La Hoya

HOYA DE HUESCA - AIRE LIBRE

El encanto de lo silvestre en el Reino de los Mallos

Unas 200 personas participaron en la 10 Marcha de la Galliguera

El encanto de lo silvestre en el Reino de los Mallos
El encanto de lo silvestre en el Reino de los Mallos
S.E.

Unas 200 personas procedentes de la zona de la Galliguera, Huesca, Zaragoza y otras poblaciones de la Comunidad participaron en la 10 Marcha por la Galliguera que se celebró en Murillo de Gállego el pasado 4 de mayo.

La actividad fue organizada desde la Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos /Coagret y contó con la colaboración de la Asociación de Amigos de la Galliguera, la Comarca de la Hoya de Huesca y la DPH.

Lola Giménez, portavoz de la Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos, asegura que esta caminata figuraba en el Calendario de Andadas Populares de Aragón (Coapa) y contó con el apoyo del colectivo Os Andarines, por lo que muchos participantes sellaron en su libro la participación en esta caminata junto a las realizadas este año.

A su término, se enviaron los tiempos de todos los participantes para la clasificación de os Andarines.

La marcha cumplió con el objetivo de atraer a muchas personas que pasaron una increíble mañana descubriendo los mallos de Murillo, Agüero y su patrimonio.

En concreto, la actividad discurrió por dos itinerarios. El primero fue circular, de Murillo a los Mallos de Agüero, con una distancia de 13,5 kilómetros y 400 metros de desnivel y, por otro, desde la Puyada a Punta Común, de 18 kilómetros y 800 metros de desnivel, que ofreció unas buenas vistas desde la cima, ambas con el paisaje primaveral de la Galliguera.

La Puyada a Punta Común cuenta con unos desniveles superiores a otros años que requirieron de una mayor preparación pero no hubo abandonos.

Para velar por la seguridad de los participantes, estuvieron efectivos de Protección Civil de la Hoya de Huesca con voluntarios de Ayerbe, quienes realizaron el apoyo sin intervenciones.

La jornada comenzó soleada después de una temporada de lluvias desde el hostal de Murillo donde, entre las 8 y las 8:45, horas tuvo lugar un buen desayuno. En ese momento cada participante recogió la acreditación, un bocadillo para comer además de una botella de agua, un dulce y una útil mochila de excursión conmemorativa.

Mientras tanto, la organización repartió voluntarios en diferentes puntos de las dos marchas.

El primer tramo era común a las dos rutas y tras atravesar el pueblo de Murillo, los participantes se dirigieron por las pistas hasta la falda de Peña Rueba, donde pudieron verse personas disfrutando de la vía ferrata y la escalada.

Desde ahí, partía una senda por un camino viejo recuperado por voluntarios de la coordinadora y de Agüero. "Un trozo muy bonito entre pinares y viejos bancales con oliveras. Otro donde podían verse los rastros de jabalíes, fuinas, tejones y jinetas que son sus habitantes habituales", explica Giménez. Tras seis kilómetros de andada, los participantes llegaron al primer avituallamiento, que aprovecharon para reponer fuerzas.

En este punto se separaron las rutas. Los caminantes más animados de la Puyada a Punta Común transitaron por un camino reabierto por el Ayuntamiento de Agüero que superaba un desnivel de 300 metros en 45 minutos. "Cada participante afrontó a su ritmo esta empinada subida, pero el esfuerzo merecía la pena al llegar a la cumbre de Punta Común, de 1.200 metros, que es un mirador privilegiado sobre el cañón del río Gállego, la presa de La Peña, la sierra de San Juan de La Peña y los picos más orientales del Pirineo: Bisaurín, Aspe y Collarada".

Con esas vistas majestuosas los participantes se tomaron el bocadillo y otras viandas aportadas por la organización.

El descenso se realizó por otra nueva senda abierta por la fuente "os buitres" donde "la panorámica sobre la parte trasera de los mallos de Agüero hasta la osqueta y sus bosques completaba la visión sobre estas zonas bonitas y menos conocidas del Reino de los Mallos".

Esta bajada finalizó en el collado de San Pedro, donde se unieron de nuevo con la otra marcha para continuar juntos dando la vuelta a los Mallos de Agüero. Destaca "el paso cercano a sus paredes de conglomerado por una senda entre madroños, betelania, caxicos, para llegar a la plaza del pueblo y poder disfrutar de otro avituallamiento, unos tras doce kilómetros y otros tras ocho".

En la plaza muchos aprovecharon para visitar la iglesia románica de El Salvador y contemplar su magnifica portada con pantocrátor. También visitaron las calles de este pueblo y sacaron fotos de las casas de piedra con el fondo de los mallos.

"Agüero merecería estar entre los pueblos más bonitos de Aragón, con una arquitectura popular sin modificaciones", asegura Giménez en relación a la valoración realizada por muchos de los participantes.

Los últimos 5,5 kilómetros se realizaron por el camino natural en "un trozo muy llevadero". Un recorrido hacia el este que atraviesa la carretera hacia la Collada de Os Muertos. "La marcha avanzó por el Saso con almendreras y oliveras y disfrutaron junto al barranco, con piedras de pasarelas de unas bonitas y grandes carrascas".

Continuaron por el Tuero y el camino tradicional entre muros de piedra y vegetación mediterránea para descender por la cuesta de Nanalo a Murillo.

"Esta ruta muestra sendas y caminos bien reabiertos o poco conocidos de gran belleza pues muestran detalles del Reino de los Mallos que tienen su singularidad", señala.

Con esta actividad se consigue el objetivo de poner en valor y mostrar las posibilidades del Monumento Natural de los Mallos