Bajo Cinca

ECOS ¿QUIÉN SOY?

Paula López Fontanals, una niña
creativa y muy activa

“La forma de educar era distinta, si querías ser creativa no era posible. Ahora dejan que vuele la imaginación de los niños”

Paula de niña y en la actualidad.
Paula de niña y en la actualidad.
S.E.

La pequeña Paula López Fontanals (Fraga, 1985) no dejaba que nadie le eligiera la ropa, a menudo sacaba todas las prendas del armario, le encantaban los recortables de muñecas y siempre estaba cambiando de vestidos a sus Barbies, e incluso intentaba, con ayuda de su madre, confeccionarles alguno. Estaba claro... no lo veía entonces pero “ha acabado siendo lo que tenía que ser”, dice esta diseñadora de moda que ha puesto en marcha en Huesca su marca, Cocolebrel.

Hija de Antonio y María, tiene cuatro hermanas; es la tercera y tras ella llegaron dos más con las que comparte padre. Paula era muy habladora, lo preguntaba todo, una niña muy inquieta que necesitaba tener mucha actividad -“igual que ahora”, constata-. Entonces lo canalizaba a través del deporte, principalmente la gimnasia rítmica, donde despuntó llegando a ser campeona de Aragón y Cataluña. En el colegio (fue a Santa Ana), no era raro verle castigada en el pasillo; le costaba concentrarse en clase. “La forma de educar era distinta, si querías ser creativa no era posible, era sota, caballo y rey -lamenta-. Ahora dejan que vuele la imaginación de los niños”.

Fuera del aula, “me encantaba ir en bici, íbamos mucho a La Pinada, y también jugaba a menudo con una amiga en la trastienda del comercio de mi madre. Siempre la liábamos, nos metíamos en cajas vacías, asustábamos a los clientes... Qué paciencia tuvo que tener mi madre, aunque también le ayudábamos a recoger”, se excusa.

La Navidad es una época que siempre le ha “flipado” y no hubiera querido descubrir el secreto de los Reyes Magos y Papá Noel. Del verano, recuerda con mucho cariño los campamentos de inglés en Altafulla o Poblet, a los que iba con alumnos de su academia, y los campus en Hecho o Boltaña. “Eran superchulos y me encantaba ir sola y vivir esa experiencia”. Entonces “era muy lanzada, ahora tengo más timidez -reconoce-. No lo parece porque he cogido base mostrándome en las redes sociales, me divierto y no pienso en lo que la gente opina”, dice.

Al ser su padre empresario, optó por estudiar Económicas en la Universidad de Zaragoza. “Hice dos años y aquello era un infierno para mí. Lo dejé -explica-. Lo que me gustaba era el márquetin, vender, pensar estrategias y comencé a hacer cursos”. Ese sector lo unió con su pasión, la moda, y siguió formándose en las revistas Elle y Telva y Yo Dona. “Todo ello me ha servido para que la empresa sea mejor y la marca más reconocida”, afirma, tanto que sus diseños los lucen famosas como Anne Igartiburu e India Martínez.

No esconde que los principios fueron duros hace ya seis años en Huesca, pero encontró el camino. “La chispa fue mi pasión”, que transmitía a sus clientes, y “el mensaje positivo”, como ella, siempre “muy optimista”. “A la gente le ha gustado. Al final hemos sabido ligar el estado de ánimo con la ropa”, resume. Con el buen funcionamiento de los mensajes positivos se lanzó a abrir su loft en Huesca y tiene tiendas en Zaragoza, con una amiga, y en Lérida. En este tiempo, también ha formado su familia con Javier y su hija, Antía, y aunque no sabe qué le deparará el futuro, va saltando obstáculos, no olvida seguir formándose -ahora en patronaje y confección- y trabaja muy duro, pero siempre con su característica sonrisa. l