Alcalá renueva la moratoria para los “megaparques”

El Ayuntamiento de Alcalá de Gurrea ha aprobado la modificación de su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que incluye la prohibición de construir megaparques de energías renovables en el municipio salvo las instalaciones destinadas al autoconsumo de particulares o fábricas y también se imponen medidas sobre la concesión de licencias para granjas ganaderas en intensivo.

El acuerdo fue ratificado por unanimidad por los cinco concejales del pleno municipal, en sesión extraordinaria y urgente que se celebró en la tarde del pasado lunes 3 de enero. El alcalde de Alcalá de Gurrea, José Eugenio Marín, señaló que el Ayuntamiento ha renovado la moratoria establecida en enero del 2021 para evitar la construcción de megaparques solares y fotovoltaicos proyectados que perjudicarían la actividad agroganadera al ocupar una mancha regable de más de 1.000 hectáreas.

Un periodo en el que el Consistorio ha trabajado en la recogida de documentación y envío al Inaga, la aprobación en pleno y la apertura del periodo de exposición pública para recoger las alegaciones una vez esté publicada la orden en el Boletín Oficial de la Provincia.

El acuerdo de modificación del PGOU incluye en materia de energías renovables que “no se pueda instalar nada que no sea autoconsumo”, explica el alcalde, quien recuerda que “el municipio de Alcalá de Gurrea genera más electricidad de la que puede consumir” y puso como ejemplo el caso de la central hidroeléctrica de Tormos, varios aerogeneradores y un parque fotovoltaico instalados en el término municipal.

Así mismo, el regidor municipal recordó que parte del término de Alcalá de Gurrea se encuentra inundado por el embalse de La Sotonera, por lo que de construirse megaparques de energías renovables “perderíamos zonas de cultivo y vamos a tener más despoblación”.

Limitaciones a las granjas de ganadería intensiva

Respecto a la instalación de las granjas ganaderas en intensivo, el alcalde de Alcalá de Gurrea explicó que se han tenido en cuenta cinco puntos para limitar su construcción.

El primero de ellos se refiere a las afecciones de vientos dominantes respecto a núcleos habitados como Alcalá y Tormos.

Además, las altas afecciones al paisaje por la instalación de las granjas, el entorno de los suelos urbanos, el entorno al propio embalse de La Sotonera “para potenciar de forma turística al municipio” y suelos no urbanizables ya especificados como cauces de agua y una zona de arbolado.