El equipo de López Otín descifra el genoma de la medusa inmortal

Un equipo de investigadores de la Universidad de Oviedo dirigido por el sabiñaniguense Carlos López-Otín ha descifrado el genoma de la medusa “inmortal”, Turritopsis dohrnii, y ha identificado las posibles claves genómicas de su inmortalidad y los mecanismos que permiten su continuo rejuvenecimiento. Estos logros podrían encontrar respuestas a las enfermedades relacionadas con el envejecimiento.

El catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en el departamento de bioquímica de la Universidad de Oviedo, Carlos López Otín, argumentaba ayer a este diario que su reflexión “es la reafirmación de que la inmortalidad no es algo deseable, las medusas no tienen ni corazón, ni cerebro, pero tienen la capacidad de enseñarnos lecciones sobre la plasticidad biológica. Son estas lecciones las que hemos aprendido en este trabajo y que se podrán ir utilizando en el necesario progreso frente a las enfermedades asociadas al envejecimiento”. El científico hace hincapié en que el trabajo “en el ámbito de las claves de la vida y de las enfermedades nunca termina. Abres una puerta o una ventana de conocimiento y encuentras múltiples posibilidades para seguir avanzando”.

El uso de herramientas bioinformáticas y de genómica han permitido a este equipo de investigadores identificar genes amplificados o con variantes diferenciales de la medusa inmortal.

Estos genes están asociados con la replicación y la reparación del ADN, el mantenimiento de los telómeros, la renovación de la población de células madre, la comunicación intercelular y la reducción del ambiente celular oxidativo. El serrablés apunta que el próximo articulo importante del equipo de investigadores que lidera, “estará relacionado con los virus”.

Orgullosos

La alcaldesa de Sabiñánigo, Berta Fernández, dice que ella y los vecinos “no podemos sentirnos más orgullosos de nuestro más prestigioso, ilustre y reconocido científico. Este nuevo hallazgo no solamente supone un logro más en su exitosa carrera, sino que, además, estoy convencida, supondrá un importante avance en muchísimas técnicas sobre las que se está trabajando para intentar remediar, mejorar o curar determinadas enfermedades donde el envejecimiento es una de las causas más importantes para acelerar la mortandad de las personas”.

Berta Fernández dice que todo aquello en lo que se embarca Carlos López Otín y su equipo, “siempre tiene el objetivo de mejorar la vida de las personas y de salvar vidas humanas. Y cualquier hallazgo que en este sentido se produzca, indiscutiblemente, es un motivo de alegría, pero en este caso todavía más por la importancia que tiene el descubrimiento y por la repercusión que estoy segura que va a tener”.

El estudio que se publicó esta semana en la revista americana Proceedings of the National Academy of Sciences (USA), ha sido financiado por la UE y el Ministerio de Ciencia e Innovación. En el trabajo han participado investigadores del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo, del Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias, así como del Instituto de Investigación Sanitaria y del Observatorio Marino.