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TURISMO

Somontano, Cinca Medio y Bajo Cinca trabajan en una marca turística en torno a las fortificaciones de la Guerra Civil

Trece enclaves, rehabilitados y acondicionados para recibir visitas, forman esta red defensiva desde Naval, en el norte, a Fraga, en el sur

Presentación del proyecto.
Presentación del proyecto.
S. E.

La red de fortificaciones construidas durante la Guerra Civil en la retaguardia oriental del Frente de Aragón en la provincia de Huesca, denominada la Línea del Cinca, contarán con una marca turística de identidad común. Es el compromiso al que han llegado los presidentes y consejeros de Turismo de las comarcas de Somontano, Cinca Medio y Bajo/Baix Cinca, donde se asientan la mayoría de estos emplazamientos defensivos, rehabilitados y acondicionados para la visita del público en los últimos cinco años gracias a las ayudas anuales de recuperación de le memoria democrática de la Diputación Provincial de Huesca. 

Un compromiso que quedó fijado en una reunión de trabajo celebrada en Fonz a la que asistieron José Ángel Solans y María Clusa, presidente y vicepresidenta del Cinca Medio, Daniel Gracia y María Morera, presidente y vicepresidenta y responsable del área de Turismo del Somontano, y Marco Ibarz, presidente del Bajo/Baix Cinca, así como los técnicos de turismo de cada territorio y los responsables del GRIEGC (Grupo de Investigación de Espacios de la Guerra Civil) que han recuperado en los últimos años estos vestigios.

Los ayuntamientos en cuyos municipios se encuentra este patrimonio bélico lo han puesto en valor en colaboración con el GRIEGC, recuperándolo, señalizándolo, creando itinerarios, paneles interpretativos y visitas guiadas aptas para un turismo familiar, que han suscitado un gran interés.

La Línea del Cinca constituyó la red defensiva más importante de la retaguardia republicana. Se construyó a comienzos del conflicto bélico para defender el avance de las tropas sublevadas hacia Cataluña por el norte del Ebro. Se extendía desde los Pirineos (posición de Boltaña de la que no quedan restos) hasta Horta de Sant Joan (Tarragona), más de 180 kilómetros de puntos defensivos diseñados estratégicamente en nudos de comunicación. A lo largo de esa gran línea imaginaria que delimita el río Cinca se crearon trincheras, nidos de artillería, observatorios, refugios, puestos de artillería y kilómetros de pistas militares para garantizar el suministro.

De toda esa red, hasta la fecha, trece municipios de las citadas comarcas han invertido esfuerzos y recursos para recuperar ese patrimonio histórico y darlo a conocer a sus vecinos y visitantes. Son las localidades del Somontano de Naval, El Grado, Estada y Castejón del Puente; del Cinca Medio: Monzón - Selgua, Fonz, Alcolea de Cinca y Binaced; y del Bajo/Baix Cinca: Chalamera, Ballobar, Velilla de Cinca y Fraga. A ellas habría que sumar otras localidades que, pese a contar con vestigios no han iniciado acciones para su recuperación y puesta en valor como recurso turístico, si bien no se descarta que lo hagan a corto plazo. Como tampoco que este producto se extienda a otras comarcas vecinas como la Ribagorza con posiciones defensivas.

El compromiso adquirido en Fonz, tras realizar una visita a su posición artillera, ha sido el de crear una identidad común que aúne a todas estas posiciones bajo la marca turística Línea del Cinca. Así pues, se ha creado ya un logotipo, se va a elaborar una página web, se diseñará material común para la promoción y la identificación con señales, videos, se organizarán visitas guiadas y recreaciones, etc. Previamente será necesario articular un ente que pilote este proyecto intercomarcal, tarea en la que ya están trabajando desde las tres comarcas.

Desde estas comarcas, son conscientes de que la creación de la marca común ‘Línea del Cinca’ reforzará la apuesta turística de estos territorios y contribuirán al dinamismo económico de cada localidad y ahondará en las históricas relaciones de esta zona.