Comarcas

Los cascos históricos se suman al nuevo plan de rehabilitación urbana

Siete municipios recibirán 500.000 euros cada uno procedentes de fondos Next Generation

Catedral de Jaca, en pleno casco histórico.
Catedral de Jaca, en pleno casco histórico.
PABLO SEGURA

La apuesta de futuro de las localidades del Alto Aragón es recuperar sus centros y cascos históricos. Barbastro, Binaced, Binéfar, Fraga, Jaca, Monzón y Sabiñánigo, además de la capital oscense, han sido seleccionados dentro de los fondos europeos Next Generation para el Programa 1 de Ayuda a las Actuaciones de Rehabilitación de Nivel de Barrio que concederá 500.000 euros a cada municipio y un millón a la capital, en materia de rehabilitación residencial y urbana. El plan busca también la transición hacia una eficiencia energética en infraestructuras.

No es la primera vez que municipios altoaragoneses participan en esta serie de iniciativas, ya que formaron parte en los últimos años en el Plan Estatal de Vivienda 2018-2022 y Plan Estatal de Fomento de la Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas (Arru). “Desde su puesta en marcha en 2017, los particulares han mostrado mucho interés”, remarcaron los ayuntamientos, que encontraron un hándicap a la hora de acometer los proyectos, ya que los programas exigían al menos ser propietario y utilizar la vivienda de manera habitual.

“Muchas casas se encuentran deshabitadas, por lo que no se podía acceder a las ayudas. Con este nuevo plan sí podrán rehabilitarse y ser destinadas posteriormente a nuevos pobladores, que es verdaderamente lo que nos interesa. Tenemos trabajo y servicios, solo nos falta la vivienda para atraer nueva población”, señalaron desde los municipios.

El consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, José Luis Soro, se reunió el pasado martes con alcaldes, alcaldesas y personal técnico de ocho ayuntamientos. Tras la consulta se valoró desde el punto de vista técnico todos los proyectos presentados. La mayoría de los planes altoaragoneses se encuentran “muy maduros”, con propuestas concretas y con un buen trabajo hecho también con las comunidades de vecinos, advirtió el consejero. A su juicio, “es una oportunidad única para intervenir en zonas degradadas de los núcleos urbanos, mejorar la calidad de vida con las mejoras en eficiencia energética y aumentar el número de viviendas disponibles, clave para atraer población”.

Fraga es uno de los municipios que presentó un plan de regeneración de áreas urbanas que incluyen la calle Mayor, el paseo Barrón y la plaza de España. La concejal de Urbanismo, Esther Rubio, informó de que las ayudas irán desde los 8.100 euros hasta los 21.400 y podrían representar entre el 40 y el 80 por ciento del coste de las obras. Además, entre otras propuestas, se podría optar a una ayuda suplementaria de 12.000 euros, si hay que retirar amianto de los edificios.

En el caso de Binéfar, la rehabilitación se fundamenta en la existencia de un parque de viviendas envejecido en el centro, colindante con el casco histórico. Con un carácter más coyuntural, se incluye la necesidad de habilitar vivienda en “condiciones óptimas”, dado que existen 367 edificios de uso residencial que albergan 697 viviendas. De ellas se plantea intervenir en 150 viviendas que se han considerado como inmuebles susceptibles de rehabilitación energética. Esto implica sustitución de carpinterías exteriores, aislamiento de cubiertas y paredes, instalación de placas solares para el autoconsumo, reformas de fontanería, instalación de sistemas eficientes de climatización y reurbanización de calles y plazas.

Binaced remarca en su plan la intención de recuperar viviendas que han quedado “colgadas o deterioradas”, señala su alcalde, Juan José Latre. Principalmente en el local social del núcleo de Valcarca, en la “Casa Vida” de Binaced y en las múltiples solicitudes de los vecinos orientadas hacia la eficiencia energética, para introducir con placas solares, calefacciones y nuevos ventanales, tanto en el Casco Histórico de la localidad como en Valcarca, remarca Latre.

A pocos kilómetros, Monzón ha destinado sus esfuerzos en Monzón Centro y el barrio del Palomar. “Tanto en viviendas unifamiliares como plurifamiliares”, destacó el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Monzón, Raúl Castanera, que remarcó que esta serie de ayudas siempre acaban recayendo en pequeños y medianos autónomos de la zona, lo que “sirve para mejorar la economía de la ciudad y ganar en calidad de vida”.

Las localidades de Jaca, Sabiñánigo y Barbastro centrarán sus planes en la recuperación de las partes urbanas más degradadas. La capital del Somontano ha cimentado su proyecto en el Sector de la Cooperativa con cuatro ejes de actuación: la mejora de eficiencia energética de viviendas, reducción de energía consumida por los vecinos, mejora de accesibilidad e instalación de ascensores en las comunidades que aún no disponen. A su vez se estudia la instalación de paneles solares para el autoconsumo de energía eléctrica y la regeneración urbana de las zonas comunes del barrio.

Asimismo, Barbastro contempla la reducción de energía del 40 % en la calefacción, conseguir el autoconsumo eléctrico del 30% de energía con instalación de placas solares y rehabilitación de edificios construidos antes de 1980 por iniciativa de la antigua Cooperativa de Viviendas que dio origen al actual barrio de San José. También la peatonalización de la calle Juan Ramón Jiménez figura entre las mejoras.

Sabiñánigo actuará en el bloque de viviendas que se conoce como Grupo de San Pedro, que se ubica en la calle Instituto Laboral. “Éste es uno de los bloques de viviendas más antiguos de Sabiñánigo y creemos que una actuación de este tipo que no solo mejora la eficiencia energética, sino que además revitaliza el barrio, puede ser muy interesante”, explica la alcaldesa Berta Fernández. La primer edil comenta que el próximo día 10 tienen concertada la reunión con el departamento de Vivienda del Gobierno de Aragón “donde nos marcaran esa hoja de ruta que tenemos que seguir para que la actuación llegue a buen puerto, estamos muy contentos”. l