Bajo Cinca

LA ENTREVISTA

David Badía: “El manejo que hagamos del suelo influye en el clima”

El presidente de la delegación territorial aragonesa de la Sociedad de Ciencias del Suelo defiende la necesidad de conservar el terreno

David Badía.
David Badía.
S.E.

El catedrático de Edafología del Campus de Huesca de la Universidad de Zaragoza, David Badía, se pone al frente de la primera delegación territorial de Aragón de la Sociedad de Ciencias del Suelo, una entidad creada en 1947 para promover el conocimiento de los suelos y los servicios ecosistémicos que proporciona este recurso.

Badía, como director de esa nueva delegación, pone sobre la mesa la necesidad de conocer los suelos de la comunidad aragonesa, donde “falta mucho por investigar y por comprender” porque “igual que vemos que cambia un paisaje, cambia el suelo”, y explica que “si vas al desierto de Monegros y ves una vegetación salina, debajo hay un suelo salino, sin embargo, si vas al Pirineo y ves un hayedo o un pinar de pino royo debajo hay un suelo totalmente diferente porque -destaca- el suelo se ha formado en base a la vegetación que tiene encima, al clima donde se encuentra y a la roca que tiene debajo y no todos son de calidad”.

En este sentido, el edafólogo fragatino desvela que “el suelo es la interacción entre el material parental y lo que interacciona por encima, la vegetación, organismos vivos, la lluvia, la temperatura... todo eso es lo que hace que el suelo vaya variando”. Porque añade Badía que “el suelo cambia y hemos olvidado la importancia de su conservación en la historia, como se hacía, por ejemplo, con los panares que se construían de roca seca para conservar el cereal”. Así hace hincapié en la necesidad de cuidarlo porque “no hay tanto suelo como pensamos, la cuarta parte de la tierra es agua, de ahí la mitad es hielo o zonas inundables que no valen y, de lo que queda, aun se parte a la mitad, porque hay un suelo pedregoso, poco profundo... así que aunque parezca mentira el suelo de calidad no es tan abundante como nos parece”.

Además, relata que “el suelo tarda mucho en crearse, no nos damos cuenta porque es un proceso lento, ya que no nos levantamos un día y decimos: ¡mira ahí hay medio metro más de tierra!, pero sí que vemos cómo se destruye por las lluvias o lo que sea” y también influye en el cambio climático y en nuestro organismo. Argumenta que “el suelo es suministrador de biomasa, porque hay toda una producción primaria que viene del suelo, madera, ropa, alimentos, también el agua que circula por el suelo de los embalses a las fuentes”. Al hilo de lo cual, comenta que el suelo almacena nitratos o carbono “mucho peor de lo que pensamos porque se estima que tiene el triple de carbono de lo que hay en la atmósfera”, y hace hincapié en que “el manejo que hagamos del suelo influye en el clima”.

Por otro lado, avanza que “pensamos en el suelo como algo exclusivamente mineral pero hay gran cantidad de organismos vivos, alrededor de una cuarta parte de la biodiversidad del planeta está en el suelo y pasa desapercibido”. Añade que, “por ejemplo, están las bacterias de la penicilina” y es que “también se examina el suelo para sacar y actualizar fármacos ante nuevas cepas”.