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40 ANIVERSARIO DEL ESTATUTO DE AUTONOMÍA DE ARAGÓN

"Nuestra financiación no ha sido la mejor, pero la Comunidad es hoy el principal agente económico"

José María Serrano Sanz es mienbro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas y catedrático de la Universidad de Zaragoza

Serrano Sanz, en la plaza de los Sitios de Zaragoza.
Serrano Sanz, en la plaza de los Sitios de Zaragoza.
Aranzazú Navarro.

Diversos expertos señalan que Aragón ha cambiado más en los últimos 40 años que en todo el siglo anterior. ¿Qué puntos de inflexión reflejan ese crecimiento en el ámbito económico?

Los cambios de 1982 a 2022 se pueden explicar fácilmente. Hemos doblado la renta por habitante y hemos aumentado el empleo en un 50 %. Entonces, trabajaba uno de cada tres aragoneses en edad de trabajar, mientras que ahora lo hace uno de cada dos. De modo que se trata de un aumento sustancial que refleja que lo que realmente se ha incrementado es la productividad.

¿Qué sectores tenían más peso entonces y cuáles ahora?

Ahora tenemos una economía más claramente dominada por el sector servicios, y han perdido algo de importancia la industria y la agricultura. Pero lo que también ha cambiado es que los servicios, la agricultura y la industria son distintos. En los primeros, hay menos comercio y más servicios profesionales y administraciones públicas. Por su parte, la industria es mucho más moderna, se ha reducido la producción de transformados metálicos y ha crecido la de papel, gracias sobre todo a Saica. En agricultura, ha habido un cambio radical, disminuyendo los cultivos y aumentando la ganadería. En suma, tenemos más empleo porque el sector servicios es más intensivo en este que la agricultura y la industria, que a su vez se han modernizado y están mucho más tecnificadas.

Centrándonos en la provincia de Huesca, ¿cuáles son los pilares de su economía?

Tiene tres columnas bastante sólidas. Una es el turismo. Otra tiene que ver con esa transformación agraria que comentaba, pues buena parte del crecimiento de la actividad ganadera y del porcino se han dado en este territorio, algo que creo que ha mejorado su competitividad. Y la tercera es Plhus, una plataforma logística que se lanzó con buen criterio al orientarse hacia el tipo de actividades más avanzadas tecnológicamente.

La pandemia y la guerra en Ucrania han sido las protagonistas de las últimas crisis. ¿Qué otros periodos de dificultades se han vivido en la Comunidad?

La situación del 82 no era buena. Estábamos aún con la crisis del petróleo de los 70, y la economía aragonesa no empezó a recuperar empleo hasta 1985. Así que los primeros tres años del Estatuto fueron un periodo delicado. Después ha habido tres crisis. La primera fue muy breve y poco intensa, en 1993-1994. Desde 1995, la economía de la Comunidad empezó a crecer mucho hasta 2008. Una etapa en la que aumentó notablemente el empleo, llegando a alcanzarse el récord histórico, con más de 600.000 ocupados, cifra que se registró gracias a los inmigrantes y a las mujeres, que fueron incorporándose de forma general al mercado de trabajo, aumentando su tamaño. Esta etapa acabó en la crisis más intensa y duradera que hemos tenido, que se alargó hasta 2013 y en la que cayó la renta por habitante y el PIB registró varios años de crecimientos negativos. De ahí se salió gracias al cambio de estrategia que adoptó el Banco Central Europeo (BCE) con la llegada de Draghi en 2011. Por último, en la crisis actual, y aunque aún tenemos problemas por delante, hemos tenido la fortuna de que tanto el BCE como la Unión Europea (UE) han cambiado su modo de actuar, impulsando la financiación el primero y ayudando a los gobiernos la segunda con los fondos Next Generation.

¿Cómo repercutió en Aragón la entrada de España en la Comunidad Económica Europea en 1986?

El mayor beneficio fue que se impulsó la internacionalización de la economía aragonesa. Cabe subrayar que, desde los últimos decenios del siglo XX, esta ya estaba más internacionalizada que la española. Algo lógico teniendo en cuenta que en la Comunidad la industria pesa más que en el conjunto del país y que esta constituye el sector con más presencia en el exterior. Pero incorporarnos a la CEE y luego a la UE le dio un empuje importantísimo, tanto que Aragón sigue superando la media española en este apartado.

¿Considera que la financiación de la Comunidad ha sido históricamente justa?

La financiación se reparte de dos formas en las autonomías de régimen común: por el número de habitantes y por su poder político, que se determina por la cantidad de diputados de cada autonomía en el Congreso, lo que también depende de la población. Un punto en el tenemos una mala posición, pues el tamaño de la población aragonesa es muy reducido, lo que hace que cuando hay negociaciones bilaterales la fuerza de Aragón es pequeña para que se tengan en cuenta temas como la despoblación. Nuestra financiación no ha sido la mejor, pero hay que destacar que, en la actualidad, alrededor del 15 % del gasto que se hace en Aragón lo hace la Comunidad, que es su principal agente económico, además de tener la capacidad de regular actividades económicas.