Jacetania

UN AÑO DE LA COVID 19

“El gran cambio es la desaparición de los grupos organizados”

La Ciudadela de Jaca ha visto reducida su afluencia en un 50 % a causa de la pandemia

Un grupo de visitantes recorre el patio de armas de la Ciudadela.
Un grupo de visitantes recorre el patio de armas de la Ciudadela.
Ricardo Grasa

“En este último año, han desaparecido los grupos organizados, que para nosotros suponían el 20% de los visitantes; y también, ha desaparecido la gente de más edad. Éste ha sido el gran cambio”, aseguró el coronel Francisco Rubio, director del consorcio que gestiona la Ciudadela de Jaca, al echar la vista atrás y hacer balance de estos últimos y complicados doce meses.

Como el resto del sector turístico jaqués, la fortaleza pentagonal se ha visto golpeada por la pandemia, hasta el punto de sufrir “un bajón muy fuerte”, de en torno al 48%, durante el año natural, cerrando 2020 con 47.000 visitantes, cuando en 2019 se rozaron las 100.000 visitas, convirtiéndose en el monumento de referencia de la Jacetania.

A pesar de las circunstancias, “la Ciudadela ha dado la cara prácticamente todo el año, abriendo incluso cuando sabíamos que íbamos a tener pocos visitantes”, como explicó el coronel, recordando que el castillo “solo estuvo cerrado al principio de la pandemia y cuando estaban confinadas la provincia y la ciudad de Huesca”.

Durante estos meses de cierres y aperturas parciales, el personal estuvo trabajando de puertas adentro, consiguiendo diversos avances: desde la recuperación de los restos del primer maestre de campo, Juan de Velasco, hasta la apertura de la Sala Burnao, en la que “siempre ha habido exposiciones de pintura o fotografía” en un intento por “aumentar la oferta” y estimular la llegada de los turistas, de los que dependen la hostelería y el comercio.

El público de la Ciudadela “son familias o padres con niños, además de grupos de amigos de toda la vida”. Para fortalecer ese carácter familiar, se puso en marcha en diciembre de 2019 el programa Pequevisitas, siendo pioneros a nivel de Aragón. “En su primer año natural, Pequevisitas tuvo 600 visitantes y el objetivo es llegar a 1.000, cuando vuelva la normalidad”, aseguró el coronel.

La pandemia frenó el crecimiento del proyecto de ocio de la Ciudadela, que nació en torno al Museo de Miniaturas Militares. Con el paso de los años, empezó la visita teatralizada titulada “La Memoria de la Piedra”, que supera los 100.000 asistentes.

Si todo va bien, su 8ª temporada volverá el 1 de abril, “con la esperanza de que la pandemia y los confinamientos sean ya solo un mal sueño, porque necesitamos sonreír y vivir”, como dijo el director, guionista y actor protagonista Toño L’Hotellerie.

Hoy en día, todo el que se precie de visitar Jaca pasea por los glacis de la Ciudadela y espera tener la suerte de ver a los ciervos que viven en el foso.

Para concienciar sobre la problemática de los plásticos arrojados por la población y que causaron la muerte de algún animal al ingerirlos, nació el programa Ecociudadela, cuyos responsables lanzaron el pasado verano Animalandia, una especie de ‘scape room’ que “tuvo éxito y se espera repetir el próximo verano”.

Sin duda, una nueva idea que, si la pandemia lo permite, llega para quedarse.