Bajo Cinca

BAJO CINCA - REGADÍOS

Los regantes de la Acequia de Ontiñena van a iniciar en marzo la balsa de La Portellada

Entrará en servicio en la campaña de 2022, y la de San Gregorio II se hará casi a la vez

Los regantes de la Acequia de Ontiñena van a iniciar en marzo la balsa de La Portellada
Los regantes de la Acequia de Ontiñena van a iniciar en marzo la balsa de La Portellada
J.F.

HUESCA.- La Comunidad de Regantes de la Acequia de Ontiñena comenzará este año la ejecución de sus dos balsas de regulación San Gregorio II y La Portellada, que se sumarán a la ya ejecutada de San Gregorio, con la previsión de que entren en ejecución en el año 2022 "para poder cubrir el riego a demanda" de sus más de 600 usuarios. Después, esta obra llevará aparejada sistemas de modernización de regadío.

En estos términos se expresó en declaraciones a este periódico el presidente de la Comunidad de Regantes de la Acequia de Ontiñena, Enrique Isábal, que pertenece al sistema de Riegos del Alto Aragón, tras la publicación el pasado 2 de enero en el Boletín Oficial de Aragón (BOA) de la información pública de la relación de bienes y derechos afectados por la ejecución de las obras contempladas en el proyecto de balsa de regulación de La Portellada.

Según recoge el anuncio del BOA, el proyecto de la balsa de La Portellada se sitúa en el término municipal de Ballobar y comprende la construcción de una balsa para regar una superficie de 4.837 hectáreas de superficie de cultivo en los sectores VI, VII y XVIII de la zona regable de Monegros II y pertenece a 300 regantes-propietarios.

Del sector VII, explica Isábal, "está pendiente la ejecución de tuberías e hidrantes" y también se va a abastecer del agua de la balsa de La Portellada.

Entre las características principales de esta obra hidráulica figura una capacidad de almacenamiento que asciende a 523.543 metros cúbicos, que se abastecerá directamente de la acequia de Ontiñena mediante un canal abierto, y que estará conectado con los aliviaderos y desagües correspondientes.

Se dispone de una subvención máxima del 40 por ciento de las obras proyectadas aportada por el Gobierno de Aragón, mientras que el 60 por ciento restante corre a cargo del colectivo de regantes, explica Enrique Isábal. Una cantidad a la que habrá que sumar alrededor de cinco millones más para acometer la balsa de San Gregorio II, y completar las balsas de regulación. En este mes de enero, señala Isábal, "se notificará la ocupación de las fincas a expropiar a los propietarios" antes de su ejecución a partir de marzo y con un plazo de obra fijado en 20 meses.

"Tragsa se encargará de construir la balsa mientras que Sarga ha asumido la realización del proyecto", matiza Isábal, quien subraya que el reto es poner en servicio la balsa de La Portellada para el 2022.

Respecto a la balsa construida de San Gregorio I, el responsable de este colectivo de regantes explica que ya ofrece servicio a una superficie de 3.344 hectáreas. Para apoyar la balsa, está prevista la ejecución de San Gregorio II, "que está pendiente de pasar el último trámite medioambiental por parte de la administración".

Y con las tres balsas, "vamos a pasar a ser la segunda comunidad de base más grande de Riegos de Alto Aragón después de La Sesa, ya que con el sector VII vamos a llegar casi a las 9.000 hectáreas", subrayó Isábal.

TRANSFORMACIÓN DEL SECANO EN REGADÍO

Con estas tres balsas de regulación, explica Isábal, "pasamos del secano puro y duro de Los Monegros a una zona regable". De este modo, "se ha pasado de cosechas ridículas e irrisorias en secano a dos de cereal con el regadío". Además, la comunidad cuenta con más de 600 hectáreas dedicadas a la producción de frutales.

Con la construcción de la balsa de San Gregorio I, ya se han producido transformaciones en la fisonomía del paisaje. Y respecto a la importancia de la transformación del secano en regadío, argumenta que se debe "a una zona situada en el sur de la provincia de Huesca donde la temperatura es un poco superior".

El presidente de la Comunidad de Regantes de la Acequia de Ontiñena se mostró muy ilusionado por la iniciativa. "Llevamos cuatro años regando 3.344 hectáreas con la balsa de San Gregorio I, de 85.000 metros cúbicos de capacidad", explica.

La publicación de la balsa de San Gregorio II en el Boletín Oficial de Aragón (BOA) es inminente, está prevista "en un plazo de entre uno y dos meses", para comenzar su ejecución de forma paralela. "San Gregorio II y La Portellada son balsas paralelas y está previsto que se construyan casi a la vez", incide el presidente de la Comunidad de Regantes de la Acequia de Ontiñena.

Así, la balsa de La Portellada podría comenzar las obras en marzo de este año y la de San Gregorio II haría lo propio para el inicio del verano.

El proceso burocrático para llegar a este punto ha sido largo, según Isábal, quien comenta que este colectivo de regantes trabaja en estas infraestructuras hídricas desde el año 2012 y ha llevado consigo "un montón de proyectos, infinidad de reuniones con el Ministerio de Agricultura, Confederación Hidrográfica del Ebro, Gobierno de Aragón, Riegos del Alto Aragón, etcétera".

MODERNIZACIÓN DE RIEGOS Y EXPLOTACIONES DE PORCINO

Una vez que estén finalizadas las obras de las dos balsas en 2022, "el paso siguiente será modernizar las parcelas", describe Isábal. "Nuestra idea es que en la campaña del 2022 los propietarios que hayan amueblado y quieran regar puedan hacerlo", explica.

Y a su vez, está prevista la construcción de entre 20 y 25 explotaciones de porcino en la salida de La Portellada. Según Enrique Isábal, "vamos a ser la comunidad de regantes con más explotaciones de porcino del sistema de Riegos del Alto Aragón". Con estas previsiones, el colectivo espera llegar en torno a las 100 explotaciones dentro de tres años.

También deja claro que "cumple la normativa autonómica de regulación de purines, al tratarse de mucha superficie que no está declarada como zona vulnerable por la contaminación por nitratos".

PERSPECTIVAS DE DESARROLLO

El presidente de la Comunidad de Regantes de La Portellada indica que con estas condiciones se favorece la entrada al sector de la agricultura y ganadería.

El impacto positivo de San Gregorio I ya se ha dejado notar en Ontiñena en los últimos cuatro años, "al no perder población mientras que el volumen de negocio se habrá multiplicado por quince", aclara el presidente de este colectivo de regantes. También destaca la colaboración de todos los socios del colectivo de regantes, como refleja la última asamblea "en la que se aprobó la ampliación de capital".