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Ángela Abós: "Sin una familia de luchadores, esto no hubiera sido posible"

La autora, residente en Jaca, recibió el premio de la Asociación de Escritores Aragonesescomo broche de oro a una intensa vida dedicada a la política, la educación y la literatura

Ángela Abós: "Sin una familia de luchadores, esto no hubiera sido posible"
Ángela Abós: "Sin una familia de luchadores, esto no hubiera sido posible"
R.G.

JACA.- Ángela Abós nació en Benasque en 1934 y pertenece a "la tercera generación de gente fronteriza y aventurera". "Procedo de dos familias, cuyos cabezas, mis abuelos, no fueron herederos y tuvieron que ganarse la vida. Mi trayectoria no es corriente para alguien nacido en un rincón del Pirineo y mucho menos siendo mujer. Sin esa familia de luchadores, esto no hubiera sido posible", afirma.

Su familia es pirenaica por todos los costados. "Mi madre nació en Benasque y mi padre, en Biescas. Y su padre era de Tramacastilla de Tena. Mi abuelo trabajó en las obras del Balneario de Panticosa y en el Canfranc", explica con orgullo, desde su casa en Jaca. "Las dos familias mantuvieron la agricultura y la ganadería, pero no fue su principal actividad. Se dedicaron a los servicios y esto fue importante para las siguientes generaciones".

Según Max Aub, "se es de donde se hace el Bachillerato". "Donde te pilla la adolescencia, el momento de las vivencias más acusadas y que uno arrastra toda su vida", agrega Ángela Abós, que se mudó a Jaca para hacer Bachiller en el "atípico" Centro Politécnico, en cuyo profesorado "había militares, curas y gente culta que procedía de la izquierda y se integró en la posguerra".

Tras examinarse en Huesca, en el IES Ramón y Cajal, hizo los cursos comunes en Zaragoza. "Había una especialidad, Filología Románica, que aún no existía, y me aconsejaron ir a Salamanca", recuerda aquella joven, que siguió el consejo de los profesores José Manuel Blecua y Tomás Buesa, viajando a tierras castellanas, donde fue alumna de Lázaro Carreter.

"Eso redondeó mi formación", continuó Ángela Abós. "Había buenos profesores en Zaragoza, pero estaban más ligados a historia y geografía. En Salamanca estudié la cultura y la lengua europeas con lectores de inglés, francés, alemán, rumano... Salamanca fue descubrir el mundo", dijo la autora, que se licenció en 1956 y ejerció como profesora de Lengua y Literatura en Jaca.

Su vida dio un vuelco en 1983 al pasar a ser directora provincial del Ministerio de Educación en Huesca, "trabajando con el ministro Maravall, con Rubalcaba como secretario general". "Es otro hito de mi vida", señaló Ángela Abós, para la que "la política es como una trinchera, no te puedes descuidar ni un minuto".

Durante casi 30 años, alternó responsabilidades en el Ministerio de Educación, el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Jaca. "Un elemento fundamental de mi carrera fue mi marido, Carlos García. Implicarme en política con siete hijos no es fácil, pero tuve la suerte de tener un compañero de vida que no solo lo permitió, sino que fue clave para el ánimo".

"Hay otro condicionante importante en mi vida, que nací politizada. Mi padre era falangista "joseantoniano" y mi tío, radical republicano. No se soportaban y estuvieron 30 años sin hablarse. A mi madre le partieron el corazón", continuó Ángela Abós. Para cuando nació "aquellas posiciones estaban ya dibujadas y se agravaron en 1936".

Su padre se fue a Francia "cuando Benasque estaba tomado por el ejército rojo", pero luego cambiaron las tornas y se tuvo que ir su tío. "Ver a las familias enfrentadas en plan galdosiano te da una visión muy amplia y te hace reflexionar. Todo esto tiene mucho que ver con lo que he hecho después", afirmó la autora, que creció durante la Guerra Civil y la posguerra.

Uno de sus éxitos literarios es "El camino a Francia", que "recoge esa primera niñez y los viajes que la familia hizo tras la guerra". La obra fue finalista en el premio RBA Editores, Universidad de Barcelona y Freixenet. Previamente, rozó el premio Zaragoza 1985 con un poemario colectivo junto a otros autores aragoneses. "Eso de ser finalista me supuso un reconocimiento a una capacidad literaria que ni yo misma me concedía".

Ángela Abós recibió el premio Imán de la Asociación Aragonesa de Escritores el día 26 de noviembre. "Me emocionó mucho recibir el premio, que es fruto de mi apoyo institucional serio a la asociación (en su etapa como presidenta del consejo social de la Universidad de Zaragoza) y también un reconocimiento a una pequeña carrera literaria".

"Hasta 2011 no dejé la política y en literatura empiezo demasiado tarde. No es que no escribiera, pero en los 30 años dedicados a la vida pública me faltó tiempo para sentarme a escribir. Ahora, en estas mañanas jacetanas, nadie espera que tome decisiones. Me siento y el tiempo es mío", razonó la autora, firme defensora de "la función social y pedagógica de la literatura".

Tras ahondar en su familia y la época de la posguerra con la novela Artículo determinado, Ángela Abós publicó con el IEA La mirada del esparvel, una selección de 80 artículos publicados en prensa. Su siguiente trabajo fue "La copla y el corrido, hermanos de sangre".

"Mi carrera literaria se sustenta en mis experiencias y los conocimientos adquiridos durante mi vida. No es pura literatura académica, sino que está enraizada en la realidad circundante", precisó la autora, que en 2021 espera presentar su nueva novela, "El banquete de la bendición", que narra la historia de una pareja homosexual.