Jacetania

FUNERAL

Multitudinario adiós a Eduardo Roldán

Las infantas Elena y Cristina, Iñaki Urdangarin y dos de sus hijos asistieron al funeral

Las infantas y Urdangarin entre el público asistente a la ceremonia en la catedral de Jaca.
Las infantas y Urdangarin entre el público asistente a la ceremonia en la catedral de Jaca.
D. A.

El mundo de la nieve dio ayer un emotivo y multitudinario adiós a Eduardo Roldán, quien estuvo al frente de Candanchú durante 45 años y fue un firme impulsor de los deportes de nieve en España. La Catedral de Jaca se quedó pequeña para despedirlo, un funeral al que también asistieron las infantas Elena y Cristina, e Iñaki Urdangarin y dos de sus hijos.

Fueron muchos los que tuvieron que quedarse de pie en las naves laterales de la Catedral durante el sepelio. Y es que media hora antes de la misa, prevista para las 17:00, a las puertas del templo se congregaban decenas de amigos, familiares, vecinos del valle del Aragón y de Jaca, trabajadores actuales y otros antiguos de la estación que al finalizar las exequias le dieron un largo y emotivo aplauso de despedida.

Entre las decenas de coronas que acompañaban el féretro, tres de la Casa Real. Una de las infantas y sus hijos -presentes en el sepelio- y que a su llegada se fundían en un abrazo con la viuda de Eduardo Roldán. Otra de Doña Sofía y el Rey emérito, a quien le unía una gran amistad; y una tercera, de la Reina Letizia y Felipe VI, quien no pudo acudir al funeral el domingo pero que trasladó personalmente el pésame a los familiares en la tarde del sábado, en la que viajó a Jaca y acudió al tanatorio para despedir al exdirector de Candanchú, muy vinculado con la Familia Real, con cuyos miembros ha compartido descensos en las montañas altoaragonesa, pero sobre todo en las de Candanchú, estación a la que Roldán dedicó gran parte de su vida.

Eduardo Roldán falleció el pasado viernes en Pamplona a los 83 años de edad. Era un apasionado de la nieve y de los deportes de invierno, formó parte de la Federación Internacional de Esquí, del Comité Olímpico Español, fundador de la Escuela Española de Esquí y un impulsor de las candidaturas de los Juegos de Invierno en Jaca. Pero sobre todo, un defensor de Candanchú, donde vivía, y del valle del Aragón.

Los alcaldes de la zona no faltaron al responso, oficiado por Valentín Garcés, quien fuera párroco de Candanchú en los años sesenta y setenta, justo cuando Roldán tomó las riendas de la decana de la nieve. Entre otros, estuvieron José Luis Galindo, alcalde de Aísa, municipio al que pertenece Candanchú y en cuyo ayuntamiento estaba como concejal Eduardo Roldán; Luis Terrén, alcalde de Villanúa; o Álvaro Salesa, de Castiello de Jaca. También asistió Juan Manuel Ramón, alcalde de Jaca, ciudad a la que estaba muy vinculado Eduardo Roldán y en la que era habitual encontrarlo con sus amigos, y Marcelino Iglesias, expresidente del Gobierno de Aragón.

Asimismo, acudieron muchas personalidades del mundo de la nieve, de la montaña y del deporte para decir adiós a un hombre que puso todo de su parte para impulsar los deportes de invierno en España y cuyo féretro fue portado por algunos de los que se formaron bajo su tutela en la Escuela Española de Esquí de Candanchú.

Estuvo el presidente de Candanchú, Fernando de Yarza; el presidente de la Federación de Montaña, Alberto Ayora; el director de la Escuela de Esquí de Formigal, Pedro Urieta, quien además leyó durante el sepelio; el presidente de la Federación de Baloncesto, Jorge Garbajosa; el director general de Astún, Jesús Santacruz; y el presidente de la Federación de Deportes de Invierno, May Peus, quien tomó el testigo de Roldán en el año 2014. Hasta entonces, Eduardo había estado al frente de la organización, siendo una de las personalidades con más prestigio en el esquí y los deportes de invierno.