La Hoya

distinción

Premio nacional para la ganadera Inmaculada Sarasa, de Alcalá de Gurrea

Reconoce su labor al frente de una granja de cerdas híbridas

Inmaculada Sarasa, en el centro, flanqueada por la finalista Pilar Arteaga y el director general de Zoetis, Félix Hernáez.
Inmaculada Sarasa, en el centro, flanqueada por la finalista Pilar Arteaga y el director general de Zoetis, Félix Hernáez.
ZOETIS

Inmaculada Sarasa, una ganadera que gestiona una explotación de porcino en Alcalá de Gurrea, su localidad natal, ha recibido un reconocimiento por su trabajo en unos galardones de ámbito nacional en los que se ha alzado, frente a competidoras de otras comunidades, como flamante ganadora del II Premio Ganadería en Femenino que organiza la farmacéutica Zoetis.

La ganadera altoaragonesa recibió el premio el pasado martes en un acto celebrado en Madrid, tras la celebración de un encuentro que, bajo el título “España rural, mujer y vida”, analizó el “importante” papel dinamizador de la mujer en el ámbito rural. Como finalista, recibió el premio una joven veterinaria y ganadera de vacuno de leche, Pilar Arteaga, encargada de la gestión sanitaria y el manejo de un rebaño de 530 animales en la Finca Las Pachecas, en Jerez de la Frontera (Cádiz). Félix Hernáez, director general y vicepresidente senior de Zoetis Europa del Sur, comentó que el jurado no lo había tenido fácil, ya que “el número y la calidad de las candidaturas recibidas este año han sido muy elevados. Pero, sin lugar a duda, la larga trayectoria de Inmaculada Sarasa como ganadera y empresaria y su compromiso con la mejora de las instalaciones y la salud y bienestar de sus animales, han sido decisivos a la hora de tomar la difícil decisión”.

Ayer miércoles, ya de vuelta en casa con el premio en sus manos, Inmaculada se mostró encantada y muy contenta con el galardón. “Este reconocimiento, aunque es a nivel particular, es gracias al recorrido hecho por las mujeres del medio rural que han luchado durante mucho tiempo antes que yo”, aseguró en declaraciones a este periódico, y añadió que premios como el que ha recibido ella “visibilizan” el trabajo de la mujer en un sector, el agroganadero, tradicionalmente copado por los hombres.

Inmaculada Sarasa, en plena faena en su granja de cerdas de Alcalá de Gurrea.
Inmaculada Sarasa, en plena faena en su granja de cerdas de Alcalá de Gurrea.
S.E.

Puso el acento, en este sentido, en que “en el medio rural, la mujer ganadera siempre está en un segundo plano” e incidió en que la mujer rural ha sido “el sustento” de muchas casas de agricultores y “nunca se les ha valorado”.

Titular y gestora de una explotación con capacidad para 4.134 cerdas híbridas en Alcalá de Gurrea e integrada en la empresa Ars Alendi, Inmaculada vivía y trabajaba con anterioridad en Huesca ciudad, pero en 2008 decidieron con su marido volver al pueblo y montar la explotación, en un primer momento con 1.999 cabezas de ganado, que diez años más tarde (en 2018) ampliaron hasta las 4.134 plazas.

“Me pedí una excedencia donde trabajaba y ya me dediqué en exclusiva a la granja”, relató Inmaculada, que explicó que su granja recibe cerdas seleccionadas que serán futuras reproductoras para su engorde hasta que las envía a otras explotaciones de madres. Por ello, explicó, los controles de bioseguridad se vigilan al máximo, así como el bienestar animal. Y este trabajo que desarrolla a diario le ha valido ahora este reconocimiento nacional que ha recibido entusiasmada.