Alto Gállego

AGRICULTURA

A la ‘caza’ de la trufa negra como experiencia turística

#CONTRALADESPOBLACIÓN

Un apasionado de la trufa enseña a los huéspedes de Casa ‘El Francés’ a buscar el hongo en una plantación y después a la mesa.
Un apasionado de la trufa enseña a los huéspedes de Casa ‘El Francés’ a buscar el hongo en una plantación y después a la mesa.
S. E.

La experiencia de buscar trufa negra es una propuesta novedosa que la Casa Rural “El Francés”, de Bellestar, en el municipio de Graus, ofrece para dar a conocer este cultivo a sus huéspedes desde la tierra hasta la mesa. La “caza” de las trufas en la pequeña plantación de que dispone Casa El Francés se integra en su completa oferta que combina agricultura, ganadería y atractivos de ocio como una piscina climatizada o una zona de barbacoa.

Casa “El Francés” de Bellestar es un magnífico ejemplo de cómo los profesionales del sector primario del medio rural altoaragonés se han adaptado a las nuevas necesidades y posibilidades de desarrollo complementando sus explotaciones con actividades turísticas. A la ganadería y la agricultura, Casa “El Francés” sumó el turismo rural en el año 2000, primero con habitaciones y, posteriormente, con apartamentos de distinta capacidad hasta alcanzar las 24 plazas actuales. Los apartamentos se completaron en 2004 con la piscina, cubierta al año siguiente para que se pudiera utilizar todo el año.

Paralelamente, la actividad agrícola y ganadera de la casa se ha mantenido y, como muchos profesionales del sector primario, apostaron por la trufa, aunque con prudencia.

La propietaria, Tere Salamero, llevaba bastantes años colaborando con la Asociación de Truficultores y Recolectores de Trufas de Aragón y, tal vez de ahí, surgió el interés de su marido, Joaquín Nadal, de poner una plantación en un terreno de la casa. “Surgió casualmente en un trozo de parcela donde pusimos 25 carrascas truferas y, después, pensamos en la posibilidad de que los huéspedes disfrutaran de la experiencia durante los meses de campaña trufera, del 15 de noviembre al 15 de marzo. Limpiamos un sendero en desuso que baja al barranco y recorre oliveras y viñas y llega a la plantación, para hacer el acceso más atractivo que ir por la pista. Y, contamos, una vez allí, con José Vicente, un experto y apasionado de la trufa que, junto con su perro, les enseña cómo se ‘caza’ el hongo ‘in situ’” y cuáles son sus peculiaridades”.

Tere recuerda que, aunque se empezó solo con la búsqueda de la trufa, hace tres años, se decidió cerrar el círculo. “Incorporamos la posibilidad de degustar, a la vuelta de la excursión a la plantación, una comida a base de trufa o una tapa con trufa”, explica la propietaria, muy satisfecha con la respuesta que, hasta el parón obligado de este año, se podía ampliar con la visita al mercado de la trufa en fresco de Graus. “Ha venido mucha gente de Francia, pero también vascos, madrileños, catalanes, etcétera. Y lo han disfrutado mucho porque es una excursión temática, sin dificultad, ideal para hacer con niños”. Una propuesta muy atractiva que, de forma amena, acerca un cultivo todavía muy desconocido y cada vez con más peso en el sector primario altoaragonés.