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PATRIMONIO

El Gobierno de Aragón saca a licitación la restauración de las arquerías del claustro de San Juan de la Peña

El contrato tiene un presupuesto de 81.720 euros, financiados con fondos Next Generation

Arquería de San Juan de la Peña.
Arquería de San Juan de la Peña.
G. A.

La Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón ha sacado a licitación el servicio de restauración de las arquerías del claustro del monasterio antiguo de San Juan de la Peña, en el término municipal de Jaca. De esta manera, el Ejecutivo autonómico continúa su apuesta por la recuperación de los panteones reales de Aragón, en torno a los cuales se quiere crear un itinerario turístico para ponerlos en valor.

El importe del contrato asciende a 81.720 euros, financiados con fondos Next Generation del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Una vez el contrato sea adjudicado, está previsto que los trabajos se prolonguen durante cuatro meses. Las actuaciones en el claustro, que data del siglo XII, consistirán en la instalación de los medios auxiliares necesarios para poder realizar todas las labores de documentación y analítica previas y posteriormente poder aplicar todos los tratamientos de conservación y restauración requeridos tanto por el soporte pétreo como por el remate de madera del conjunto.

Debido precisamente a su ubicación al aire libre y, por tanto, a su exposición a las condiciones meteorológicas de la zona y al envejecimiento natural del soporte pétreo, el claustro presenta un estado de conservación desigual (la galería norte es la más deteriorada) y sigue expuesto a un deterioro lento, pero activo.

El proyecto prevé utilizar los tratamientos específicos más adecuados para que a través del proceso de conservación las arquerías vuelvan a proporcionar el grado de consolidación y resistencia precisos para la función que desempeñan; además de devolverles su integridad física y estética mermada durante la larga historia de esta obra por los distintos y numerosos factores que han ido degradando de manera desigual su superficie. Actuando de esta forma se garantiza el respeto de todas las informaciones sobre la constitución y la historia de la obra.

Entre las actuaciones previstas, se encuentran: catas de limpieza, pruebas de consolidación, dosificación y entonado de morteros; preconsolidación puntual para la realización de algunos sellados; eliminación de efloresecencias salinas; revisión y eliminación de cementos, morteros disgregados, limpieza de juntas y otros depósitos; tratamiento herbicida; limpieza mecánica, con microproyección y con radiación fotónica; tratamiento de sellado de fisuras, lascas y ampollas; rejuntado selectivo para garantizar la estabilidad, y reintegración volumétrica y cromática.

Sobre los elementos de madera, se prevé los siguientes trabajos: desmontaje de las piezas que componen el remate, limpieza, desinsectación de la madera, consolidación, recolocación, reposición de la madera, reintegración cromática y protección final de los elementos. Asimismo, se revisará todas las piezas almacenadas en la masadería del monasterio y se aplicarán los tratamientos necesarios de conservación y restauración en todas las piezas pertenecientes al claustro situadas en las vitrinas del museo. Los resultados de los trabajos se plasmarán en una memoria final, que incluirá también un plan de mantenimiento y conservación preventiva para el futuro.

En 2019, la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón ya intervino de emergencia en dieciocho capiteles de este monasterio, Bien de Interés Cultural (antiguo Monumento Nacional).

Panteones reales

Las actuaciones en San Juan de la Peña se enmarcan en la política de apoyo que el Gobierno de Aragón está llevando a cabo para la recuperación de los panteones reales de la Comunidad Autónoma, en torno a los cuales se quiere crear un itinerario de carácter turístico que ponga en valor estos enclaves patrimoniales.

En este sentido, el Gobierno de Aragón están realizando un gran esfuerzo económico para recuperar este patrimonio. Desde el año 2016, el Departamento de Educación, Cultura y Deporte ha invertido en los panteones reales dos millones de euros, que ascenderán hasta los 4.902.993 euros cuando acabe la legislatura y se sumen las actuaciones que se están realizando en Sijena, San Juan de la Peña, y San Victorián, así como los importantes trabajos realizados en San Pedro el Viejo.

A ellos viene a sumarse los 1,2 millones de euros que el Ministerio de Cultura destinará a la consolidación y rehabilitación del castillo de Montearagón.

Monasterio de San Juan de la Peña

San Juan de la Peña es uno de los monasterios más emblemáticos de Aragón, construido en fases sucesivas a partir de un núcleo prerrománico de comienzos del siglo X, que pudo servir como refugio de eremitas o para acoger a una pequeña comunidad monástica. De esa época se conserva la llamada iglesia baja, excavada en la roca y decorada con pinturas murales románicas. Ya del siglo XI, momento de esplendor del cenobio tras pasar a depender de la Orden Cluniacense, parecen ser la ampliación de las naves de la iglesia inferior, así como la construcción de la denominada sala de los concilios y la necrópolis real, donde se enterraron algunos de los primeros monarcas aragoneses.

Este monumento, cuyos muros se han considerado por la tradición como testigo de los orígenes del Reino de Aragón, fue parada habitual de la vía francesa del Camino de Santiago y lugar de leyendas, entre las que destaca la que vincula este ámbito con el Santo Grial.

En concreto el claustro, debido a su gran interés histórico-artístico, ha sido uno de los espacios más estudiados del monasterio y objeto de numerosas publicaciones y de un intenso debate historiográfico. La opción más admitida actualmente es que se ejecutó una primera fase a principios del siglo XII, obra de un maestro o taller no identificado, que sería el autor de los capiteles con representaciones vegetales entrelazadas y de animales fantásticos afrontados. Y una segunda fase de finales del siglo XII (o incluso principios del siglo XIII), que correspondería al denominado Maestro de Agüero o de San Juan de la Peña, de cuyo taller saldrían los capiteles caracterizados por la presencia de expresivas figuras con los ojos almendrados y abultados y ropajes con pliegues muy marcados a través de grandes incisiones concéntricas. Además, en estos capiteles existen una serie de temas y detalles iconográficos que se repiten en la prolífica obra de este taller, extendida por la parte occidental de la provincia de Huesca, las Cinco Villas zaragozanas e incluso Navarra, que definen su personalidad artística.

Se trata de un claustro románico de planta rectangular con unas dimensiones aproximadas de 16 x 10 m de lado, que actualmente solo conserva en pie las arquerías de dos de sus frentes (el norte y el oeste), mientras que las otras dos arquerías desparecieron casi en su totalidad tras el mencionado incendio, siendo ahora el lugar en el que se ubican algunos capiteles, fustes y basas recuperados y colocados de manera arbitraria.