La Hoya

LA HOYA - SUCESOS

La localidad oscense de Sesa vivió un drama parecido al del niño que se está intentando rescatar en Málaga

Una niña de tres años y medio se cayó a un pozo de drenaje y tras dos días de angustia fue recuperado su cuerpo sin vida

La localidad oscense de Sesa vivió un drama parecido al del niño que se está intentando rescatar en Málaga
La localidad oscense de Sesa vivió un drama parecido al del niño que se está intentando rescatar en Málaga
N. E.

HUESCA.- El rescate de Julen, el niño de dos años que cayó en un pozo en Totalán, en la provincia de Málaga, ha consternado a todo el país, y especialmente a la localidad altoaragonesa de Sesa, enclavada en la Comarca de la Hoya, donde se vivió un suceso similar en 1980.

En aquella ocasión, el desenlace fue terrible. La niña Sara Palacios, de tres años y medio, fue rescatada sin vida, después de una angustiosa operación de salvamento, que conmovió a toda la provincia de Huesca y al resto de España.

El suceso se produjo el domingo 11 de mayo. La niña se cayó a un pozo de drenaje y falleció en él por asfixia, apenas dos horas antes de que los rescatadores pudieran llegar hasta ella, el 13 de mayo.

Según relataron los medios de comunicación en aquellas fechas, entre ellos Nueva España el periódico de Huesca, la cabecera provincial predecesora de DIARIO DEL ALTOARAGÓN, el tubo se encontraba insertado en un pozo de 30 metros de profundidad, para inyectar hormigón en una zona del canal del Cinca.

El pozo no había sido cubierto, a pesar de que las obras para los que fueron construidos habían finalizado al menos un año antes, y los orificios se agrandaron con las lluvias.

El periodista Juan Manuel Fonseca, relató para El País, que la niña se precipitó al vacío y quedó enganchada en un saliente, a unos quince metros de profundidad.

Fuerzas de la Cruz Roja, la Guardia Civil y bomberos de Huesca y Zaragoza, así como un helicóptero de las fuerzas aéreas norteamericanas de la base de la capital aragonesa, iniciaron el rescate a las 20:00, y se prolongó durante casi 48 horas.

Al parecer, el padre hablaba con la niña cada media hora para comprobar que seguía viva y tratar de entretenerla.

Aunque efectivos de la Cruz Roja consiguieron hacer llegar hasta la pequeña oxígeno y una lámpara para protegerla del frío, no pudieron darle de comer ni beber, porque se encontraba con los brazos aprisionados.

Con unas excavadoras se abrió una zanja de unos 13 metros paralela al hoyo del pozo y después, una galería diagonal hasta la niña.

Los trabajos fueron lentos, porque llovía y existía el temor de que se produjeran desprendimientos.

Lo más complicado fue trabajar en los últimos 30 centímetros. Los rescatadores se encontraron con una capa de granito que les obligó a utilizar martillos eléctricos.

Uno de los obreros que estaba construyendo el túnel de rescate fue el primero en verla y dos miembros de la Guardia Civil la cogieron en brazos. Había fallecido.

Cuando salieron a la superficie, fueron recibidos con un fuerte aplauso de todos los presentes, al estimar que Sara todavía seguía viva, pero no era así. Se realizaron diversas maniobras de reanimación sin éxito. Se sucedieron las muestras de dolor.

La noticia, que fue muy seguida por toda España a través de los medios de comunicación, causó un profundo pesar.