Comarcas

producción hidráulica

La sequía reduce la producción de energía hidroeléctrica un 40 %

Las centrales de Mediano y El Grado pararon su actividad el 16 de agosto y 2 de septiembre

Central hidroeléctrica del municipio altoaragonés de Sopeira.
Central hidroeléctrica del municipio altoaragonés de Sopeira.
Endesa

Los efectos de la sequía y la crisis energética se extienden en la provincia de Huesca. La producción hidráulica, que aporta el 11,9 % de la demanda eléctrica, convirtiéndose en la tercera mayor fuente tras la eólica (23,9 %) y la nuclear (21,8 %), según los datos de la Red Eléctrica Española (REE), ha visto reducida su producción hasta un 40 % en los últimos doce meses con motivo de las bajas reservas de los embalses. Este hecho puede engrosar la factura de la luz, ya que la escasez de fuente de energía hidráulica se sustituye por otras más caras como el gas.

Concretamente, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha apreciado que, comparando las producciones de 2021 y 2022 de las centrales gestionadas por el organismo del Gobierno de Aragón (El Pueyo, Auxiliar de Campo, Barrosa, San José, El Ciego y Lafortunada-Cinqueta), el mal año hidrológico se ha notado especialmente en los meses de junio y julio, por haberse acortado mucho la época de deshielo y, en este tiempo, la producción ha sido entre un 37 % y un 40 % inferior a los mismos meses del año 2021.

Al mismo tiempo, advierten que en los meses de agosto y septiembre son “bajos en producción todos los años”, por lo que el efecto de la sequía no ha afectado especialmente. La energía obtenida en este período ha sido un 2 % inferior a la de los mismos meses de 2021.

Por su parte, en las centrales hidroeléctricas administradas por Endesa, siendo el 100 % un año medio, las situadas en el Cinca han registrado una obtención del 80 % y las localizadas en la zona Ribagorzana una producción del 66 %.

Cabe destacar la excepción de la turbinación de Moralets, que al ser una central de bombeo (se bombea el agua para después turbinarla), no queda tan afectada por la situación hidrológica y ha generado prácticamente lo de un año medio (102 %).

En lo que respecta a Acciona Energía, la empresa energética cuenta con la explotación de 29 centrales hidroeléctricas en la provincia de Huesca, con una capacidad de producción de 674,60 Megavatios (MW).

Poseen algunas de las más importantes del territorio aragonés, como Mediano (67,00 MW) y El Grado (Grado I 18,50 MW y Grado II 25,70 MW). Ambas detuvieron su actividad el 16 de agosto y 2 de septiembre, respectivamente, debido a la baja capacidad de sus embalses. Esta paralización comienza a repetirse con mayor asiduidad durante los últimos años, aunque nunca tan temprano, ya que en 2021, la central de Mediano estuvo parada 10 días y El Grado paró el 12 de octubre y arrancó el 5 de enero.

Balance hidrológico

Según el balance del año hidrológico 2021-2022 de la CHE publicado el pasado 1 de octubre, el conjunto de las reservas de los embalses se sitúa por debajo de los 2.900 hectómetros cúbicos (37 %), inferiores a la media de los últimos cinco años (53 %).

En toda la cuenca, ha habido un 13 % menos de precipitaciones que la media de los últimos 20 años, destacando el período de los meses de mayo, junio y julio, con unas precipitaciones un 50 % inferiores a la media de esos últimos 20 años.

A esto hay que sumar las altas temperaturas de este verano, que han aumentado también los procesos de evapotranspiración y con ello, el aumento de las demandas hídricas en los cultivos, de una campaña que sostienen ha sido “dramática”.

El nuevo período hidrológico 2022/2023, que comenzó a principios de mes, se encara con incertidumbre por las escasas reservas, especialmente en Yesa (12 %) y Mediano (16 %). Se mantienen en situación de emergencia el río Aragón y el Segre; en alerta, el Gállego, el Cinca y el Noguera-Pallaresa; y en prealerta la cabecera del Ebro y el Noguera-Ribagorzana.

La llegada del otoño y las precipitaciones se presentan como un regalo divino para reactivar las centrales hidráulicas, teniendo en cuenta que el precio del gas, que suple a esta energía, sigue su escala inflacionaria.