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El alto riesgo de sequía obliga a prohibir la pesca en ocho tramos fluviales

El Servicio Provincial de Medio Ambiente ha adoptado la medida por la disminución de varios caudales de ríos

El embalse de Mediano, bajo mínimos.
El embalse de Mediano, bajo mínimos.
D. A.

El Servicio Provincial de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente de Huesca ha establecido la situación de veda temporal de la pesca en ocho tramos de ríos repartidos por la provincia altoaragonesa como consecuencia de la disminución considerable de los caudales por el alto riesgo de sequía que presentan con las posibles afecciones a especies piscícolas.

De cara a favorecer la recuperación de los peces que viven en estas aguas con el fin de no poner en riesgo la supervivencia de la fauna piscícola y garantizar el mantenimiento y estructura de sus poblaciones, este Servicio Provincial hizo pública su decisión de suspender la pesca, de forma temporal, en el entorno de los tramos afectados por la sequía estival a través de su publicación en el Boletín Oficial de Aragón (BOA) del pasado 16 de agosto.

De acuerdo con el Plan General de Pesca de Aragón para la temporada 2022, se ha resuelto vedar un total de ocho tramos de pesca. El primero de ellos es el río Veral (Ansó), en el tramo comprendido entre la borda de Abau hasta la confluencia con el río Aragón.

La falta de agua se deja notar en este enclave

Otro de los tramos afectados comprende el río Osia (Aragüés del Puerto) desde la presa del puente de Labati hasta la confluencia con el río Aragón-Subordán. La pesca también se encuentra en veda en el río Estarrún (Aísa), desde el puente del Soto hasta la confluencia con el río Aragón.

El tramo del río Ara (Broto) desde la escollera de Sarvisé hasta la confluencia con el barranco del Chate también se encuentra vedado para la pesca.

Además está prohibida la pesca en el río Real (Chisagüés-Bielsa) desde el canal de Pineta hasta la confluencia con el río Barrosa. En esta zona, también en el río Barrosa desde la confluencia con el barranco Pinarra hasta el puente de la pista Acirón está vedada la pesca por falta de caudales. Otro de los tramos afectados por la escasez de agua donde no está permitida la pesca es el río Cinca desde el puente el Cornato hasta la cola del embalse de Pineta.

También se incluye el tramo del río Isábena desde la confluencia con el barranco de Espés hasta el Puente del Monasterio de Obarra como vedado para la pesca.

Los afluentes que desembocan en estos tramos también se considerarán vedados.

Esta limitación entró en vigor a partir del pasado miércoles 17 de agosto y se mantendrá vigente hasta la aprobación del próximo Plan General de Pesca o antes si así se establece mediante la resolución del Servicio Provincial, de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente.

Para el delegado provincial de la Federación Aragonesa de Pesca y Casting (Fapyc), Fernando Zaragoza, “son medidas coherentes con el año hidrológico y la situación en la que se encuentran los ríos por la poca cantidad de agua”.

En cualquier caso señala que los tramos fluviales donde no se permite la pesca se encuentran ubicados en “ríos de cabecera, poco caudalosos, a los que afecta mucho el estiaje” aunque destacó que las mayores afecciones por la escasez de agua se concentran en la cuenca del río Aragón, en concreto en el río Veral, “que está prácticamente vedado en su totalidad y siempre está muy afectado por razones de caudal”. Según Zaragoza, “ha habido años muy secos aunque igual no tanto como en 2022”.

Desde el sector de la pesca de la provincia, “sabemos que estamos en un año hidrológico difícil y muy complicado y que esto podía pasar porque hay ríos que no aguantan el poco caudal que llevan”. En opinión de Fernando Zaragoza, la medida adoptada “tiene su razón de ser. Desde el Servicio Provincial y los técnicos ya nos comentaron que cabría esa posibilidad y nosotros estábamos de acuerdo”. 

El embalse de Mediano está bajo mínimos

La fuerte situación de la sequía ha dejado al descubierto la torre y los restos del antiguo núcleo de Mediano que quedó inundado en 1969 por la construcción del pantano del mismo nombre. Sus efectos son cada vez más latentes y visibles por la escasez de precipitaciones. Según la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) las reservas hídricas del embalse se encuentran esta semana solo al 10,3 por ciento.