Jacetania

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La peña Oroel, símbolo de Jaca

Aficionados a la naturaleza, deportistas y fieles empiezan en primavera a retomar el contacto con un monte cargado de historia y leyendas

Panorámica de Jaca en invierno con la Peña Oroel al fondo.
Panorámica de Jaca en invierno con la Peña Oroel al fondo.
S.E.

Como bien dice la letra del Primer Viernes de Mayo, ‘Jaca libre sabe vivir / a la sombra del monte Oroel’. Y esta referencia geográfica para nada es casualidad, en el marco de la festividad por excelencia para la población jaquesa, que ya descuenta los días que restan en el calendario para llegar al 5 de mayo, durante el que volverán a mostrar el sentimiento de unión y el orgullo por su historia compartida.

La peña Oroel -con sus 1.769 metros- ha sido testigo de la evolución de Jaca y hoy en día representa todo un símbolo para los vecinos. Se trata de un icono cargado de historia, leyendas y devoción, que atrae por igual a los amantes de la naturaleza y del deporte popular. Es un elemento grabado a fuego en el ‘ADN’ de los jaqueses, pero que es capaz de enamorar a propios y extraños.

Una vista nocturna de la cruz de Oroel.
Una vista nocturna de la cruz de Oroel.
S.E.

“Oroel es mucho más que una montaña”, afirma el alcalde jaqués, Juan Manuel Ramón, agregando que “si hay algo que nos une a aquellos que hemos nacido en Jaca y a quienes han elegido ser jaqueses es que nos sentimos protegidos, velados e identificados por este monte tan bello e imponente”.

"Nos sentimos protegidos, velados e identificados por este monte tan bello e imponente"

“No sabemos por qué nos sentimos atraídos por él desde siempre, estando presente a lo largo de toda nuestra existencia, siendo habitual que nuestro bautizo montañero de niño sea la subida a la peña Oroel”, continuó el primer edil, destacando que “nuestras celebraciones se hacen en sus faldas o en su cima”. “Colgamos fotos suyas en nuestras redes sociales constantemente y muchos elegimos que nuestras cenizas se fundan con Oroel para cerrar el ciclo de la vida”, agregó.

La peña Oroel, símbolo de Jaca
La peña Oroel, símbolo de Jaca
S.E.

Que la cima de la Peña Oroel esté coronada por una cruz de grandes dimensiones, sumado a la ubicación en su falda sur del santuario de la Virgen de la Cueva, cristianizando el entorno, ayuda a entender la idiosincrasia de un lugar que desde tiempos inmemoriales ha influido en los sentimientos de las generaciones de jaqueses que han poblado el territorio, cobrando especial relevancia en la historia desde que Sancho Ramírez convirtiera a Jaca en la primera capital del reino de Aragón.

Paisaje Protegido

Este mágico espacio forma parte del Paisaje Protegido de San Juan de la Peña y Monte Oroel, creado por el Gobierno de Aragón en 2007. Se ubica al noroeste de la provincia, abarcando parcialmente hasta tres comarcas, entre las que prima la Jacetania -al englobar parte del término municipal de Jaca, Bailo, Santa Cilia y Santa Cruz de la Serós-, aunque también se extiende por Caldearenas, en el Alto Gállego, así como por Las Peñas de Riglos, en el caso de la Hoya de Huesca.

Compuesto por más de 9.500 hectáreas, el Paisaje Protegido es uno de los más destacados ecosistemas de media montaña de Aragón, con una densa y variada masa forestal, en la que destacan los bosques de pino silvestre y los escarpes de conglomerados que sirven como refugio a las aves rapaces. Es un lugar que conjuga el disfrute al aire libre con el conocimiento de la historia a través de San Juan de la Peña y sus dos monasterios (el medieval y el del siglo XVII).

Un grupo de mujeres asciende a la peña Oroel en una actividad organizada por el club Montañeras Adebán.
Un grupo de mujeres asciende a la peña Oroel en una actividad organizada por el club Montañeras Adebán.
S.E.

En este entorno de interés medioambiental y cultural, emerge la peña Oroel a relativa poca altitud, en comparación con con los 2.886 metros de Collarada, el techo de la Jacetania. Sin embargo, es un lugar con mucha personalidad y fácilmente reconocible, que no entraña mayores dificultades y se encuentra al alcance de grandes y pequeños.

No es de extrañar que familias, parejas o grupos de amigos decidan cada cierto tiempo ‘peregrinar’ hacia este lugar, partiendo de Jaca o saliendo desde el Parador de Oroel -situado a 9 kilómetros de Jaca y a 1.200 metros de altitud-, antes de acometer la ascensión por sus 33 curvas, sabiendo el regalo que aguarda en la cima: un mirador privilegiado desde el que divisar todos los valles contiguos.

Los ‘andarines’ -cada vez más numerosos en primavera y verano- tienen distintas opciones para obrar la subida a la peña Oroel, ya sea por la ruta clásica, la senda de los lobos o el desvío por Punta Bacials. Quienes prefieran emprender la ascensión desde el Parador de Oroel pueden aparcar en un parking al aire libre con capacidad para una veintena de vehículos.

Devoción en torno a su cruz centenaria

Corría el 2 de julio de 1902 cuando se inauguró una gigantesca cruz en la cima de la peña Oroel, siguiendo la idea de Francisco Valdés -entonces obispo de Jaca- de rendir un homenaje al crucificado al comienzo del siglo XX. Lo que nació como un deseo de la Iglesia de recuperar la preeminencia perdida en la sociedad de la época acabó por convertirse en un símbolo eterno e imborrable.

Una foto histórica de la cruz, que fue instalada en 1902.
Una foto histórica de la cruz, que fue instalada en 1902.
S.E.

Todo ello se aborda al detalle en el libro ‘120 años de nuestra cruz de Oroel’, que escribió el autor local Pedro Juanín y que se presentó en julio de 2022, en el marco de una jornada popular, que incluyó una andada hasta la cima. La obra editada por la Asociación Cultural Jacetana se compone de 110 páginas y reúne un centenar de fotos de varias épocas.

“Es un libro hecho para los de Jaca y los amantes de la peña Oroel”, explicó Pedro Juanín, que se propuso “hacer un homenaje a todas las personas que han ascendido a la cruz”, entre los que existe un alto porcentaje de vecinos. Sin lugar a dudas, “hay mucho devoto de la cruz de Oroel y se le tiene un gran aprecio”, como atestigua el autor, puntualizando que “no solo es una cruz religiosa”, sino un símbolo que abarca más allá de lo espiritual.

Desde su concepción, la cruz de Oroel “ha tenido épocas buenas y malas”. En este sentido, recuerda que “a finales de los años 20 se encontró la cruz partida” y hoy en día no está clara la causa, dado que “se hablaba de un rayo y otros creen que hubo un sabotaje”. Por el contrario, en los años 50, la cruz logró recuperar su esplendor cuando “un grupo de jaqueses subió a pintarla”.

La imponente cruz de Oroel presenta una altura de diez metros, aunque dos de ellos se encuentran soterrados. “Es muy bonita y se ve desde Jaca, pero habría que pintarla”, manifestó Pedro Juanín, lamentando que “el Ayuntamiento y el Obispado no son sus propietarios” y en estas circunstancias, “nadie se hace responsable” de su mantenimiento.

Romería a la Virgen de la Cueva

Una de las fechas señaladas del entorno es la relativa a la romería a la Virgen de la Cueva, que este año se celebra el día 28 de mayo. Varias leyendas orbitan en torno a este santuario. Una de las más famosas asegura que un pastor observó que una cabra desaparecía del rebaño para regresar al atardecer. Decidió seguir al animal y vio cómo se introducía en una cueva, donde encontró la talla de la virgen.

Desprendimiento que sufrió la peña Oroel en septiembre de 2017.
Desprendimiento que sufrió la peña Oroel en septiembre de 2017.
R.G.

Otra leyenda cuenta que en esa cueva fue donde los cristianos se juramentaron en el siglo VIII para iniciar la Reconquista y defender el incipiente reino de Aragón ante la amenaza musulmana, en la que se enmarca la gesta del Primer Viernes de Mayo, una cita que evoca la Batalla de la Victoria y que está declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 2020.

El santuario de la Virgen de la Cueva sufrió un antes y un después en el año 2012. Por entonces, se registró un desplome sobre la cueva, destruyéndola casi por completo y salvándose únicamente parte del presbiterio, aunque resulta difícil y peligroso acceder hasta sus restos. A raíz de lo sucedido, esta romería -programada el último domingo de mayo- introdujo un cambio sustancial, pasando a realizarse el oficio en el exterior de la ermita.

El cuadro de Juan Bautista Topete -expuesto en el Ayuntamiento de Jaca- sobre el Primer Viernes de Mayo, con la peña Oroel al fondo.
El cuadro de Juan Bautista Topete -expuesto en el Ayuntamiento de Jaca- sobre el Primer Viernes de Mayo, con la peña Oroel al fondo.
S.E.

El incidente supuso un golpe a nivel sentimental para la población jaquesa, pero es un episodio que forma parte del día a día de un paraje natural. Bastaría recordar que en septiembre de 2017 Oroel fue escenario de un gran desprendimiento de rocas y tierra, que generó alarma entre los vecinos, aunque los expertos señalaron que este tipo de movimientos geológicos son habituales y muchas veces pasan desapercibidos para el público.

25 ediciones de carrera popular

El Club Atletismo Jaca organiza la Subida a Oroel, un auténtico clásico de las carreras por montaña en Aragón, que alcanza las 25 ediciones y cuya próxima cita será el día 13 de agosto. Cabe señalar que la primera edición fue en 1998 y que desde entonces no se ha dejado de celebrar, salvo en 2020, a causa de la pandemia del Covid-19.

Durante un cuarto de siglo, muchas personas de España y el sur de Francia se han acercado a participar. Ha habido grandes atletas y un sinfín de aficionados, que se han puesto a prueba en una carrera corta, de 10,7 kilómetros, pero exigente, con un desnivel de 1.000 metros. Los corredores y los andarines salen desde la plaza de San Pedro, junto a la Catedral, en una jornada deportiva y festiva, que comienza el día anterior con las carreras infantiles organizadas en los glacis de la Ciudadela.

Componentes del Club Atletismo Jaca, organizador de la Subida a Oroel.
Componentes del Club Atletismo Jaca, organizador de la Subida a Oroel.
S.E.

“He participado varias veces en la Subida a Oroel. Fue mi primera carrera, así que todos los años es una cita muy especial”, reconoce Luis Alberto Hernando, campeón del mundo de carreras por montaña, cuyos entrenamientos “en los últimos años tienen su epicentro en Oroel, tanto para las sesiones largas, como para los fines de semana, teniendo muchas rutas medidas y controladas”.

El deportista -vecino de Jaca y pregonero de las fiestas en 2018- asumió en el confinamiento el reto de subir y bajar de Oroel en el mínimo tiempo posible, “haciendo un récord de una hora y 34 minutos”. “Preparando carreras más largas, he llegado a subir siete veces a Oroel el mismo día”, agregó.

Hoy en día, Oroel está presente en una multitud de ámbitos de la vida de los habitantes de Jaca. Algunos de ellos se formaron en las aulas del colegio Monte Oroel y otros hacen deporte en el seno del Club Atlético Oroel. Hay quienes dan rienda suelta a sus aficiones a través de Oroel Teatro o el Grupo de Jota Uruel. El Ejército hace un guiño al territorio mediante la Base Discontinua Oroel. Cualquiera puede pasear por la avenida Oroel, alojarse en el Hotel Oroel y por supuesto, cantar con fuerza que ‘Jaca libre sabe vivir / a la sombra del monte Oroel’.