Jacetania

REPORTAJE

De Berdún a Atlanta, pasando por Bruselas para hacerse maestro cuchillero

Pablo Lanaspa ha logrado el título internacional más importante en este oficio

Pablo, en su taller de Berdún, muestra el diploma y uno de sus cuchillos.
Pablo, en su taller de Berdún, muestra el diploma y uno de sus cuchillos.
S. E.

PABLO Lanaspa no tenía ningún referente familiar ni conocía a nadie que se dedicara a este oficio, él comenzó coleccionando navajas que compraba “en ferias y gasolineras” y a día de hoy, gracias a su tesón y su espíritu perfeccionista, se ha convertido en el segundo español en lograr el título Journeyman Bladesmiths con el que se reconoce a los maestros cuchilleros en todo el mundo y que es además la máxima consideración internacional que ostentan estos artesanos. Con sus manos fabrica auténticas obras de arte, muchas de ellas deseadas por los coleccionistas y haciendo uso de tan solo dos materiales, la madera y el acero.

Se muestra orgulloso de este logro, aunque conseguir esta distinción no ha sido sencillo, atrás quedan muchas horas de trabajo y el haber superado dos pruebas muy rigurosas, “la primera en Bélgica, en Bruselas, hace tres años y la segunda hace unas semanas en Atlanta, en Estados Unidos”.

Los cinco cuchillos que presentó al examen de Atlanta.
Los cinco cuchillos que presentó al examen de Atlanta.
S. E.

En el primer examen sus dos cuchillos tuvieron que demostrar su validez en lo que se denomina desempeño de cuchillos y consistió en “cortar una soga, dos tacos de madera de 10 x 5 centímetros y doblar el cuchillo 90 grados”, detalla Pablo y apunta satisfecho que “los siete jueces me dieron el visto bueno por unanimidad”.

En el segundo, “que tuvo lugar en el marco de la feria de cuchillos más grande del mundo”, añade, “presenté cinco modelos en los que se valoraban los acabados y la simetría”. Y remarca la dificultad de estas pruebas. “En Atlanta, de 50 candidatos superamos el examen poco más de la mitad”. Para Pablo, más allá de la presión que supuso someterse a examen, la experiencia fue absolutamente satisfactoria, “además de relacionarme con otros profesionales e intercambiar impresiones, me ha permitido conocer gente y establecer contactos que me vendrán bien de cara al futuro”.

Comenzó como hobby

Pablo ejerce como alguacil en Berdún y en sus ratos libres empezó a recabar información “buscando en internet detalles sobre el proceso de elaboración de cuchillos de forma artesanal”, aquello fue “sobre el año 2008”, después vinieron los muchos intentos y la primera pieza, “hace 15 años acabé el primer cuchillo”.

Y desde entonces su hobby le ha ido ocupando cada vez más horas y ha ido perfeccionando su técnica y afirma con satisfacción que “ahora cada cuchillo es mejor que el anterior por ese constante proceso de aprendizaje” en el que ha invertido “muchas horas”.

En su afán por mejorar, Pablo incluso se ha construido “algunas de las máquinas que utiliza en el proceso, entre ellas una prensa hidráulica especial”. Una tarea muy compleja y que incluye numerosos procesos: “hay una primera parte que es más trabajo de forja en la que se calienta el metal, se va deformando con martillo y otras máquinas, también se templa en horno termometrado para que le aporte dureza y después llega el trabajo manual que supone el 90% de la confección e implica un gran número de horas lijando”.

Un proceso que ha repetido “varios cientos de veces” en todos estos años en el taller que se ha instalado en casa y sus cuchillos, navajas y alguna espada que han ido a parar “a manos de amigos y familiares” y en un futuro no descarta dedicarse de forma profesional a este negocio. Y es que este tipo de piezas son muy codiciadas, “cualquier cuchillo de esta gama se vende desde 3.000 euros en adelante y son muchos quienes se dedican a coleccionarlos”.

Y recuerda que además de piezas exclusivas, “son cuchillos que tienen el mismo uso que cualquiera de los de casa y se podrían utilizar en el día a día”.