Cultivos que enriquecen la tierra

Conscientes de la importancia de la sostenibilidad en la agricultura, desde Nafosa tienden a la diversificación de cultivos y apuestan por los que enriquecen la tierra. “Buscamos realizar cooperaciones a largo plazo entre campo e industria para desarrollar objetivos comunes, satisfactorios para ambas partes, asegurándose una continuidad y así poder seguir creciendo y garantizar el relevo generacional”, comenta Maite Osés, directora de compras de la empresa.

La sostenibilidad ha sido siempre un camino a seguir para ellos, ya que “el paisaje rural es un entorno, una economía, una sociedad, los pueblos y sus gentes, el terruño; nos debemos esforzar en que sea viable, sostenible y rentable. De lo contrario desaparece nuestra personalidad e idiosincrasia”, remarca Osés.

El fin de los cultivos de Nafosa, cuya insignia es la alfalfa ecológica, es que los sistemas productivos se mantengan en el tiempo y que “todos podamos vivir del y para el campo”, puntualiza Osés.

“Lo bonito es que el medioambiente es cambiante y sabemos adaptarnos”, señala Florence Tichit, Emea Área Manager de la compañía. Una reconversión en la que consideran imprescindible una menor utilización de pesticidas y fertilizantes.

Vuelta a los orígenes

La recuperación de los principios básicos de la entomología con feromonas, el mantenimiento de la diversidad de insectos y labrar los campos en el momento indicado “que evita la pérdida de materia orgánica, de humedad y es menos dañina con la microfauna” son acciones por las que abogan. “En definitiva, se trata de conservar nuestra tierra con toda su riqueza para no tener que intervenir”, comenta Tichit.

Ante el hecho de que el consumidor requiere cada vez más alimentos que provengan de entornos sostenibles, Nafosa actúa como una plataforma entre el agricultor y el cliente con el apoyo de unas rotaciones bien definidas, el uso racional de los recursos naturales, la apuesta por las energías alternativas gracias a un equipo cualificado.