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AGRICULTURA

Los huertos escolares prosperan gracias al fertilizante ecológico

Defeder proporciona a la escuela CRA Albeos y, próximamente, a Monzón 3 un producto respetuoso con el medio ambiente 

Jóvenes y mayores trabajando en el huerto escolar de Albalate de Cinca.
Jóvenes y mayores trabajando en el huerto escolar de Albalate de Cinca.
S.E.

Albalate de Cinca es un pueblo pequeño y todo el mundo se conoce. Cuando los gerentes de Defeder, Raúl y Joaquín Saila, se enteraron de que el Colegio Rural Agrupado (CRA) Albeos iba a poner en marcha un huerto ecológico con sus alumnos, tras conocer la historia, no dudaron en participar. Contactaron con la Dirección y suministraron fertilizantes para conseguir que de la tierra de los jóvenes aprendices de agricultores, salieran los mejores frutos posibles.

“Por suerte, nuestra empresa produce fertilizante y, con el objetivo de fomentar el sector agroalimentario de la zona, que menos que regalárselo”, han indicado desde Defeder, incidiendo en que el fertilizante también era ecológico, no químico, para continuar con la idea fundacional del proyecto sostenible.

Los fertilizantes de Defeder proceden de materias primas orgánicas controladas y tienen un alto contenido en nitrógeno, para posteriormente obtener la mayor eficiencia nutricional. “Dado que son niños y alumnos quienes lo cuidan, queremos educarles en las numerosas ventajas que tiene plantar cultivos ecológicos y llevar valores de vida saludables. Entender que la naturaleza es un regalo, generar hábitos responsables y apostar por el respeto al medio ambiente son los valores que queremos compartir”, remarcaron desde Defeder.

Pero no quieren que quede aquí esta iniciativa. Defeder tiene su sede principal en la capital del Cinca Medio, ya están en contacto con el C.E.I.P. Monzón 3 y algunos colegios de la zona para seguir promoviendo los huertos escolares ecológicos.

Ventajas

Son muchos los beneficios de plantar un huerto ecológico en los colegios. En primer lugar, se consigue trabajar en la educación de los niños e incidir en los valores de vida saludable y el desarrollo sostenible, así como en la responsabilidad personal. De esta manera, se puede educar a los niños sobre medio ambiente y ecología desde que son muy pequeños y cuidar el entorno en el que viven.

Además, se favorecen experiencias enriquecedoras para los más pequeños, se crean hábitos responsables en materia de medio ambiente y se fomenta el consumo de hortalizas, verduras y frutas en la comunidad escolar, promoviendo hábitos saludables en la alimentación.

Finalmente, se consigue realizar acciones que vinculen a los niños a la tierra y al aire libre, alejados por un rato de pantallas y tecnología.