Alto Gállego

DOMINGO / OJO AVIZOR

Susín, simbólico núcleo deshabitado donde las piedras atraen la vida entre arte y tradiciones

La Asociación Mallau organiza quedadas y campos de trabajo para mantener el pueblo siguiendo la estela de Angelines Villacampa

Quedadas de voluntarios, en este caso para reconstruir un muro de piedra seca
Quedadas de voluntarios, en este caso para reconstruir un muro de piedra seca
S.E.

Susín es un pueblo despoblado, que no abandonado. Se encuentra cerca de Oliván, en el camino que lleva a Sobrepuerto. También se llega y por una senda desde la torraza de Lárrede. En este sendero encontraremos un precioso quejigo o roble que no deja indiferente.

El roble o quejigo de hoja marcescente en el camino desde Lárrede
El roble o quejigo de hoja marcescente en el camino desde Lárrede
Mercedes Portella

Desde hace algún tiempo y a iniciativa de Angelines Villacampa de casa Mallau, y tras su fallecimiento, la Asociación Mallau-Amigos de Susín, son varios los campos de trabajo y los grupos de voluntarios que han dedicado y dedican parte de su tiempo de ocio a la rehabilitación del entorno de este enclave (caminos, paredes, campos, huertos, limpieza de bosques...) y de algunos edificios del pueblo entre los que hay que destacar la ermita de Nuestra Señora de las Eras, la herrería o la limpieza de la propia iglesia.

Si Susín se mantiene en perfecto estado, es gracias al trabajo realizado por la Asociación Mallau, que nació en el año 1999 para garantizar la conservación del legado arquitectónico, paisajístico y costumbrista de este pueblo y su gente, de su historia y de un modo de vida que radicaba en el aprovechamiento del medio para su supervivencia y creatividad.

Precioso rincón del pueblo de Susín
Precioso rincón del pueblo de Susín
Mercedes Portella

Todo este esfuerzo y trabajo de tantos voluntarios que han empleado y emplean su tiempo en ello, se ve empañado por actos vandálicos como los ocurridos hace unos días y denunciados por la Asociación Mallau.

Al parecer alguien encendió fuego junto a la ermita de la Virgen de las Eras, del siglo XVI, del que dejaron restos. “El terreno se encuentra completamente agostado con lo que una simple chispa podría haber devastado muchas hectáreas de campos y bosque debido a la profunda sequedad del terreno. Podrían haber tenido unas terribles consecuencias tanto para el entorno natural (flora y fauna) como para el conjunto arquitectónico”, lamenta Oscar Juliá, presidente de dicha asociación.

Añade que además del fuego, realizaron destrozos en los muros cercanos que delimitan los campos con el fin de intentar “separar” el fuego. Se da la circunstancia de que esos muros acababan de levantarse por parte de la asociación en su tarea de restauración de este núcleo. Además de los restos del fuego y los destrozos en los muros, los visitantes se llevaron, de un belén que se encuentra de forma permanente en el interior de la ermita, al niño Jesús, dejando en su lugar una pequeña rama.

Los Amigos Mallau-Amigos de Susín ha denunciado actos vandálicos porque alguien encendió fuego cerca de la ermita de la Virgen de las Eras

La Asociación Mallau-Amigos de Susín reprueba estos actos y asegura que son conscientes de que “la inmensa mayoría de las personas que nos visitan son muy respetuosas con el entorno”, y valoran la labor que el colectivo realiza en la zona siguiendo el legado de Angelines Villacampa”.

Desde hace varios años, haga frío o calor, un grupo de voluntarios, miembros o no de la Asociación Mallau, se reúne en Susín el último sábado de cada mes, en lo que es una quedada para acometer diferentes tareas de rehabilitación y mantenimiento de este núcleo del municipio de Biescas. Todas estas labores hacen que el pueblo de Susín esté vivo. Recorrer sus calles limpias, libres de maleza, disfrutar del entorno, de su iglesia, de sus casas y de los impresionantes paisajes que se disfrutan desde lo alto con el silencio y la calma por bandera, es una sensación que no se puede describir.

XI Cuentacuentos del Pirineo en Susín: lectura de los trabajos presentados al concurso
XI Cuentacuentos del Pirineo en Susín: lectura de los trabajos presentados al concurso
Mercedes Portella

Cuentacuentos del pirineo

Con el afán de mantener vivo este despoblado, que no abandonado, Mallau y la Comarca del Alto Gallego con la colaboración del ayuntamiento de Biescas, vienen organizando “El cuentacuentos del Pirineo”. La XII edición no se celebró el año pasado por la pandemia y este año el 3 de julio la covid obligó de nuevo a suspenderla y aplazarla hasta la primera semana de julio de 2022.

La incertidumbre que genera la pandemia de la covid en este tipo de eventos, de acceso libre y con mayor participación cada año, ha motivado esta decisión en la que ha primado, ante todo, la seguridad de público y participantes. “Ya estamos trabajando para tener en 2022 una gran edición y volver a disfrutar todos con total seguridad de los cuentos y del mundo de la creación y la imaginación”, explican desde la organización de este evento.

El Cuentacuentos del Pirineo de Susín es un concurso pirenaico de narración oral que cada edición concentra gran asistencia de público. En el concurso participan todas las personas que lo deseen, así como centros educativos, y los textos pueden estar escritos en castellano o en aragonés. En la velada que se organiza en el propio pueblo de Susín, se leen los cuentos de los participantes y se premian los mejores con lotes de libros. La jornada también cuenta con talleres de manualidades, artesanía, etc., y con alguna actuación musical.

A las faldas del monte Oturia, Susín guarda en buen estado su legado más preciado, la iglesia románica de Santa Eulalia, del conjunto conocido como Iglesias de Serrablo. Hasta ella, llega desde el pueblo un camino flanqueado por muros de piedra seca que levantaron los antepasados, recuperados y mantenidos hoy por los voluntarios de la Asociación Mallau.

La iglesia de Susín posee una gran riqueza arquitectónica
La iglesia de Susín posee una gran riqueza arquitectónica
Mercedes Portella

Esta iglesia conserva el ábside y parte de los muros septentrional y meridional. Lo que más llama la atención de esta fábrica, es la ventada con dos arquitos de herradura enmarcado en arcada de medio punto y alfiz. En el siglo XVIII esta iglesia fue remodelada y se situó el altar a los pies de la nave. En el interior del templo se conservan varios frescos románicos, entre los que destacaba el conocido como “los llorones” de Susín que se pueden visitar el museo diocesano de Jaca.