Ricardo Ramón i Sumoy: “La nueva Política Agraria es la PAC más social que hemos conocido nunca”

En su ponencia en la 24ª Jornada informativa de Riegos del Alto Aragón, que lleva por título ‘Fertilización y seguridad alimentaria: la Unión Europea ante los nuevos retos globales’ aborda un tema que preocupa mucho a los agricultores. Desde su punto de vista, ¿cree que es posible producir más contaminando menos?

—Sí. La clave está en la innovación. Desde Bruselas se está apostando por la agricultura de precisión, la digitalización y todas las prácticas dirigidas a optimizar el uso de fertilizantes y fitosanitarios, así como potenciar sus alternativas. La nueva PAC nos van a aportar el apoyo financiero para facilitar esta transición.

De cara a 2030, la reducción del uso de pesticidas es uno de los puntos clave, con un descenso del 50 % en el volumen total de productos fitosanitarios usados en agricultura. ¿De qué manera pretenden conseguirlo?

—Mediante dos vías: por una parte, con los incentivos financieros que aporta la nueva PAC para las prácticas más sostenibles (como la agricultura ecológica); por otra parte, favoreciendo y acelerando el despliegue de las alternativas.

Además, quieren reducir a la mitad el uso de antibióticos en la producción ganadera. ¿Se trata de un reto factible?

—Sí, es factible. En el caso de España (que es uno de los principales países en el uso de antibióticos), desde el año 2014 a 2020 las ventas ya se redujeron en un 56,7 %. Si se sigue la tendencia que se ha registrado en los últimos años, España está bien encaminada para cumplir el objetivo.

En sus líneas de trabajo también se pretende expandir la agricultura ecológica al 25 % de la Superficie Agrícola Útil (SAU) comunitaria y lograr que el 10 % de la superficie agraria europea contenga elementos de valor ambiental. ¿Avanzamos hacia un planeta más verde y sostenible?

—Estamos avanzando, pero esta transición verde no solo afecta a los agricultores, sino también a la transformación y, sobre todo, al consumidor. La contratación pública y la futura normativa de etiquetado sostenible van a jugar un papel importante a la hora de estimular la demanda de productos sostenibles. Este es el capítulo pendiente de la estrategia ‘De la granja a la mesa’.

¿Cree que la nueva PAC es más social?

—La nueva PAC es la más social que hemos conocido: por primera vez se aplican exigencias de tipo redistributivo (con apoyo adicional para las explotaciones pequeñas y medianas). También habrá, por primera vez, la llamada ‘condicionalidad social’, que vincula el apoyo de la PAC al respecto de la normativa laboral, y aumenta el apoyo a los jóvenes, y en países como España se dará un trato especial a las mujeres.

La crisis derivada de la invasión rusa de Ucrania ha aumentado los costes a los que hace frente el sector agrario. ¿Qué acciones se han tomado desde Bruselas?

—En marzo la Comisión ya activó un apoyo adicional de 500 millones de euros. En paralelo, se han tomado medidas para mantener el acceso a los fertilizantes, cuya fabricación está en crisis debido a los precios del gas. En el contexto geopolítico actual, Rusia utiliza los cereales como arma. Por eso, se han hecho grandes esfuerzos para garantizar la salida de cereales de Ucrania, sea por el mar Negro o por los nuevos ‘corredores’. Además, se han tomado medidas para permitir que estos años podamos aumentar nuestra producción y exportaciones de cereales. Las distintas crisis que hemos vivido (la pandemia derivada de la covid-19, la guerra…) están demostrando que Europa solo puede hacer frente a los nuevos retos si actúa unida.

Desde su experiencia, siempre ha defendido las bondades de la nueva Política Agraria Común. ¿Qué argumentos le llevan a hacerlo?

—En un contexto político muy difícil, la nueva PAC garantiza un apoyo a la renta hasta el año 2027, a la vez que acompaña el sector en la transición ecológica. La PAC continúa fuerte, con solidaridad financiera entre los Estados Miembros de la Unión Europea, y favoreciendo la transferencia de recursos hacia el mundo rural.