descuento en el carburante no sea una medida “coyuntural como consecuencia de esta crisis, sino que sea algo definitivo”.

Por otro lado, también instó a la devolución “total” del impuesto por hidrocarburos. “La reducción de impuestos por hidrocarburos a veces se ha ido modificando y, al final, es un dinero que adelantamos y después se nos devuelve”, manifestó.

El precio del gasóleo agrícola ha registrado un incremento del 105 % en los últimos cuatro meses; en noviembre del pasado 2021 costaba 0,682, y este viernes, 1,424. Con estas cifras, aplicado el descuento de 20 céntimos, el incremento respecto a noviembre seguiría situado en torno al 80 %.

Pero la subida del combustible no es el único factor que ha alzado los costes de producción en el sector agroalimentario, según señala la organización en una nota de prensa. Los insumos también han sufrido un aumento en sus precios. Por ello, Solano solicitó que se aplique un tipo reducido de IVA para estos productos, matizando que los beneficiarios de estas rebajas impositivas sean los agricultores profesionales.

También culpó a la factura eléctrica como otro de los causantes de la inflación. “Estamos pagando un coste energético muy alto y eso va relacionado directamente con la inflación del precio del producto que acaba pagando el consumidor. El alto coste de la energía repercute en el precio de los fertilizantes, después en el propio cultivo, sobre todo en zonas de regadío; después, en la propia mecanización y, finalmente, en la transformación de los cultivos”, explicó, y detalló que la energía “incide en el precio de los alimentos, por lo menos, en seis ocasiones a lo largo de la cadena alimentaria”.

“Los precios de la cesta de la compra están disparadísimos y a los agricultores y ganaderos no les está quedando más dinero, es más, lo están perdiendo”, lamentó Solano.

Respecto a la ayuda de 193,5 millones de euros para el sector agrario y ganadero que se acordó esta semana en el Consejo de Ministros, el miembro de Uaga valoró que esta cuantía “debe destinarse a las explotaciones familiares”. Desde Uaga, expresaron que tanto sus técnicos como los de la organizadora nacional Coag están “estudiando este decreto para presentar una serie de propuestas” en las que primará la premisa de que las ayudas “vayan destinadas exclusivamente a las personas que ejercen profesionalmente la actividad agraria”.

Por último, Solano expresó la necesidad de “darle una vuelta a la PAC y volver a un apoyo a la producción”. “Actualmente, solamente el 13 % de los fondos de la PAC pueden ser destinados a producción, el resto debe ir a otras medidas. Este porcentaje se tendría que aumentar en detrimento de los pagos históricos a agricultores por la actividad ejercida hace 22 años”, sostuvo, asegurando que la cifra destinada exclusivamente a actividad productiva “podría aumentarse, como en algún que otro país, hasta el 30 %”.