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Visitas ampliadas para disfrutar aún más de la historia de San Victorián

Pese a las grietas, puede admirarse la belleza del monasterio.
Pese a las grietas, puede admirarse la belleza del monasterio.
G. A.

Los turistas que acudan este verano al Monasterio de San Victorián están de suerte, ya que desde hace tan solo unos días se han aumentado los espacios que se pueden visitar. A las zonas religiosas se suman así otras en las que se desarrollaban las labores del día a día como la biblioteca, el molino, el matadero o la fuente-abrevadero, lo que permite imaginar con más precisión cómo era la vida de los habitantes del monasterio. Las visitas, siempre guiadas, duran aproximadamente una hora. No se puede reservar con antelación y las entradas se compran al acceder, con un coste de 3 euros para los adultos y de 1,50 euros para los niños de 8 a 12 años -los menores de 8 años no pagan-. Hay dos pases, a las 11.00 y a las 13.00, de miércoles a domingo en julio y también los martes en agosto. Es aconsejable llegar con unos minutos de tiempo porque aún falta una buena señalización y las puertas se cierran cuando empieza la visita.

Los guías suelen explicar a los asistentes que se encuentran en un recinto en obras, para que tengan claro que se trata de un trabajo de largo proceso. Al comenzar se enseña la iglesia, del siglo XVIII, y se muestran los restos del templo del siglo XI y los del siglo VI, mientras se da a conocer la historia del monasterio. También se ve el claustro y la torre. Asimismo, resulta muy atractiva la cripta, donde se enterraban a los monjes y abades. Para acompañar las explicaciones, se escucha un audio con las impresiones que se llevó el aventurero Lucien Briet en 1911. En la pared de una de las naves laterales, además, se proyectan imágenes de los bienes muebles que hubo en el monasterio, como el exquisito retablo mayor, que se conserva en la Catedral de Barbastro.