Jacetania

OJO AVIZOR

La ciudad de Jaca reivindica la impronta del modernismo

Célebres edificios y casas señoriales reflejan la llegada de este estilo en el casco y los ensanches

Este domingo, Jaca es un referente del arte románico a nivel nacional y fuera de nuestras fronteras gracias al esplendor de la Catedral y su museo diocesano, al que se puede acceder de forma gratuita este mismo domingo de 10:30 a 13:30 horas, en la jornada de puertas abiertas organizada con motivo del Día Internacional de los Museos.

La majestuosidad del Monasterio de San Juan de la Peña, donde residen los restos de los primeros reyes de Aragón, invita también a sumergirse en el pasado de Jaca, cuyo otro gran atractivo es la Ciudadela, por la que pasan más de 100.000 personas al año.

Con frecuencia, la magnificencia de esos monumentos eclipsa la impronta que la capital de la Jacetania conserva de periodos históricos recientes, entre los que cabría reivindicar la influencia del modernismo en singulares edificios públicos y lujosos hogares señoriales.

Abanderando el progreso

El modernismo llegó a Jaca a principios del siglo XX, irrumpiendo con mucha fuerza, coincidiendo con la construcción del paseo de Alfonso XIII en 1903 y el derribo de la muralla medieval en 1915. Además, a finales del siglo XIX se produjo la llegada del agua corriente y la luz a las casas, sin olvidar la aparición del ferrocarril, convirtiendo a Jaca en una ciudad moderna.

La burguesía adinerada y las grandes familias que veraneaban en Jaca decidieron modernizar sus casas y adaptarlas a los nuevos gustos estéticos propios del modernismo, lo que se tradujo en el florecimiento de fachadas decoradas con elementos vegetales y edificios con reminiscencias a estilos góticos y renacentistas e incluso con influencias árabes.

Todo ello permite componer una ruta modernista que llegó a ofertar el Ayuntamiento, animando a realizar un itinerario salpicado de emblemáticos inmuebles que se pueden encontrar en buena medida dentro del casco, pero también fuera de lo que eran sus murallas.

Lamolla y Cases, ‘padres’ del cambio

La desaparición de las murallas dio paso a un intenso proceso de transformación urbana, durante el que el centro empezó a fusionarse con las zonas del ensanche (al este y al norte), siguiendo el proyecto que diseñó el arquitecto Francisco Lamolla en 1917, trazando vías donde la burguesía levantó casas acordes a los nuevos tiempos, como explica la historiadora Pilar Poblador.

Un buen lugar para comenzar la ruta modernista es el tramo de la avenida del Primer Viernes de Mayo cercano a los glacis de la Ciudadela. En el número 7 se ubica el edificio conocido como Casa La Rubia, coronado por un chapitel neomedievalizante, que estuvo ligeramente inclinado durante mucho tiempo, siendo corregido en los últimos años. Hoy en día, el inmueble está siendo objeto de una reforma, tras sufrir un incendio en enero de 2021.Las llamas afectaron a la cubierta y la tercera planta, pero no dañaron la estructura de Casa La Rubia, que está considerada “una icónica imagen de la ciudad”, como dijo la directora del Museo Diocesano, Belén Luque, explicando que “es una de las construcciones más conocidas de Jaca” y “se enmarca en un estilo modernista ecléctico, que es muy abundante en la ciudad”.

El historiador local Valentín Mairal agrega que tanto el edificio de Joaquín Gracia (Casa La Rubia), como el que está al lado, Casa Borau, situado en el número 5 de la avenida, fueron proyectados en 1926 por el arquitecto Manuel Cases y “son dos bellos exponentes del renacer urbanístico jaqués, propios del estilo eclecticista decimonónico que con aires modernistas se expandía en las primeras décadas del siglo XX, tras el derribo de la muralla”. También merece la pena contemplar el edificio del número 12 de la avenida, Casa Valero, por sus aires neobarrocos.

muy escasa distancia se levanta el paseo de Alfonso XIII, ahora llamado paseo de la Constitución, con su famoso Quiosco de la Música, un trabajo en hierro que diseñó el arquitecto Ramón Salas en 1903. También es de obligada visita la Residencia Universitaria, que se inauguró en 1929, dos años después del inicio de los pioneros cursos de verano.

La calle Mayor y su eclecticismo

Otro punto clave para apreciar el modernismo es la calle Mayor por sus ricas y variadas decoraciones. En el número 17, haciendo esquina con la calle del Obispo, existen adornos neogóticos, mientras que en el número 20 se refleja el eclecticismo clasicista de los años 30 en el edificio en cuyos bajos se ubica la Farmacia Borau, conservando parte del mobiliario de la época.

En el número 32 de la calle Mayor hay un edificio inspirado en la arquitectura andalusí de la Alhambra, en lo que fue el hogar y el estudio del fotógrafo Francisco de las Heras. A su lado, se ubica el edificio de la familia Abad, cuyo modernismo busca inspiración en la naturaleza, como sucede en la casa del Marqués de la Cadena, ubicada en la plaza del mismo nombre.

Dentro de esta ruta no puede faltar el Casino de Jaca, de la calle Echegaray, un edificio cuyo exterior es de estilo neorrenacentista y evoca los grandes aleros de los palacios aragoneses del siglo XVI, mientras que su decoración interior mezcla el eclecticismo y el modernismo. El singular edificio está cerrado y la sociedad se disolvió en enero de 2020, pasando sus socios a integrarse en el Casino Unión Jaquesa, de la calle del Carmen.

Los amantes del modernismo pueden concluir la ruta a las afueras de Jaca en el antiguo Matadero, sede de la Policía Local. El edificio se enmarca dentro de la arquitectura industrial y fue acabado en 1925, siendo proyectado por el propio Francisco Lamolla.