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Muere Eduardo Roldán, un hombre entregado a la nieve

Fue director de la estación de Candanchú 45 años, además de miembro del FIS (Federación Internacional de Ski) y del Comité Olímpico Internacional

Eduardo Roldán en una imagen de archivo.
Eduardo Roldán en una imagen de archivo.
D. A.

El mundo de la nieve ha dicho este viernes adiós con tristeza a Eduardo Roldán. El esquí era su pasión y supo hacer de él su trabajo. Ligado siempre a la decana estación de Candanchú, de la que fue director durante 45 años, Eduardo destacó también en otros puestos relacionados, eso sí, siempre con su amado oro blanco. Y es que fue miembro del FIS (Federación Internacional de Ski) y del Comité Olímpico Internacional. Su implicación con la nieve y el esquí fue tal, que se le galardonó con una medalla al Mérito Deportivo. Se involucró a nivel internacional, pero también nacional y local.

Fue presidente de la Real Federación Española de Deportes de invierno, director técnico de las Candidaturas Olímpicas de Jaca a los JJ.OO. de Invierno del ‘98 y del 2002; de las Universiadas del ‘81 y ‘95, o presidente del Club Hielo Jaca. Eduardo Roldán era además concejal en el Ayuntamiento de Aísa, municipio al que pertenece Candanchú, desde hace ya varios mandatos.

Estuvo casi medio siglo al frente del centro invernal altoaragonés, donde dejó un gran legado, ese sentimiento de pertenencia que siempre han tenido los esquiadores de la decana del esquí altoaragonés, la estación de la mariquita, la estación a la sombra del Aspe. Abandonó la dirección en 2012. Pero su pasión era tal que, aún después, a primera hora de la mañana no era difícil verlo dar una vuelta por la estación a la que dedicó gran parte de su vida profesional. 

Era fácil verlo deslizándose en Candanchú. Con cinta a la cabeza, su estilo lo delataba. Unos descensos, y tomar un café para cambiar impresiones con otros compañeros profesores. Era instructor, profesor de profesores, pero no dudaba en coger las tablas de esquí para dar también algunos consejos incluso a miembros de la Casa Real. Siempre mostró con orgullo su relación con el rey emérito, pero también acompañó en más de una ocasión a Felipe VI en sus descensos por las pistas aragonesas o guió los primeros pasos sobre la nieve de la entonces Princesa Letizia.

Eduardo Roldán no nació en la nieve, pero esta se convirtió en su casa, en su pasión, en su trabajo, en su vida. Sus primeros años los vivió en San Sebastián y, desde muy joven, combinó los estudios con la afición por la montaña y la nieve. Fue en 1965 según relatan diversas crónicas, cuando obtuvo el título de Profesor Diplomado de la Escuela de Esquí, residiendo durante dos años en Austria. A su regreso a su amada Candanchú, comenzó a trabajar como profesor y responsable de la decana de la nieve. 

Fue uno de los fundadores del equipo de Demostradores de la Escuela Española de Esquí. Por ella han pasado cientos de alumnos, en ella se formaron durante años los profesionales de la nieve de casi toda España. Y lo hacían en su casa, en Candanchú.

El funeral tendrá lugar este domingo 4 de septiembre, a las 17:00 horas, en la catedral de Jaca.