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10ª MARCHA ASPACE

“La Marcha es muy abierta y muy bonita”

Los usuarios de Aspace, parte imprescindible de una actividad que les da visibilidad

Jesús, Andrea e Ibrahim afrontan la Marcha con fuerza.
Jesús, Andrea e Ibrahim afrontan la Marcha con fuerza.
Pablo Segura

Atravesar las puertas de Aspace es descubrir a unos usuarios para los que la Marcha, que este año celebra su décimo aniversario, es una auténtica fiesta, en la que están en sociedad y se muestran como son.

A este centro acuden personas con parálisis cerebral, “un accidente de la naturaleza en el momento del nacimiento”, como dice Miguel Montori, responsable del centro de día para adultos, y como las neuronas que se destruyen no se pueden regenerar, las funciones que se pierden son para toda la vida. Si la afectación es poca, “ni siquiera necesitan un centro Aspace. Con ayudas ortopédicas y a la dependencia personal, son personas que se desenvuelven en su vida ordinaria”, pero si la afectación, que puede ser muy variada, les impide desenvolverse en la vida diaria, Aspace les ofrece un centro de atención temprana para bebés ubicado en la calle Teruel, un colegio de educación especial y el centro para adultos, instalaciones que en el día a día son una vorágine de actividad y en las que el buen ambiente y los gestos y muestras de afectos son la viva imagen de la felicidad.

Roberto, que ha hecho varias ediciones de la Marcha, considera que ha ido a más.
Roberto, que ha hecho varias ediciones de la Marcha, considera que ha ido a más.
Pablo Segura

Pero esa rutina diaria, se va a romper este domingo. Los usuarios y trabajadores de Aspace van a vivir una jornada diferente, y lo van a hacer saliendo a la calle y dando visibilidad a la parálisis cerebral, y lo que es más importante, lo van a hacer sonriendo, un aliado infalible que les lleva empatizar con los cientos de altoaragoneses que junto a ellos recorrerán todos o algunos de los 18 kilómetros que conforman la Marcha de este 2022 y que son sinónimo de alegría. Como dice Ivana, consejera de la Ciudad de los Niños y las Niñas de Huesca, la Marcha Aspace “es muy abierta y muy bonita”.

En los talleres de adultos, entre cestas y pintura, Javier no lo duda y confirma que lo más le gustar de la Marcha “es repartir camisetas y ver a la gente que hay en las paradas ayudando”. Invita a participar en ella. “Hay muchas maneras de hacerlo”, por ejemplo “las donaciones. Hay que llenar la hucha”, y anima a la gente “de fuera de Huesca” a “compartir ese día con nosotros”.

Las caras de alegría como la de Héctor, son todo un regalo.
Las caras de alegría como la de Héctor, son todo un regalo.
Pablo Segura

A Carolina también le gusta todo de la Marcha, pero en especial “el ambiente entre usuarios y profesionales”, en un día en el que ese ambiente es “más divertido y alegre”.

Roberto ha hecho varias Marchas, “y desde la primera a la última ha ido para arriba, y eso es por la implicación de la gente”. Cree que contribuye “a visibilizar lo que hacemos y todo lo que se consigue gracias al apoyo que nos dan, y es básico para que se hagan cosas y nos conozcan”.

Silvia ha hecho la Marcha todos los años con sus tías y sus primas y alguna vez entera. Le gusta “la cuenta atrás para la salida y la parada del Pirámide”.

Para Ibrahim lo mejor es “que te juntas con más personas, estás al aire libre, haces deporte y nos damos a conocer”. Por eso, “que se apunte todo el mundo, cuantos más mejor”.

Jesús ve la Marcha “como un día diferente a los demás, y este año la tenemos que coger con más fuerza”, tras dos años de pandemia en los que la celebración fue virtual.

Joaquín espera que “haga buen tiempo” y disfrutar de un “día diferente”, en el que están con “mucha gente que no conoces”.

Martín tiene muchas ganas de hacerla , “aunque este año no hay comida”. Pese a ello, “a mí me gusta todo, del principio al final”, siempre que no sea virtual como en las dos últimas ediciones.

Víctor, que es de Laperdiguera, también va a hacerla “si va todo bien y el tiempo lo permite”, y está muy contento “porque este año se han apuntado más personas de mi pueblo”.

Carolina va a repetir experiencia. Volverá a participar “con mi familia”, y lo se lo va a pasar “superbien”.

Raúl cree que la gente se apunta a la Marcha “para pasar un día especial y para que nos conozcan”.

Eduardo, por su parte, va a hacer la Marcha por primera vez. “Yo, a ser posible, la haré toda. Eso tengo pensado, ya veremos lo que me aguanta el cuerpo, pero soy muy andarín”. Él siempre la había visto en la televisión porque llegó a Aspace en septiembre de 2020 y el año pasado se hizo virtual por la pandemia. “Soy de Bolea, y cuando bajaba del pueblo veía mucha gente por Huesca con la camiseta, y yo ya me he informado de lo que es y estoy al tanto, así que va a ser algo especial”.

La otra cara de la moneda es Vicky, una veterana en la Marcha, que ha hecho todas las ediciones, y le gusta “por encontrarme con gente y conocer otra nueva”. Le llama la atención la música que suena en el Palacio de Congresos para calentar el ambiente antes de la salida. “Suelen poner a Luis Fonsi, Carlos Baute, y me da buen rollo”, dice. Tan bueno que este año quiere hacer los 18 kilómetros, y sabe que para eso necesita a los patrocinadores que colaboran económicamente, y personas a su alrededor que le ayuden con la silla, como la mayoría, cuatro voluntarios que se turnan en el recorrido. “Destacaría su labor porque ayudan muchísimo y estamos muy agradecidos”, apunta.

La Marcha Aspace da mucha vida a los usuarios, a la ciudad, y las donaciones y el apoyo de los patrocinadores permite a esta entidad proponerse cada año un objetivo, como el patio infantil que se financió con la quinta edición, y en el que los alumnos del colegio disfrutan en los recreos, solo por ver la felicidad de esos niños y niñas vale la pena ponerse la camiseta y caminar por ellos; lo mismo que por los adultos para los que se quiere acondicionar el antiguo comedor, que hoy se utiliza para talleres, con la recaudación de esta décima edición.

En el caso de la Marcha Aspace, todo vale por mejorar el día a día de los usuarios.